Querido diario,
día 202 de encierro.
la bruja anda insufrible, ya pasó el límite en que forzarse a quererla era un desafío. Yo creo que ya derechamente se acabó el amor de pareja. Luego de 16 años de tolerarle su bipolaridad, malgenio, intolerancia a la frustación y mala actitud, ya me harté.
Como ella es mega mamona y no ha podido ver a su madre desde febrero, anda hecha un quique. Pa' más mala cacha, la señora anduvo con problemas médicos, y está sola tras la barrera sanitaria de chillán, así que cero posibilidad de ir a verla.
Por eso, la bruja anda aún más idiota que de costumbre, intratable, a mi nenita le habla golpeado la mitad de las veces, la tironea... le enseña a ser bipolar, que e slo peor.
Yo ya le perdí el cariño, así que ni la toco y procuro mantenerme lo más lejos posible.
No obstante lo dantesco (y patético) del escenario anterior, estar todo el día en casa ha sido increible en términos de la relación con mi nenita: pasé de verla unos pocos minutos al día (cuando llegaba en la noche), a estar todo el día ahí para ella, y con poca pega (solo el antro me quita tiempo, y no poco), la posibilidad de compartir con ella se ha magnificado.
La estoy lentamente introduciendo en el mundo de la ñoñez: primero fueron los dinosaurios, luego los números y ahora los legos (acaba de cumplir 4 años, es muy re chica aún para otras cosas más complejas).
Fuera de webeo: poder leerle todas las noches, hacerla dormir, bañarla, jugar y corretearla, enseñarle lo que le interese....ha sido una suerte increíble que, de no mediar la pandemia y el encierro forzoso, me hubiera hecho perderme todo lo anterior. Y es una época crucial de su vida: justo a los 4 años, cuando se empiezan a tener los primeros recuerdos.
Una cosa por la otra no más.