Kititta
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No se si había contado antes, pero a las familias de mis viejos siempre le han pasado weas raras con fantasmas, duendes o cuanta wea se imaginen. A mí no, por eso nunca les creía. Esta es una de esas historias:
Esto le ocurrió en pleno invierno a la familia de mi mamá en Concepción, aproximadamente el 1970.
Vivian pobres, pero ni tanto. Era de noche y mi abuela estaba haciendo pan amasado para la once, en un horno de barro que estaba en el patio, mi mamá y mis tías le estaban ayudando, ninguna habrá tenido más de 10 años. De repente, empiezan a escuchar que los vecinos estaban gritando en la calle, apuntando a la casa.
Salieron todos a mirar qué onda y se dieron cuenta de que no era con su casa el asunto, sino con la del al lado.
Mis tios, y mi abuelo empezaron a decir: “¡Desde aquí se ve!” y fueron varios vecinos a mirar desde el patio de la casa de mi mamá y otros a la casa del lado a tocar la puerta y avisar lo que estaba pasando.
La wea es que en plena noche, donde con cuea había uno que otro poste de luz, se veía sobre la casa del vecino a una persona, hombre, o no sé qué era porque estaba muy oscuro, que estaba sobre del techo mirando alrededor de la casa del vecino.
Lo único que la gente alcanzaba a ver era una luz que llevaba amarrada a una mano y los ojos grandes que parecían como de gato. Las personas empezaron a gritarle y tirarle piedras, y la cosa pego un salto y desapareció.
El vecino estaba enfermo y agonizando en cama, y al rato de que el ojos de gato apareció sobre el techo el caballero murió. Obviamente empezaron los rumores de que el viejo tenía pacto con el diablo o las típicas historias que intentan explicar qué cresta era lo que varias personas adultas y niños, incluyendo a mi mamá y mis tías vieron esa noche.
Por los ojos brillantes que tenía y la luz que se veía en su mano, todos empezaron a contar la historia del Gato con Farol.
Yo nunca le creí esa historia a mi mamá, pero mi papá nos contó que cuando fue a la casa de mi mamá mientras pololeaban, reconoció la casa del lado, ya que en su familia le decían la “casa del duende”.
En fin, mucha gente vio esta wea, y los abuelitos del sector siempre se acuerdan del Gato con Farol.
Si, el dibujo esta como la weas por que lo hice yo. Pero se parece a la descripción que me dieron mis tías.
Esto le ocurrió en pleno invierno a la familia de mi mamá en Concepción, aproximadamente el 1970.
Vivian pobres, pero ni tanto. Era de noche y mi abuela estaba haciendo pan amasado para la once, en un horno de barro que estaba en el patio, mi mamá y mis tías le estaban ayudando, ninguna habrá tenido más de 10 años. De repente, empiezan a escuchar que los vecinos estaban gritando en la calle, apuntando a la casa.
Salieron todos a mirar qué onda y se dieron cuenta de que no era con su casa el asunto, sino con la del al lado.
Mis tios, y mi abuelo empezaron a decir: “¡Desde aquí se ve!” y fueron varios vecinos a mirar desde el patio de la casa de mi mamá y otros a la casa del lado a tocar la puerta y avisar lo que estaba pasando.
La wea es que en plena noche, donde con cuea había uno que otro poste de luz, se veía sobre la casa del vecino a una persona, hombre, o no sé qué era porque estaba muy oscuro, que estaba sobre del techo mirando alrededor de la casa del vecino.
Lo único que la gente alcanzaba a ver era una luz que llevaba amarrada a una mano y los ojos grandes que parecían como de gato. Las personas empezaron a gritarle y tirarle piedras, y la cosa pego un salto y desapareció.
El vecino estaba enfermo y agonizando en cama, y al rato de que el ojos de gato apareció sobre el techo el caballero murió. Obviamente empezaron los rumores de que el viejo tenía pacto con el diablo o las típicas historias que intentan explicar qué cresta era lo que varias personas adultas y niños, incluyendo a mi mamá y mis tías vieron esa noche.
Por los ojos brillantes que tenía y la luz que se veía en su mano, todos empezaron a contar la historia del Gato con Farol.
Yo nunca le creí esa historia a mi mamá, pero mi papá nos contó que cuando fue a la casa de mi mamá mientras pololeaban, reconoció la casa del lado, ya que en su familia le decían la “casa del duende”.
En fin, mucha gente vio esta wea, y los abuelitos del sector siempre se acuerdan del Gato con Farol.
Si, el dibujo esta como la weas por que lo hice yo. Pero se parece a la descripción que me dieron mis tías.