Visto el capítulo 21.
Ya falta poco para su culminación, espero que tenga un cierre emotivo e intenso, y claro: "que tengan que morir todos los que tengan que morir", por más crudo o cruel que suene, cada personaje ha tomado sus propias decisiones por lo que por ende tienen que pagar los riesgos y las consecuencias.
En lo personal estoy del lado de Hyakkimaru. Pese que Dororo tiene el dilema de apoyar o no a su querido hermano/amigo, logra comprender al menos la postura de Hyakkimaru. Ella tiene el temor de que éste pierda poco a poco su humanidad a cambio de recuperar su cuerpo, cuando es al revés lo que está pasando realmente. Hyakkimaru está desarrollando sentimientos cada vez más humanos, va obteniendo también a la vez ambiciones/metas propias, emociones como ira, rencor, tristeza, amor , debilidades e imperfecciones. Va formándose de igual manera su personalidad, y si el costo para sobrevivir es el sacrificio de un pueblo que así sea, el protagonista no se va detener hasta conseguir lo que quiere. Yo no culpo al personaje por querer ser egoísta en este aspecto, tiene derecho a luchar por su vida, y más en su situación, que desde su nacimiento ya estaba destinado a morir de forma injusta. Así que si tiene una oportunidad para seguir viviendo, bien por él al aprovecharla.
El otro lado de la moneda está el clan Daigo. Tanto el líder (Kagemitsu) como el sucesor (Tahōmaru) tambien están rotundamente decididos a sacrificar a Hyakkimaru por la prosperidad y bienestar de su comunidad. Y pese que hasta cierto punto se pueda entender la verdadera intención que tienen, sus métodos radicales sin embargo es lo que termina de desacreditar sus propósitos. Principalmente el padre, al conseguir un pacto entre los demonios a cambio de obtener una paz y prosperidad para su pueblo, pero esa paz y prosperidad no viene siendo más que meramente falsa, corrupta , sucia. Kagemitsu al final va pagar las consecuencias tarde o temprano, desde el inicio sus logros fueron ficticios y efímeros, el problema se le escapó de las manos y por sus malas decisiones, ahora no solo está a punto de perder sus territorios sino también a su propia familia. Aunque creo que la viene más perdiendo todo es Kata, tanto como esposa y madre ha sufrido mucho, me da algo de tristeza por la situación tan trágica que ha estado pasando.
Me gustó la escena de acción entre Hyakkimaru y Tahomaru, muy fluida la coreografía y animación. Sentí algo de pena por cómo terminó la yegua, pero al ver cómo resurge tal cual como "Phoenix de las cenizas", será interesante ver el verdadero propósito que tendrá el animal en el siguiente capítulo, seguramente ayudará Hyakkimaru, por lo que veremos la interacción entre ellos. También al parecer el que tiene los días contados es Mutsu, al contraer una epidemia.
Sobre este segundo ending me parece estupendo, el mensaje de la canción es muy apegada al trasfondo de la historia de la serie, y me gusta también su música. La narrativa es genial, podemos estar por un momento en los "zapatos" del protagonista, ver desde su perspectiva cómo aprecia los panoramas de los paisajes y a su persona especial: Dororo. Y sí, me parece inteligente que el ending tenga diferentes versiones sobre la progresión de la vista del protagonista, al ver cómo poco a poco se aclara el rostro de Dororo.
Saludos.
Mio y los niños
