Follow along with the video below to see how to install our site as a web app on your home screen.
Nota: This feature currently requires accessing the site using the built-in Safari browser.
Hace mucho, mucho tiempo... era una época oscura y malévola, por mi mente no pasaban más que vivir dignamente cuál prócer de película noventera gringa de carretes universitarios. Era una tertulia en tierras perdidas más allá de la civilización conocida, una tierra que llamaban los campiranos "laguna de aculeo", tierra de nobles mujeres y laboriosos hombre, gente de tierra, simpática y llena de alegría.
El hogar en cuestión era la parcela de la clásica compañera "cuica", un hogar lleno de fino arte y con una gran piscina y quincho. Llegamos varios compañeros y degustamos los mas finos manjares y ambrosías como Santa Helena (con H), aguamieles escudo y baltica, entre otras. También, en una introspección a nuestra cultura más primitiva, así como los viejos chamanes de nuestra tierra, fumamos cuál grupo de mugrosos hippies, la pipa de la paz.
Mi estado etílico comenzó a subir, mi actividad motriz no calculaba correctamente las distancias y distorsionaba caras, cuerpos y carcajadas, todo era una sublime conjugación de música, colores y alcohol. Hasta que llego ella, una de esas personas que sabes que existe pero son como fantasmas, su voz se escucha entre susurro y no sabes si realmente están allí y, curiosamente, en ese momento se veía extremadamente guapa y yo, como todo un semental y digno caballero me acerco y le comento "que bella está la noche, pero no tanto como tus ojos, oh radiante flor en este desierto, que dios bendiga con su luz este sacrosanto encuentro entre nuestras dos almas, ¿usted me concedería la siguiente pieza musical?" (al menos eso esperé, creo que fue más bien como un -wena, oe, querí bailar o le dai color?-).
Mi expectación crecía entre los bailes cuál ritual próximo al apareamiento, ignorando detalles como un pequeño rollito que sobresalía en su polera, o el poco acné que tenía en su frente procedí a besarla apasionadamente en medio de la multitud, ¿qué me llevó a eso?, bueno, en nuestro ADN como humano está buscar a la mujer más capacitada y que tenga mejores caderas para parir a las futuras generaciones de hombres y mujeres que poblarán este mundo. Y después, mi instinto como un joven sano, fue ofrecerle respetuosamente "oie, y si vamos pah' atras?" y esta hembra accedió cortes mente.
Entre besos, pude saborear esos pechos generosos y un órgano reproductor ajustado y con técnica, su movimiento era para sonrojar a cualquier geisha a pesar de las dificultades del terreno (entre un árbol y unos arbustos atras de la casa), un trasero mandado a esculpir por el mismísimo Zeus que se movía rítmica mente, sentí que mi aparatose hacía pequeño entre tanta, pero tanto tamaño de carne, eso si, no existe queja, yo creo que la mujer conocía el arte de "los siete suspiros", alguna versión propia del "kama sutra" además de una exquisita técnica vocal. Tanto así que llegamos 3 veces al coito (creo), no se pudo más debido a la escasez de protección de látex, fue una noche mágica y maravillosa mirando las estrellas entre nuestros cuerpos desnudos.
.... Al otro día la ví y me cago la culiá fea, como tonta pal pico, pero era fea y media pesa (sin perdón de dios) porque me pidio pololeo y weas y yo no estaba para esos trotes en aquellos años, me webió un par de meses pero tenía que hacerle la cortá entre insistencia de sus amigas para que anduviera con ella y de las burlas de mis amigos por comerme a semejante mounstruo, aunque debo decir, es la mejor cacha que me he pegado
La historia es que andaba mas botado que papel cagao y me quería comer a una mina que era muuy fea y como yo no soy ningún adonis, asumo que sano y weno igual me la quería comer. Era fea fea la loca, pero su buen pellejo y mas alta que yo. La cosa es que no me daba el lado y no pude nunca concretar. Por cosas de la pega me fui un par de meses a trabajar al norte y cuándo volvi a mi sur fui al mismo local de siempre y ahí andaba la fea. Estábamos en la misma mesa compartiendo, nos copeteamos y terminamos tirando como condenados, ricas tetas, potito hermoso, choro hediondo, cara pa que hablar. Sano y weno me daba un poco de lata, pero nos juntábamos y terminábamos atracando como perros en celo. Después se puso a pololiar y me cortó los suministros. No la he vuelto a ver, pero igual si se da la mano me la haría chupete. No pololiaria con ella eso si
yo no tengo ninguna asi pa contar como aca
por que tenemos a sergio
nuestro estomago de can
el dice me pagan el copete y voy con la que nadie quiere...
amifos como ese