aknoid
Hincha Huevas
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Impactante testimonio de joven poseído por Satanás
“Tuve que bajar al infierno para librarme de todo”. Con este dramático relato describe un joven universitario de 20 años la experiencia que sufrió a consecuencia de un pacto que realizó con Satanás.
Después de esto recurrió a la denominada liberación espiritual, liderada por un grupo de pastores de la Comunidad Cristiana de Antofagasta. Nuestro entrevistado, quien acompañado por el evangelista Oscar Pizarro rememora su impactante pasado, explica que todo partió con su vinculación a la música de letras depresivas y de contenido satánico, comenzando a ver sombras humanas y hasta cuerpos con rostros desfigurados, sin haber consumido drogas o alcohol, aunque con este tipo de sustancias dichas sensaciones se intensificaban.
Cautelando su identidad por la traumática experiencia que vivió hasta el año pasado, este estudiante de iniciales N.A. relata que estaba “en una crisis”, en que se sentía encogido y porque jamás fue socialmente aceptado por sus pares, hasta que realizó el denominado pacto.
PACTO
Una vez, cuenta, estaba escuchando un tema cuya letra decía: “la serpiente es antigua, síguela, síguela”, y en ese momento escuchó una voz: “Yo puedo darte todo lo que tú quieras”, a lo que respondió: “Si tú eres capaz de que todo el mundo me ame y adore, mi alma es tuya”, comenzando este calvario espiritual.
Incluso, dice que su relación con su familia se quebró, al hecho que odiaba a su mamá, además con un gesto de reflexión “gozaba” con la letra de un tema del líder de “The Doors”, Jim Morrison, que decía “mamá quiero poseerte toda la noche”.
Relata que durante años de lo que denomina como perdición, consumió drogas, alcohol y tenía la sensación de ser incapaz de lograr ver las cosas en forma positiva.
“Yo vi el infierno”, afirma en forma tajante, describiendo que el escenario era un desierto muy rocoso de color rojizo y con un reflejo como el que crea las llamas de un incendio, con un aire en que costaba respirar y “con olor extraño a muerto”.
ANTICRISTO
“Se escuchaba un griterío y en un sector había como una fiesta. En una roca levantada había un trono en que estaba Satanás acompañado de dos príncipes de pie y brazos cruzados”, asegura.
A los dos últimos define como una especie de hombre lobo y vampiro, altos y fornidos, mientras que el anticristo se presentaba como un hombre de capa, alrededor de una hoguera rodeada de huesos y con pequeños demonios o duendes que representaban el pecado sexual, a los que definió como molestosos y de rostros deformados.
Dice que las visiones lo mostraban tomado de la mano con Jesús, quien estaba con una capucha, con una sensación de arrepentimiento, pero que sentía seguridad al estar con Cristo, similar a lo que siente un niño de pocos años cuando está con su padre.
CRUCIFIXION
A esto suma una escena de la crucifixión de Jesucristo, contando que pudo apreciar cómo bajó a los infiernos, lo que era percibido como un triunfo por Satanás y de que el hijo de Dios había sido derrotado al morir en forma física en la cruz.
Lo que más recuerda es la mirada del hombre que era Jesús, “de rabia, como diciendo han hecho sufrir demasiado a lo que yo creé”, agregando que el diablo mostró su furia, provocándose una lucha entre el bien y mal, donde el Hijo de Dios levanta a Leviatán del cuello y lo tira al suelo, aplastándole la cabeza contra la Tierra, en que abrió una celda que estaba llena de personas, escuchando una voz que le decía: “Tú tienes la opción de salir, si quieres salir, ven”.
GUERRA ESPIRITUAL
El pastor de la Comunidad Cristiana, Oscar Pizarro, comenta que esta liberación llevó tres días de plegarias, oraciones y lectura de pasajes bíblicos, en que el anticristo mostraba su rebeldía.
En dicho retiro, cuenta el joven de 20 años, fue sometido a una liberación que define como “guerra espiritual”, que lo dejó con un agotamiento físico y con pérdida de la noción, dado que estaba en un tiempo real, pero a la vez en otra dimensión espiritual.
Oscar Pizarro dijo que este tipo de situaciones no debe entenderse como excepcionales, de allí que invitó a los jóvenes que pasen por momentos traumáticos -como el de nuestro entrevistado- a que se comuniquen al fono consejería 383969, para recibir ayuda.
Fuente: Mercurio Antofagasta
“Tuve que bajar al infierno para librarme de todo”. Con este dramático relato describe un joven universitario de 20 años la experiencia que sufrió a consecuencia de un pacto que realizó con Satanás.
Después de esto recurrió a la denominada liberación espiritual, liderada por un grupo de pastores de la Comunidad Cristiana de Antofagasta. Nuestro entrevistado, quien acompañado por el evangelista Oscar Pizarro rememora su impactante pasado, explica que todo partió con su vinculación a la música de letras depresivas y de contenido satánico, comenzando a ver sombras humanas y hasta cuerpos con rostros desfigurados, sin haber consumido drogas o alcohol, aunque con este tipo de sustancias dichas sensaciones se intensificaban.
Cautelando su identidad por la traumática experiencia que vivió hasta el año pasado, este estudiante de iniciales N.A. relata que estaba “en una crisis”, en que se sentía encogido y porque jamás fue socialmente aceptado por sus pares, hasta que realizó el denominado pacto.
PACTO
Una vez, cuenta, estaba escuchando un tema cuya letra decía: “la serpiente es antigua, síguela, síguela”, y en ese momento escuchó una voz: “Yo puedo darte todo lo que tú quieras”, a lo que respondió: “Si tú eres capaz de que todo el mundo me ame y adore, mi alma es tuya”, comenzando este calvario espiritual.
Incluso, dice que su relación con su familia se quebró, al hecho que odiaba a su mamá, además con un gesto de reflexión “gozaba” con la letra de un tema del líder de “The Doors”, Jim Morrison, que decía “mamá quiero poseerte toda la noche”.
Relata que durante años de lo que denomina como perdición, consumió drogas, alcohol y tenía la sensación de ser incapaz de lograr ver las cosas en forma positiva.
“Yo vi el infierno”, afirma en forma tajante, describiendo que el escenario era un desierto muy rocoso de color rojizo y con un reflejo como el que crea las llamas de un incendio, con un aire en que costaba respirar y “con olor extraño a muerto”.
ANTICRISTO
“Se escuchaba un griterío y en un sector había como una fiesta. En una roca levantada había un trono en que estaba Satanás acompañado de dos príncipes de pie y brazos cruzados”, asegura.
A los dos últimos define como una especie de hombre lobo y vampiro, altos y fornidos, mientras que el anticristo se presentaba como un hombre de capa, alrededor de una hoguera rodeada de huesos y con pequeños demonios o duendes que representaban el pecado sexual, a los que definió como molestosos y de rostros deformados.
Dice que las visiones lo mostraban tomado de la mano con Jesús, quien estaba con una capucha, con una sensación de arrepentimiento, pero que sentía seguridad al estar con Cristo, similar a lo que siente un niño de pocos años cuando está con su padre.
CRUCIFIXION
A esto suma una escena de la crucifixión de Jesucristo, contando que pudo apreciar cómo bajó a los infiernos, lo que era percibido como un triunfo por Satanás y de que el hijo de Dios había sido derrotado al morir en forma física en la cruz.
Lo que más recuerda es la mirada del hombre que era Jesús, “de rabia, como diciendo han hecho sufrir demasiado a lo que yo creé”, agregando que el diablo mostró su furia, provocándose una lucha entre el bien y mal, donde el Hijo de Dios levanta a Leviatán del cuello y lo tira al suelo, aplastándole la cabeza contra la Tierra, en que abrió una celda que estaba llena de personas, escuchando una voz que le decía: “Tú tienes la opción de salir, si quieres salir, ven”.
GUERRA ESPIRITUAL
El pastor de la Comunidad Cristiana, Oscar Pizarro, comenta que esta liberación llevó tres días de plegarias, oraciones y lectura de pasajes bíblicos, en que el anticristo mostraba su rebeldía.
En dicho retiro, cuenta el joven de 20 años, fue sometido a una liberación que define como “guerra espiritual”, que lo dejó con un agotamiento físico y con pérdida de la noción, dado que estaba en un tiempo real, pero a la vez en otra dimensión espiritual.
Oscar Pizarro dijo que este tipo de situaciones no debe entenderse como excepcionales, de allí que invitó a los jóvenes que pasen por momentos traumáticos -como el de nuestro entrevistado- a que se comuniquen al fono consejería 383969, para recibir ayuda.
Fuente: Mercurio Antofagasta
