La marca se llamaba L’sporto. El primer partido contra Dinamarca no hubo problemas, hasta que la FIFA se dio cuenta que el tamaño del sponsor superaba las dimensiones establecidas, por lo que la Federación Uruguaya se vió obligada a tapar la marca para no caer en sanciones. Lo otro es que no se sabe a ciencia cierta la nacionalidad de la marca. En internet se encuentra de todo: Que era japonesa, que era una marca uruguaya propia de la productora audiovisual Tensfield, que era ítalo-canadiense o que era gringa con sede en Miami. Lo cierto es que L’sporto se considera una empresa fantasma.