bubalon
Peor Aldeano Forever - Covid es Tongo
- Registrado
- 2005/05/11
- Mensajes
- 16.116
- MOH
Tenía 31 años, protegía su identidad, no soportaba el rechazo de las mujeres y disfrutaba revelando datos de otros en internet. Llegó a controlar una comunidad de más de 10 mil usuarios llamada Nido, donde permitió la proliferación de acosadores y el intercambio de pornografía infantil. Cuando a fines de febrero se vio acorralado por las denuncias, borró sus perfiles y se lanzó al metro.
Lamuel Donoso Moscheni, de entonces 21 años, administrador de un foro llamado Pediars, solía repetir la misma frase: "Nadie es anónimo en internet".
Corría el año 2009 y, bajo el seudónimo de "Misschile", Donoso lideraba una comunidad de internautas que había crecido en torno a una página web de nombre Wikipediars, una parodia de la enciclopedia Wikipedia. Allí, un grupo de aproximadamente 50 adolescentes se conectaban diariamente para comentar películas, series o intercambiar links de discos. Todo esto de forma anónima. Una norma tácita que la mayoría de los usuarios acataba sin problemas. O, al menos, eso sucedió hasta que Donoso se transformó en un agresivo cazador de identidades, como si fuese un juego.
-Yo tenía un perfil en Fotolog donde subía imágenes de mis amigos y él lo encontró, y comenzó a publicar emoticones con mi cara. Se reía porque era ojerosa y me decía "cara de búho" -explica Valeria, exmiembro del grupo, sentada en la mesa de un Dunkin Donuts.
La joven, de 29 años y que prefiere omitir su apellido, recuerda que Donoso fue identificando a los usuarios a través del correo con que se registraban, como una "forma de demostrarnos que tenía más poder que nosotros". Pero el asunto pasó rápidamente de las fotos a los datos personales. La práctica tenía su propio concepto: "stalkear", una deformación de la palabra stalker , que en inglés significa "acosador".
-Lamuel guardaba en su computador carpetas con archivos de todos nosotros. Una vez le tomó un pantallazo a su escritorio y lo publicó para que supiéramos que estábamos identificados, que nadie era anónimo en internet -agrega Valeria.
Donoso, sin embargo, no se incluía en esa frase. El joven terminó siendo el único NN del grupo. En las videollamadas que se hacían, tenía diversas estrategias para ocultarse: usaba una máscara de caballo, mostraba solo su pelo, o se dejaba ver desde la barbilla hacia abajo. Fue entonces que -según cuenta Valeria- el resto de los usuarios se aprovechó de la única debilidad que le conocían para intentar identificarlo. Donoso era fanático de una banda de música electrónica llamada Justice, que el 7 de diciembre de ese año 2009 se había presentado por primera vez en Chile, y entre todos se organizaron para revisar los videos que los fanáticos habían subido a YouTube, a ver si lo encontraban.
Pero ¿cómo se busca a alguien entre 15 mil personas, sin siquiera conocerle el rostro? Los jóvenes fueron cuadro por cuadro mirando la ropa, las barbillas y los cortes de pelo, intentando reconocer alguna prenda que los llevara hacia él, hasta que una persona vestida con un chaleco rayado, como el que usaba Freddy Krueger, y con el pelo semilargo, llamó su atención.
Valeria busca en su celular un link del video y le pone play . Minuto 2:20. Milésimas de segundos. Un collage de imágenes. Focos estroboscópicos. Un joven salta entre la multitud. El puño derecho en alto. Una luz roja le pinta la cara.
-Este es Lamuel -dice ella.
Aunque fueron solo un par de cuadros, aquella imagen, el primer retrato que se tenía de él, fue suficiente para que el grupo le tomara un pantallazo y lo subiera al foro: "Stalker Misschile", decía el título del hilo en el que aparecía.
Y entonces, todo dejó de ser un juego.
La explicación de cómo Lamuel Donoso se convirtió en administrador del foro Pediars es desconocida. Algunos creen que le compró el dominio al fundador de Wikipediars cuando esta página venía a la baja, pero otros aseguran que se hizo pasar por mujer, en el mundo virtual, para seducirlo y quedarse con la administración. Ninguna de esas versiones, sin embargo, es comprobable. La explicación oficial dice que Donoso inscribió la marca Wikipediars el 4 de junio de 2010, bajo la descripción de "publicaciones electrónicas no descargables". Cómo la obtuvo, sigue siendo una incógnita.
Aquel trámite fue el punto de partida de todos sus emprendimientos virtuales. Antes de eso, su vida es un puzle incompleto. Se sabe que su madre biológica falleció en 1988, cuando él tenía meses de nacido, que entró a la escuela en tercero básico con 6 años, que según su certificado de estudios terminó cuarto medio con promedio 6,9 y que desde que salió del colegio pasaba gran parte de su día conectado a internet, en su pieza.
-Era un humor bien inmaduro. Yo entraba a esta página para reírme. Era un ambiente cálido para personas inseguras -dice Manuel, un exintegrante de la comunidad, de 25 años, al teléfono desde alguna ciudad que prefiere omitir.
Pero Pediars no solo existía en el mundo virtual. En aquellos primeros años, hubo un grupo que decidió dejar el anonimato y juntarse en el Parque O'Higgins, obviamente sin Donoso, que entonces seguía manteniendo un bajo perfil. Eso no impedía que él, por su cuenta, también cruzara al mundo real, como una vez que viajó al litoral central para juntarse con una usuaria. Manuel envía por mensaje una foto de ese encuentro, que Donoso subió al sitio: él con una máscara de caballo y ella con una de payaso.
-Ahí dije, este hueón está enfermo. Le escribí un mensaje diciéndole que tenía mucho poder y que ocupara esa tribuna para hacer cosas buenas, pero se fue por el lado oscuro y usó el foro como una herramienta de control y extorsión -explica Manuel.
Además de un pasatiempo, administrar el foro era también un trabajo, donde ganaba dinero gracias al tráfico que tenía la página. Pero no era el único sitio que mantenía. Donoso era dueño de los dominios quefome.com, una página donde se subían imágenes que no daban risa, y de Policía del pensamiento, una web a través de la cual -según dice Manuel- se espiaba a los miembros de la comunidad.
-Esa página tenía un fondo rojo, una imagen de una cámara y una lectura que decía: "Te estamos observando". Y, efectivamente, lo estaba haciendo. Cuando uno entraba a ese sitio, se activaba un virus con el cual te controlaba remotamente el computador. Yo lo supe porque una vez él subió al foro un pantallazo obtenido con mi cámara web, donde se veía la guata de mi polola, y ahí fue cuando tomamos cartas en el asunto -explica.
Después de eso ocurrió lo del recital de Justice y semanas más tarde alguien del foro encontró su nombre en una transferencia bancaria, vinculada al arriendo de un servidor en el que la comunidad se reunía a jugar Counter Strike. Con esa información obtuvieron su dirección y un miembro del grupo fue hasta su casa y gritó su nombre. Al salir, Donoso se encontró con una cámara de video.
-Era un gordo, un guatón "frikiando" adentro de su casa -describe Manuel.
La publicación de la grabación fue el fin del foro. Para evitar que el archivo se viralizara, Donoso bajó el sitio. Prefirió perder la comunidad antes que su anonimato.
Almendra tiene 28 años y su historia con Lamuel Donoso comenzó por unas fotos tomadas en 2012. Un collage de retratos suyos en diferentes actitudes, pero con el mismo vestuario: una blusa blanca, un jumper rosado, un corbatín en forma de lazo y dos orejas puntudas en la cabeza, como si fuera un mapache.
La joven trabajaba en un café cuyo principal atractivo era que las meseras parecían haber sido sacadas de una serie de animación japonesa. Almendra no sabe quién tomó esas imágenes, ni menos cómo llegaron a una página web llamada Choroy Pride.
-Las fotos estaban tomadas desde abajo de la mesa, se me veían las piernas y los calzones -detalla ella, sentada frente a la pileta de una plaza.
Si fuera una saga de películas, Choroy Pride sería una secuela de Pediars y una precuela de Nido. No hay claridad sobre cuándo el sitio comenzó a funcionar, pero sí que era una comunidad más grande y hostil que Pediars, donde los "stalkeos" a mujeres sucedían todos los días.
Desde entonces, y en contra de su voluntad, Almendra se hizo conocida entre un grupo de usuarios anónimos.
-Llegó un momento en que vivía una vida virtual paralela en un lugar donde no quería estar. Sabían mi nombre, mi dirección y tenían rastreadas todas mis redes sociales.
Almendra relata la dinámica de cómo sucedía todo. Dice que cada vez que ella subía una foto suya a Facebook, alguien la replicaba en Choroy Pride y la gente opinaba.
-Todos estaban al día con mi vida y había dos tipos de comentarios: los que me odiaban y los que me amaban. Era extraño, tenía fans como si fuese una youtuber -cuenta.
El asunto se salió de control cuando Almendra comenzó a recibir mensajes en su Facebook de usuarios que ella creía que provenían de esta página. Con uno de ellos, el más insistente, entabló una conversación durante algunos meses, hasta que un día él le hizo una propuesta que más bien sonó a una extorsión:
-Me ofreció borrar esas fotos a cambio de salir conmigo. Yo acepté por conveniencia. Puso como única condición que no le preguntara su nombre -recuerda ella.
Agrega que se juntaron en una pizzería y que allí el joven le confesó ser el administrador del sitio. En un descuido le vio el carné de identidad: "Lamuel Donoso", decía el documento. "No se te vaya a ocurrir decírselo a alguien", cuenta Almendra que le advirtió.
-Lamuel se relacionaba de forma autoritaria. Tenía una inteligencia emocional muy precaria. No sabía controlar ninguna situación, ni emoción. Era una persona que estaba muy cómoda en internet, pero que en el mundo real era torpe -describe.
Almendra recuerda que durante esa primera cita Donoso trató de impresionarla develándole los trucos que usaba para buscar información de las personas en internet, y que le pidió que lo acompañara a cambiar dólares, solo para demostrarle que tenía dinero.
Ambos salieron dos veces más y el tema de las fotografías se habló en todos los encuentros. Donoso parecía no tener ganas de cumplir con lo que le había prometido, hasta que en la tercera cita intentó darle un beso que no fue correspondido. El rechazo, cuenta Almendra, desató su enojo.
-Me dijo cosas muy feas: que le daba color, que no era la mansa mina y que en las fotos me veía más bonita. Ahí se fueron toda mis esperanzas de que bajara mis imágenes de internet.
Pero Donoso no solo no eliminó los retratos, sino que aportó con más material: una foto de Almendra comiendo durante una de las citas. Lo peor, sin embargo, vino después, dice, cuando alguien de Choroy Pride hackeó su cuenta de Facebook y obtuvo un set de imágenes en las que aparecía desnuda. Un pack que -según cuenta- había vendido en 350 mil pesos.
-Pensaba que el mundo se había terminado. Después me enfoqué y dije: "Esto va a estar para siempre en internet y no puedo dejar que me afecte". Fue un proceso bien largo en el que me endurecí tanto, que cuando volvían a subir mis fotos no me afectaba -dice.
Las imágenes inspiraron memes, comentarios fantasiosos y un usuario utilizó a Almendra como su musa de un cómic hentai , en donde la dibujaba en situaciones sugerentes y a veces explícitamente sexuales. Para evitar el acoso, la joven dejó de trabajar en el café, cerró todas sus redes sociales y se creó un perfil de Facebook con un nombre masculino, para que nadie nunca la volviera a encontrar.
Pero eso no fue suficiente. El acoso se extendió por seis años. Continuó incluso cuando Choroy Pride pasó a llamarse Nido, en 2013, una comunidad que llegó a tener más de 10 mil usuarios. Dos días antes de que Lamuel Donoso muriera, la gente todavía escribía de ella. Almendra recuerda el último posteo que hicieron sobre su vida:
-Pusieron una foto mía de Instagram, en donde aparecía con otra persona, y escribieron: "Esta puta ya se está comiendo a otro hueón".
P. tiene 24 años y dice ser una de las jóvenes que más compartió con Lamuel Donoso. Ambos se conocieron en Choroy Pride cuando P. subió una foto en donde, por error, iba su nombre real, un detalle que en un mundo de avezados "stalkeadores" no pasó inadvertido, y horas más tarde todos sus datos estaban disponibles en la web. Desde entonces, Donoso puso sus ojos en ella.
-Yo reunía todas las características de su antigua ex, a quien maltrató psicológicamente cuando ellos iban en la universidad -asegura P.
La joven agrega que se conocieron cuando ella pasaba por un mal momento familiar y que, en medio de esa confusión, él se mostró como un hombre comprensivo y con sus mismos gustos. Pero no era casualidad: Donoso había estudiado minuciosamente a P. hasta mimetizarse con sus preferencias.
-Me sentía confundida. Él manipulaba la situación porque me conocía y actuaba de acuerdo a lo que a mí me gustaba. Tenía rasgos psicopáticos -explica.
Ambos comenzaron a salir en 2013 y en esos encuentros Donoso le confesó una mezcla de dramas familiares que -según ella- habían sacado lo peor de él.
-Su madre se murió cuando él era muy pequeño. Su padre se volvió a casar, pero él nunca tuvo apego por esa familia. Su vida giró en torno a lo que pasaba en internet, porque en su día a día estaba carente de cariño.
Mientras P. veía a Donoso como un amigo, él confundió las cosas. La joven dice que se "obsesionó" con ella, que publicaba todo lo que hablaban, y que un viaje que hicieron juntos a San Pedro de Atacama fue el fin de la relación. Al llegar al hotel, cuando Lamuel Donoso pidió una cama matrimonial, ella solicitó dos, y tal como le había pasado con Almendra, el joven no pudo con el rechazo. En 2015 fue la última vez que lo vio.
-Él quería que yo entrara en su mundo, pero era una persona violenta verbalmente, tendía a menospreciarme. Imagina: un sujeto narcisista, misógino, que odia a las mujeres por el constante rechazo... Yo le dije que se tratara, porque estaba perdiendo el sentido de la realidad -recuerda.
Pero Donoso no dejó de hablar de ella en Nido, ni de acosarla por correo: "Sé que estás muy ocupada estudiando, que mi mundo ya no es compatible con el tuyo, que tus sueños son otros, pero ¿puedes por lo menos darme una última respuesta?", le escribió una vez, en un documento al que tuvo acceso "Sábado".
En pocos años, desde que "stalkear" había partido como un juego, Lamuel Donoso cruzó varios límites sin detenerse, entre ellos el de la privacidad, el hostigamiento y la venganza. Y todo desde su pieza, que a la vez funcionaba como su oficina. Internet era también un trabajo. Su modelo de negocios consistía en ganar plata por el tráfico de sus páginas y por los registros de propiedad de direcciones webs de marcas importantes, que luego revendía. A veces simplemente lo hacía por molestar.
Takato, un joven chileno de 33 años, dueño del sitio llamado 6chan -una enorme comunidad de usuarios anónimos que vivió su extinción justo en los días en que Choroy Pride comenzaba su actividad-, fue una de sus primeras víctimas. Takato cuenta que Donoso bombardeó su sitio con pornografía infantil y que luego lo denunció, hasta que la página fue intervenida por la PDI y el hosting caducó el contrato. Y cuando el dominio se venció, Lamuel Donoso registró 6chan a su nombre. El último paso fue vincular la dirección con su foro, aumentando el volumen de su comunidad.
Adueñarse de dominios era una forma rápida de ganar influencia. Hizo lo mismo con la página del café donde trabajaba Almendra y con otra llamada Hispachan, enfocada a la comunidad latina, cuando compró los dominios de hispachan.net, .com y .co.
-Su objetivo era atraer usuarios. En internet el tráfico es dinero, así que supongo que quería monetizar su página... Le escribí para hacerle una oferta de compra, y el tipo era tan infantil y egocéntrico que no solo no respondió, sino que además hizo públicos los e-mails que le envié -dice Zeta, administrador de Hispachan, quien le ofreció hasta 150 dólares por cada dominio.
Fue la misma época en que Nido reemplazó a Choroy Pride. Lamuel Donoso sabía leer a su audiencia y en Nido les dio el alimento que buscaban: una web anónima y sin reglas. Y aunque allí se hablaba de variados temas, la permisividad creó un nicho para los acosadores, que se agruparon en torno a una sección llamada MR, por "minas ricas", dedicada a "stalkear" mujeres. Allí, en otros espacios, incluso había tierra fértil para la pornografía infantil.
-Los lunes era mejor no entrar a Nido, porque se subían puras imágenes duras a un hilo que se llamaba "Lunes de Loli" -dice un exusuario.
Esa fue una de las razones por las cuales sus detractores le inventaron un apodo que le calzó bien: "el Rey Midas de la caca", le decían.
La crisis de Nido estalló a comienzos de este año. El primer indicio de que algo venía mal ocurrió cuando una joven contó en redes sociales que un pack de sus fotos, desnuda, que había vendido a una persona equis, se había publicado en esa web. Lo mismo que le había pasado a Almendra.
No era la primera denuncia que se hacía, pero esta, en particular, puso a la página en el radar de la gente que no tenía idea qué era Nido. Y el asunto se complicó. Al ver que nuevas personas entraban a la comunidad, a un grupo de usuarios se les ocurrió inventar que allí se planificaban secuestros de mujeres para confundir a los visitantes. Pero todo empeoró.
A las pocas horas Nido se hizo fama de ser una web que promovía la misoginia, donde se subían fotografías de mujeres desnudas y se compartía material pornográfico infantil. Miles de posteos similares comenzaron a circular. Bastó escarbar un poco en los archivos de Nido para que la mugre comenzara a salir. Y uno de los primeros testimonios que se hicieron públicos fue el de P., que singularizó todo en Donoso y en cuestión de horas sus datos, que habían permanecido bajo el radar, se viralizaron: su nombre, dirección, RUT y todas las fotografías que en diez años sus detractores habían juntado, incluido el pantallazo del recital de Justice.
A Donoso se lo estaba denunciando por acosador, pero también por haber permitido que esa dinámica se potenciara en el sitio. Un problema que se había generado en el mismo momento en que él había decidido quitar las reglas.
Por entonces, las denuncias de diversas mujeres que habían sido "stalkeadas" en Nido comenzaron a llegar a la PDI. Era cuestión de tiempo que los relatos permitieran levantar un caso en su contra, pero el joven se adelantó, y el 26 de febrero, luego de borrar todos sus perfiles de redes sociales y dejar su computador donde un vecino, se tiró al metro.
Los archivos que había en sus discos duros continúan siendo un misterio. Hasta ahora, la PDI ha recibido alrededor de 180 denuncias y el fiscal jefe de la zona oriente, Manuel Guerra, lidera una investigación que agrupa siete órdenes de investigar. Ni la policía ni la fiscalía quisieron participar de este reportaje.
La muerte de Lamuel Donoso ha sacado a relucir historias insólitas. Una de ellas, por ejemplo, les ocurrió a cuatro jóvenes ilustradoras, a quienes Donoso les pidió que lo dibujaran a cambio de 15 mil pesos. Para que se inspiraran, les mandó a todas una foto de cuando era niño: un primer plano de él con un gorro de cumpleaños.
La escena evoca ternura. Pensar en su niñez plantea una pregunta clave: ¿cuál es la razón por la que Lamuel Donoso se transformó en un acosador? Su familia, que puede dar luces sobre esa inquietud, no quiso dar entrevistas. Pero una persona que lo conoce de toda la vida, y que prefiere mantenerse en el anonimato, aporta un dato que puede ser relevante para explicar su comportamiento.
-A él lo molestaban porque era flaco y chico. Estaba en el colegio con cabros que tenían dos años más y solo recibió desprecio. Tenía que ir todos los días a soportar coscachos, insultos y rechazo. La sociedad lo castigó durante 20 años, hasta que creció y se vengó. Yo me pregunto, ¿cómo no se suicidó antes?
La muerte de Donoso también motivó a Valeria, que lo conocía del foro Pediars, a escribir un documento de 15 páginas en el que explica el origen de los foros y cómo él se fue transformando en un ser oscuro. Entre otras cosas, además de los testimonios de las mujeres que lo acusan, la investigación contiene una imagen que dice mucho de cómo terminaron las cosas para él. El pantallazo, que pasa inadvertido entre las otras fotos, fue sacado de uno de sus perfiles de Facebook y es un dibujo de un vikingo con un hacha en la mano, con una frase: "Todo esto terminará cuando me vuelva inmortal".
-Valeria, ¿crees que esto se acaba con la muerte de Lamuel Donoso?
-Eso es lo peor de todo, que aunque se murió, inmediatamente se creó otra página igual a esa.
Valeria, sentada en el Dunkin Donuts, desbloquea su celular y da muestras de la inmortalidad virtual que Donoso alcanzó luego de suicidarse: un sticker de la foto del recital de Justice que tras su fallecimiento la gente comenzó a compartir a través de WhatsApp. Un símbolo de su perpetuidad que recuerda sus propias palabras: "Nadie es anónimo en internet".
https://digital.elmercurio.com/2019/04/27/RVSB/DE3J7IPI#zoom=page-width
pobrecito era un incomprendido
Lamuel Donoso Moscheni, de entonces 21 años, administrador de un foro llamado Pediars, solía repetir la misma frase: "Nadie es anónimo en internet".
Corría el año 2009 y, bajo el seudónimo de "Misschile", Donoso lideraba una comunidad de internautas que había crecido en torno a una página web de nombre Wikipediars, una parodia de la enciclopedia Wikipedia. Allí, un grupo de aproximadamente 50 adolescentes se conectaban diariamente para comentar películas, series o intercambiar links de discos. Todo esto de forma anónima. Una norma tácita que la mayoría de los usuarios acataba sin problemas. O, al menos, eso sucedió hasta que Donoso se transformó en un agresivo cazador de identidades, como si fuese un juego.
-Yo tenía un perfil en Fotolog donde subía imágenes de mis amigos y él lo encontró, y comenzó a publicar emoticones con mi cara. Se reía porque era ojerosa y me decía "cara de búho" -explica Valeria, exmiembro del grupo, sentada en la mesa de un Dunkin Donuts.
La joven, de 29 años y que prefiere omitir su apellido, recuerda que Donoso fue identificando a los usuarios a través del correo con que se registraban, como una "forma de demostrarnos que tenía más poder que nosotros". Pero el asunto pasó rápidamente de las fotos a los datos personales. La práctica tenía su propio concepto: "stalkear", una deformación de la palabra stalker , que en inglés significa "acosador".
-Lamuel guardaba en su computador carpetas con archivos de todos nosotros. Una vez le tomó un pantallazo a su escritorio y lo publicó para que supiéramos que estábamos identificados, que nadie era anónimo en internet -agrega Valeria.
Donoso, sin embargo, no se incluía en esa frase. El joven terminó siendo el único NN del grupo. En las videollamadas que se hacían, tenía diversas estrategias para ocultarse: usaba una máscara de caballo, mostraba solo su pelo, o se dejaba ver desde la barbilla hacia abajo. Fue entonces que -según cuenta Valeria- el resto de los usuarios se aprovechó de la única debilidad que le conocían para intentar identificarlo. Donoso era fanático de una banda de música electrónica llamada Justice, que el 7 de diciembre de ese año 2009 se había presentado por primera vez en Chile, y entre todos se organizaron para revisar los videos que los fanáticos habían subido a YouTube, a ver si lo encontraban.
Pero ¿cómo se busca a alguien entre 15 mil personas, sin siquiera conocerle el rostro? Los jóvenes fueron cuadro por cuadro mirando la ropa, las barbillas y los cortes de pelo, intentando reconocer alguna prenda que los llevara hacia él, hasta que una persona vestida con un chaleco rayado, como el que usaba Freddy Krueger, y con el pelo semilargo, llamó su atención.
Valeria busca en su celular un link del video y le pone play . Minuto 2:20. Milésimas de segundos. Un collage de imágenes. Focos estroboscópicos. Un joven salta entre la multitud. El puño derecho en alto. Una luz roja le pinta la cara.
-Este es Lamuel -dice ella.
Aunque fueron solo un par de cuadros, aquella imagen, el primer retrato que se tenía de él, fue suficiente para que el grupo le tomara un pantallazo y lo subiera al foro: "Stalker Misschile", decía el título del hilo en el que aparecía.
Y entonces, todo dejó de ser un juego.
La explicación de cómo Lamuel Donoso se convirtió en administrador del foro Pediars es desconocida. Algunos creen que le compró el dominio al fundador de Wikipediars cuando esta página venía a la baja, pero otros aseguran que se hizo pasar por mujer, en el mundo virtual, para seducirlo y quedarse con la administración. Ninguna de esas versiones, sin embargo, es comprobable. La explicación oficial dice que Donoso inscribió la marca Wikipediars el 4 de junio de 2010, bajo la descripción de "publicaciones electrónicas no descargables". Cómo la obtuvo, sigue siendo una incógnita.
Aquel trámite fue el punto de partida de todos sus emprendimientos virtuales. Antes de eso, su vida es un puzle incompleto. Se sabe que su madre biológica falleció en 1988, cuando él tenía meses de nacido, que entró a la escuela en tercero básico con 6 años, que según su certificado de estudios terminó cuarto medio con promedio 6,9 y que desde que salió del colegio pasaba gran parte de su día conectado a internet, en su pieza.
-Era un humor bien inmaduro. Yo entraba a esta página para reírme. Era un ambiente cálido para personas inseguras -dice Manuel, un exintegrante de la comunidad, de 25 años, al teléfono desde alguna ciudad que prefiere omitir.
Pero Pediars no solo existía en el mundo virtual. En aquellos primeros años, hubo un grupo que decidió dejar el anonimato y juntarse en el Parque O'Higgins, obviamente sin Donoso, que entonces seguía manteniendo un bajo perfil. Eso no impedía que él, por su cuenta, también cruzara al mundo real, como una vez que viajó al litoral central para juntarse con una usuaria. Manuel envía por mensaje una foto de ese encuentro, que Donoso subió al sitio: él con una máscara de caballo y ella con una de payaso.
-Ahí dije, este hueón está enfermo. Le escribí un mensaje diciéndole que tenía mucho poder y que ocupara esa tribuna para hacer cosas buenas, pero se fue por el lado oscuro y usó el foro como una herramienta de control y extorsión -explica Manuel.
Además de un pasatiempo, administrar el foro era también un trabajo, donde ganaba dinero gracias al tráfico que tenía la página. Pero no era el único sitio que mantenía. Donoso era dueño de los dominios quefome.com, una página donde se subían imágenes que no daban risa, y de Policía del pensamiento, una web a través de la cual -según dice Manuel- se espiaba a los miembros de la comunidad.
-Esa página tenía un fondo rojo, una imagen de una cámara y una lectura que decía: "Te estamos observando". Y, efectivamente, lo estaba haciendo. Cuando uno entraba a ese sitio, se activaba un virus con el cual te controlaba remotamente el computador. Yo lo supe porque una vez él subió al foro un pantallazo obtenido con mi cámara web, donde se veía la guata de mi polola, y ahí fue cuando tomamos cartas en el asunto -explica.
Después de eso ocurrió lo del recital de Justice y semanas más tarde alguien del foro encontró su nombre en una transferencia bancaria, vinculada al arriendo de un servidor en el que la comunidad se reunía a jugar Counter Strike. Con esa información obtuvieron su dirección y un miembro del grupo fue hasta su casa y gritó su nombre. Al salir, Donoso se encontró con una cámara de video.
-Era un gordo, un guatón "frikiando" adentro de su casa -describe Manuel.
La publicación de la grabación fue el fin del foro. Para evitar que el archivo se viralizara, Donoso bajó el sitio. Prefirió perder la comunidad antes que su anonimato.
Almendra tiene 28 años y su historia con Lamuel Donoso comenzó por unas fotos tomadas en 2012. Un collage de retratos suyos en diferentes actitudes, pero con el mismo vestuario: una blusa blanca, un jumper rosado, un corbatín en forma de lazo y dos orejas puntudas en la cabeza, como si fuera un mapache.
La joven trabajaba en un café cuyo principal atractivo era que las meseras parecían haber sido sacadas de una serie de animación japonesa. Almendra no sabe quién tomó esas imágenes, ni menos cómo llegaron a una página web llamada Choroy Pride.
-Las fotos estaban tomadas desde abajo de la mesa, se me veían las piernas y los calzones -detalla ella, sentada frente a la pileta de una plaza.
Si fuera una saga de películas, Choroy Pride sería una secuela de Pediars y una precuela de Nido. No hay claridad sobre cuándo el sitio comenzó a funcionar, pero sí que era una comunidad más grande y hostil que Pediars, donde los "stalkeos" a mujeres sucedían todos los días.
Desde entonces, y en contra de su voluntad, Almendra se hizo conocida entre un grupo de usuarios anónimos.
-Llegó un momento en que vivía una vida virtual paralela en un lugar donde no quería estar. Sabían mi nombre, mi dirección y tenían rastreadas todas mis redes sociales.
Almendra relata la dinámica de cómo sucedía todo. Dice que cada vez que ella subía una foto suya a Facebook, alguien la replicaba en Choroy Pride y la gente opinaba.
-Todos estaban al día con mi vida y había dos tipos de comentarios: los que me odiaban y los que me amaban. Era extraño, tenía fans como si fuese una youtuber -cuenta.
El asunto se salió de control cuando Almendra comenzó a recibir mensajes en su Facebook de usuarios que ella creía que provenían de esta página. Con uno de ellos, el más insistente, entabló una conversación durante algunos meses, hasta que un día él le hizo una propuesta que más bien sonó a una extorsión:
-Me ofreció borrar esas fotos a cambio de salir conmigo. Yo acepté por conveniencia. Puso como única condición que no le preguntara su nombre -recuerda ella.
Agrega que se juntaron en una pizzería y que allí el joven le confesó ser el administrador del sitio. En un descuido le vio el carné de identidad: "Lamuel Donoso", decía el documento. "No se te vaya a ocurrir decírselo a alguien", cuenta Almendra que le advirtió.
-Lamuel se relacionaba de forma autoritaria. Tenía una inteligencia emocional muy precaria. No sabía controlar ninguna situación, ni emoción. Era una persona que estaba muy cómoda en internet, pero que en el mundo real era torpe -describe.
Almendra recuerda que durante esa primera cita Donoso trató de impresionarla develándole los trucos que usaba para buscar información de las personas en internet, y que le pidió que lo acompañara a cambiar dólares, solo para demostrarle que tenía dinero.
Ambos salieron dos veces más y el tema de las fotografías se habló en todos los encuentros. Donoso parecía no tener ganas de cumplir con lo que le había prometido, hasta que en la tercera cita intentó darle un beso que no fue correspondido. El rechazo, cuenta Almendra, desató su enojo.
-Me dijo cosas muy feas: que le daba color, que no era la mansa mina y que en las fotos me veía más bonita. Ahí se fueron toda mis esperanzas de que bajara mis imágenes de internet.
Pero Donoso no solo no eliminó los retratos, sino que aportó con más material: una foto de Almendra comiendo durante una de las citas. Lo peor, sin embargo, vino después, dice, cuando alguien de Choroy Pride hackeó su cuenta de Facebook y obtuvo un set de imágenes en las que aparecía desnuda. Un pack que -según cuenta- había vendido en 350 mil pesos.
-Pensaba que el mundo se había terminado. Después me enfoqué y dije: "Esto va a estar para siempre en internet y no puedo dejar que me afecte". Fue un proceso bien largo en el que me endurecí tanto, que cuando volvían a subir mis fotos no me afectaba -dice.
Las imágenes inspiraron memes, comentarios fantasiosos y un usuario utilizó a Almendra como su musa de un cómic hentai , en donde la dibujaba en situaciones sugerentes y a veces explícitamente sexuales. Para evitar el acoso, la joven dejó de trabajar en el café, cerró todas sus redes sociales y se creó un perfil de Facebook con un nombre masculino, para que nadie nunca la volviera a encontrar.
Pero eso no fue suficiente. El acoso se extendió por seis años. Continuó incluso cuando Choroy Pride pasó a llamarse Nido, en 2013, una comunidad que llegó a tener más de 10 mil usuarios. Dos días antes de que Lamuel Donoso muriera, la gente todavía escribía de ella. Almendra recuerda el último posteo que hicieron sobre su vida:
-Pusieron una foto mía de Instagram, en donde aparecía con otra persona, y escribieron: "Esta puta ya se está comiendo a otro hueón".
P. tiene 24 años y dice ser una de las jóvenes que más compartió con Lamuel Donoso. Ambos se conocieron en Choroy Pride cuando P. subió una foto en donde, por error, iba su nombre real, un detalle que en un mundo de avezados "stalkeadores" no pasó inadvertido, y horas más tarde todos sus datos estaban disponibles en la web. Desde entonces, Donoso puso sus ojos en ella.
-Yo reunía todas las características de su antigua ex, a quien maltrató psicológicamente cuando ellos iban en la universidad -asegura P.
La joven agrega que se conocieron cuando ella pasaba por un mal momento familiar y que, en medio de esa confusión, él se mostró como un hombre comprensivo y con sus mismos gustos. Pero no era casualidad: Donoso había estudiado minuciosamente a P. hasta mimetizarse con sus preferencias.
-Me sentía confundida. Él manipulaba la situación porque me conocía y actuaba de acuerdo a lo que a mí me gustaba. Tenía rasgos psicopáticos -explica.
Ambos comenzaron a salir en 2013 y en esos encuentros Donoso le confesó una mezcla de dramas familiares que -según ella- habían sacado lo peor de él.
-Su madre se murió cuando él era muy pequeño. Su padre se volvió a casar, pero él nunca tuvo apego por esa familia. Su vida giró en torno a lo que pasaba en internet, porque en su día a día estaba carente de cariño.
Mientras P. veía a Donoso como un amigo, él confundió las cosas. La joven dice que se "obsesionó" con ella, que publicaba todo lo que hablaban, y que un viaje que hicieron juntos a San Pedro de Atacama fue el fin de la relación. Al llegar al hotel, cuando Lamuel Donoso pidió una cama matrimonial, ella solicitó dos, y tal como le había pasado con Almendra, el joven no pudo con el rechazo. En 2015 fue la última vez que lo vio.
-Él quería que yo entrara en su mundo, pero era una persona violenta verbalmente, tendía a menospreciarme. Imagina: un sujeto narcisista, misógino, que odia a las mujeres por el constante rechazo... Yo le dije que se tratara, porque estaba perdiendo el sentido de la realidad -recuerda.
Pero Donoso no dejó de hablar de ella en Nido, ni de acosarla por correo: "Sé que estás muy ocupada estudiando, que mi mundo ya no es compatible con el tuyo, que tus sueños son otros, pero ¿puedes por lo menos darme una última respuesta?", le escribió una vez, en un documento al que tuvo acceso "Sábado".
En pocos años, desde que "stalkear" había partido como un juego, Lamuel Donoso cruzó varios límites sin detenerse, entre ellos el de la privacidad, el hostigamiento y la venganza. Y todo desde su pieza, que a la vez funcionaba como su oficina. Internet era también un trabajo. Su modelo de negocios consistía en ganar plata por el tráfico de sus páginas y por los registros de propiedad de direcciones webs de marcas importantes, que luego revendía. A veces simplemente lo hacía por molestar.
Takato, un joven chileno de 33 años, dueño del sitio llamado 6chan -una enorme comunidad de usuarios anónimos que vivió su extinción justo en los días en que Choroy Pride comenzaba su actividad-, fue una de sus primeras víctimas. Takato cuenta que Donoso bombardeó su sitio con pornografía infantil y que luego lo denunció, hasta que la página fue intervenida por la PDI y el hosting caducó el contrato. Y cuando el dominio se venció, Lamuel Donoso registró 6chan a su nombre. El último paso fue vincular la dirección con su foro, aumentando el volumen de su comunidad.
Adueñarse de dominios era una forma rápida de ganar influencia. Hizo lo mismo con la página del café donde trabajaba Almendra y con otra llamada Hispachan, enfocada a la comunidad latina, cuando compró los dominios de hispachan.net, .com y .co.
-Su objetivo era atraer usuarios. En internet el tráfico es dinero, así que supongo que quería monetizar su página... Le escribí para hacerle una oferta de compra, y el tipo era tan infantil y egocéntrico que no solo no respondió, sino que además hizo públicos los e-mails que le envié -dice Zeta, administrador de Hispachan, quien le ofreció hasta 150 dólares por cada dominio.
Fue la misma época en que Nido reemplazó a Choroy Pride. Lamuel Donoso sabía leer a su audiencia y en Nido les dio el alimento que buscaban: una web anónima y sin reglas. Y aunque allí se hablaba de variados temas, la permisividad creó un nicho para los acosadores, que se agruparon en torno a una sección llamada MR, por "minas ricas", dedicada a "stalkear" mujeres. Allí, en otros espacios, incluso había tierra fértil para la pornografía infantil.
-Los lunes era mejor no entrar a Nido, porque se subían puras imágenes duras a un hilo que se llamaba "Lunes de Loli" -dice un exusuario.
Esa fue una de las razones por las cuales sus detractores le inventaron un apodo que le calzó bien: "el Rey Midas de la caca", le decían.
La crisis de Nido estalló a comienzos de este año. El primer indicio de que algo venía mal ocurrió cuando una joven contó en redes sociales que un pack de sus fotos, desnuda, que había vendido a una persona equis, se había publicado en esa web. Lo mismo que le había pasado a Almendra.
No era la primera denuncia que se hacía, pero esta, en particular, puso a la página en el radar de la gente que no tenía idea qué era Nido. Y el asunto se complicó. Al ver que nuevas personas entraban a la comunidad, a un grupo de usuarios se les ocurrió inventar que allí se planificaban secuestros de mujeres para confundir a los visitantes. Pero todo empeoró.
A las pocas horas Nido se hizo fama de ser una web que promovía la misoginia, donde se subían fotografías de mujeres desnudas y se compartía material pornográfico infantil. Miles de posteos similares comenzaron a circular. Bastó escarbar un poco en los archivos de Nido para que la mugre comenzara a salir. Y uno de los primeros testimonios que se hicieron públicos fue el de P., que singularizó todo en Donoso y en cuestión de horas sus datos, que habían permanecido bajo el radar, se viralizaron: su nombre, dirección, RUT y todas las fotografías que en diez años sus detractores habían juntado, incluido el pantallazo del recital de Justice.
A Donoso se lo estaba denunciando por acosador, pero también por haber permitido que esa dinámica se potenciara en el sitio. Un problema que se había generado en el mismo momento en que él había decidido quitar las reglas.
Por entonces, las denuncias de diversas mujeres que habían sido "stalkeadas" en Nido comenzaron a llegar a la PDI. Era cuestión de tiempo que los relatos permitieran levantar un caso en su contra, pero el joven se adelantó, y el 26 de febrero, luego de borrar todos sus perfiles de redes sociales y dejar su computador donde un vecino, se tiró al metro.
Los archivos que había en sus discos duros continúan siendo un misterio. Hasta ahora, la PDI ha recibido alrededor de 180 denuncias y el fiscal jefe de la zona oriente, Manuel Guerra, lidera una investigación que agrupa siete órdenes de investigar. Ni la policía ni la fiscalía quisieron participar de este reportaje.
La muerte de Lamuel Donoso ha sacado a relucir historias insólitas. Una de ellas, por ejemplo, les ocurrió a cuatro jóvenes ilustradoras, a quienes Donoso les pidió que lo dibujaran a cambio de 15 mil pesos. Para que se inspiraran, les mandó a todas una foto de cuando era niño: un primer plano de él con un gorro de cumpleaños.
La escena evoca ternura. Pensar en su niñez plantea una pregunta clave: ¿cuál es la razón por la que Lamuel Donoso se transformó en un acosador? Su familia, que puede dar luces sobre esa inquietud, no quiso dar entrevistas. Pero una persona que lo conoce de toda la vida, y que prefiere mantenerse en el anonimato, aporta un dato que puede ser relevante para explicar su comportamiento.
-A él lo molestaban porque era flaco y chico. Estaba en el colegio con cabros que tenían dos años más y solo recibió desprecio. Tenía que ir todos los días a soportar coscachos, insultos y rechazo. La sociedad lo castigó durante 20 años, hasta que creció y se vengó. Yo me pregunto, ¿cómo no se suicidó antes?
La muerte de Donoso también motivó a Valeria, que lo conocía del foro Pediars, a escribir un documento de 15 páginas en el que explica el origen de los foros y cómo él se fue transformando en un ser oscuro. Entre otras cosas, además de los testimonios de las mujeres que lo acusan, la investigación contiene una imagen que dice mucho de cómo terminaron las cosas para él. El pantallazo, que pasa inadvertido entre las otras fotos, fue sacado de uno de sus perfiles de Facebook y es un dibujo de un vikingo con un hacha en la mano, con una frase: "Todo esto terminará cuando me vuelva inmortal".
-Valeria, ¿crees que esto se acaba con la muerte de Lamuel Donoso?
-Eso es lo peor de todo, que aunque se murió, inmediatamente se creó otra página igual a esa.
Valeria, sentada en el Dunkin Donuts, desbloquea su celular y da muestras de la inmortalidad virtual que Donoso alcanzó luego de suicidarse: un sticker de la foto del recital de Justice que tras su fallecimiento la gente comenzó a compartir a través de WhatsApp. Un símbolo de su perpetuidad que recuerda sus propias palabras: "Nadie es anónimo en internet".
https://digital.elmercurio.com/2019/04/27/RVSB/DE3J7IPI#zoom=page-width
pobrecito era un incomprendido
'' primero sus felaciones a Luvsik ahora esto 
, bubalon le debe dejar el pico brillante y humectado a los empresarios y a los jabones. Ya es notable la parafilia con los ricos de estos saco wea. 
@Eternal Idol