[background=rgb(255, 255, 255)]Uno de los grandes mitos que lucho a diario por derribar es el del Déficit Atencional. Veamos, el déficit atencional biológico implica por definición que nuestros hijos no pueden mantenerse concentrados en ninguna cosa por mucho tiempo ya que están biológicamente limitados.[/background][background=rgb(255, 255, 255)]
Según definición del Ministerio de Educación, el déficit atencional (DA), es una condición que produce alteraciones en la capacidad de atención y de concentración y se manifiesta en niños con inteligencia normal. Bajo este concepto hemos metido más y más niños al mismo saco y hoy día puedo dar fe que hay colegios donde hay más de un 70% de niños diagnosticados con este síndrome, entonces me pregunto ¿cómo puede ser que en una o dos décadas se haya elevado tan rápidamente el nivel de DA? ¿Habrá un nuevo virus dando vuelta? o ¿No será que el mundo ha cambiado?[/background][background=rgb(255, 255, 255)]
Los invito a hacerse la siguiente pregunta, tenga o no su hijo déficit atencional:[/background][background=rgb(255, 255, 255)]
¿Cuánto rato es capaz su hijo de mantenerse concentrado y enfocado en la pantalla de un computador, en el celular o videojuegos? ¡Horas! es la respuesta que me dan los padres con hijos con supuestos “problemas de aprendizaje” o “DA” en los talleres que realizo cada sábado. ¿Pero cómo? Por definición un niño con déficit atencional no podría estar por mucho tiempo concentrado en ninguna cosa, por lo tanto tampoco podría hacerlo frente a un computador. Entonces, ¿qué ocurre? La diferencia está en que los computadores y nuevas tecnologías sí saben estimular, utilizar colores, imágenes, sonidos y sobre todo interactuar con los niños. Los hacen participar y finalmente éstos se involucran en un aprendizaje activo a diferencia de lo que hacemos en el colegio.[/background][background=rgb(255, 255, 255)]
En mi opinión, duela a quien le duela, el 90% de los niños y jóvenes diagnosticados con DA hoy día, están “sobre diagnosticados”.[/background][background=rgb(255, 255, 255)]
Resulta que nuestro sistema educacional actual fue desarrollado hace más de 100 años, desarrollado para una generación distinta de niños y centrado en la entrega de información de manera pasiva. Hablamos de aprendizaje pasivo cuando alguien da una charla, una persona habla mientras la otra escucha y recibe esa información pasivamente.[/background][background=rgb(255, 255, 255)]
Este sistema probablemente funcionaba con estudiantes que nacieron en los años 50, pero hoy día la generación del siglo XXI son niños que nacieron en un mundo totalmente distinto, son niños híper estimulados, niños que a los 4 años ya saben manejar celulares, computadores, ipad, etc. Y resulta que a estos niños los estamos poniendo en una sala de clases bajo el mismo sistema de hace ¡60 años! ¡Vaya sorpresa! Niños híper estimulados no se pueden adaptar a un sistema con cero estimulaciones. A mi parecer ellos no son el problema.[/background][background=rgb(255, 255, 255)]
¿Qué hacemos?[/background][background=rgb(255, 255, 255)]
Lo primero es entender que nosotros como padres debemos darles a nuestros niños herramientas para que sepan auto-estimularse al estudiar y por otro lado como sistema educacional debemos adaptarnos a esta nueva generación de jóvenes buscando nuevas herramientas de enseñanza activa que se adapten más a la forma que ellos son.[/background][background=rgb(255, 255, 255)]
El otro camino es seguir como estamos, asumiendo que la nueva generación es el problema, que nuestro sistema está correcto y adaptarlos al sistema medicándolos. Para este camino no cuenten conmigo.[/background][background=rgb(255, 255, 255)]
¡Necesitamos adaptarnos, hay que dar la alerta, cuidado con los medicamentos! ¡Estimulemos a nuestros hijos![/background]
[background=rgb(255, 255, 255)]¡VAMOS QUE SE PUEDE![/background]
