Ercelente pregunta cimpadrito
. De hecho, creo que es de esas preguntas que ameritan una reflexión propia a conciencia, en base a toda la información y experiencia disponible por supuesto, y no simplemente andar repitiendo o simpatizando con lo que dicen otros por ahí.
En mi opinión y experiencia, soy un escéptico con tendencia a creer en el cambio climático. Mi infancia ochentera, me trae a la memoria inviernos fríos y con bastante lluvia en Santiago. En los informes del tiempo no se hablaba de déficit/superávit porque no eran importantes: si llovía mucho o poco, daba lo mismo, ya que no había sequías ni aluviones que dejaran la cagá, y ni hablar de la nieve, que sólo se veía en San José de Maipo y Farellones, por lo tanto tampoco había temperaturas bajo cero.
Recién en los noventa comienzan a aparecer aluviones (ej: Antofagasta, Quebrada de Macul) y sequías extensas, asociadas a la "corriente del Niño", que ese tiempo duró sólo un par de años, pero tampoco con grandes diferencias en las temperaturas. El problema fue que en los 2000s, dicha corriente volvía con mucha frecuencia, cuando lo normal era que demorara unos 5 años en volver a aparecer. Ya se hablaba entonces de gases de efecto invernadero, provocado por el incremento de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Ya a fines de los 2000s se habla de cambio climático provocado por el hombre, pero nunca había adquirido una importancia mayor hasta ahora. Los detractores argumentan que el calentamiento es una etapa que está dentro de la normalidad del planeta, mientras que los partidarios indican que, si bien lo anterior es cierto, este calentamiento es acelerado por el actuar de nuestra especie. Ambas posturas me parecen creíbles, pero creo que hay bastante más evidencia de esta aceleración como para inclinarse por una efectiva existencia de este fenómeno.
Sin embargo, podríamos ir más allá. El calentamiento global en ambos casos es inevitable y hará que desaparezcan progresivamente las zonas habitables en el mundo, provocando una migración en masa de las poblaciones hacia lugares más frescos y, por ende, más habitables (ej: sur de Chile
), si es que antes no se desatan guerras por estas zonas y sus recursos. Por esta sencilla razón, opino que "es mejor" creer para hacer algo, que no creer para no hacer nada.