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Macho
El siguiente opúsculo (libro pequeño, pa' que entiendan) fue escrito por un autor argentino llamado Ebbenezer Cunningham, en el cual describe de manera genial y magistral COMO SON LOS ZURDOS.

Si bien el libro es de 1998 y su última publicación en internet data de 2004, NO HA PERDIDO PARA NADA SU VIGENCIA.

Y si bien este pequeño libro describe a los zurdos con jerga argentina y algunas situaciones propias de ese país, la descripción NO PIERDE NINGUNA VALIDEZ SI SE APLICA A CUALQUIER OTRO PAÍS.

Por lo mismo, y dada la INSURRECCIÓN REVOLUCIONARIA, por que NUNCA FUE UN ESTALLIDO SOCIAL, DESATADA POR LA IZQUIERDA EN OCTUBRE DEL AÑO PASADO, procedo a colocarlo a disposición del antroniano para ayudar a comprender mejor este proceso nefasto que tiene a nuestro país con el culo a 2 manos por culpa de estos nefastos y cancerosos parásitos rojos.


FUNDACION BLACKWAR
Organización no Gubernamental de ecología social,
por un país sin plagas.

Presenta:
"PERDÓN POR LA IZQUIERDA"
Por
EBBENEZER CUNINGHAM
(Agente de la CIA - Ex asesor de Tachito Somoza- Mano de obra desocupada)

Colección Viva Perón, vol. CLIV
Editorial Viva Perón
Ciudad Eva Perón, MCMXCVIII
Ultima Tirada, MMIV

PRIMERA PARTE:

INTRODUCCIÓN
El que todos lleguemos a vivir en casas igualmente hermosas, es un sueño que podrá o no realizarse; pero el que todos vivamos juntos en la misma encantadora morada, no es ya un sueño, sino una espantosa pesadilla. Que un hombre pueda sentir afecto para todas las viejas existentes es un ideal que parece imposible; pero que llegue a ver a todas las viejas con los mismos ojos que a su madre, no sólo es imposible, sino abominable.


Gilbert K. Chesterton


Cuenta una vieja leyenda apócrifa que cierta vez un huérfano recibió como regalo un jugoso costillar de novillo. Aunque había escuchado hablar de la existencia del asado, la ausencia de un padre que lo iniciara en tan antigua costumbre le privaba de toda experiencia práctica en la materia. Decidió entonces buscar en los libros la solución a su problema culinario.

Nuestro huérfano era economista, así que estudió la manera de obtener la mayor cantidad de proteínas con el menor esfuerzo y reduciendo costos.

Invitó a sus amigos al festín y les sirvió carne cruda.

Como la carne estaba algo abombada, los más débiles murieron o enfermaron. Los más fuertes, en cambio, superada la repulsión inicial, no solamente terminaron con el costillar sino que siguieron con los cadáveres, luego con los enfermos y al final -ya irrevocablemente cebados por la sangre- comenzaron a devorarse entre ellos.

El anfitrión sacó una conclusión científica: "el canibalismo es una ley de la naturaleza".

Fue el primer liberal.[1]

Otro economista -primo del anterior y guacho[2] como su pariente- reaccionó con violencia y lanzó al mundo universo una verdad indiscutible: no importa cuanto cueste, la carne debe comerse cocida.

Y satisfecho de sí mismo y de su antítesis, dejó el asado en las brasas hasta que se quemó por completo.

Fue el primer zurdo.
Un zurdo es, entonces, alguien que cree que para evitar el canibalismo hay que comer carbón.

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[1] Este trabajo trata sobre la izquierda revolucionaria y socialdemócrata por lo que sólo incidentalmente me referiré a los liberales. Esta omisión voluntaria obedece a la necesidad de limitar debidamente el tema y no a que los liberales -padres del capitalismo- sean ninguna joya. Si sobrevivo con éxito a la publicación de este librito, tal vez dedique otro a los liberales, inseparables compañeros de ruta de los zurdos y sus socios en el nuevo orden mundialista.

[2] Recuérdese que ambos son huérfanos.

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I - ALGUNAS DEFINICIONES
ABSURDO: dícese de cualquier doctrina filosófica o política procedente de la izquierda.

IZQUIERDA: Conjunto de grupos políticos partidarios del cambio (Pequeño Larousse)

IZQUIERDEAR: Apartarse de lo recto.(Id.)

IZQUIERDISTA: Partidario de la izquierda (Ibid.)

ZURDO: Imberbe, infiltrado; sinónimo: estúpido que grita (Juan Domingo Perón, 01/05/1974)

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II - GENESIS DEL ZURDO
Según recientes investigaciones de tan afamados como ignotos científicos, un zurdo puede producirse por tres causas, a saber:

a) Por reacción.

b) Por contagio.

c) Por formación.

a) El zurdo por reacción o zurdo con causa

Es el que está en contra de la propiedad privada por verse privado de toda propiedad. En realidad no está en contra de la propiedad privada, si no de la propiedad ajena. Es el proletario desposeído y sin esperanza de poseer que se rebela contra el capitalista que cree que lo oprime y que, además, efectivamente lo oprime. No es este zurdo, que actúa por móviles humanos y comprensibles, el objeto de nuestro estudio. Quien se hace marxista para alimentar a su familia, deja de serlo cuando consigue trabajo, vivienda y crédito barato.

Ningún proletario va a comer carbón si se le permite llevar a la mesa un buen plato de tallarines con tuco.

b) El zurdo por contagio o pavolche

Típico exponente de la clase media/media alta, que se hace zurdo por solidaridad con la clase obrera, porque es muy sensible, porque es un cazador de utopías, porque el Che Guevara está divino con esa boina, porque le fascina Neruda, porque está angustiado, porque es intelectual, porque el padre no le presta el auto y para que no ganen los peronistas.

Suelen veranear en Las Leñas, Camboriú o Punta del Este, mueren por el Nano Serrat y Mercedes Sosa (la que anda en Mercedes... Benz) y, of course, darling, votaron a Graciela. (Y ahora son K.)

c) El zurdo por formación o zurdo terminal

Aunque parezca difícil de creer, es aquel zurdo que invirtió varios años de su vida estudiando para ser zurdo, de tal manera que cuando se recibe uno no sabe si felicitarlo o darle el pésame. Preferentemente se inclinan hacia el magisterio, trabajo social, psicología, sociología, periodismo o sacerdocio católico.

III - HABITAT
El zurdo es un bicho con definida vocación insular.

Vive en islas, aislado de la realidad que lo circunda y avasalla. Por ejemplo en Cuba, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o en la Universidad Nacional de La Plata.

Cuando la geografía no los favorece construyen muros, como el de Berlín, para evitar que los capitalistas entren a gozar de los beneficios del socialismo triunfante.

IV - CLASIFICACION
Abarcan desde los microorganismos hasta algunos vertebrados inferiores, como los reptiles. De estos últimos se conocen más de cinco mil especies.

Los microorganismos se caracterizan por su virulencia y aunque suelen ser invisibles hasta para el microscopio electrónico a veces tienen graves secuelas como tachos de basura destruídos, vidrieras rotas y ómnibus incendiados.

Estas células zurdas, si bien sumamente peligrosas, suelen perder fuerza por su invencible tendencia a la cariocinesis.

Por ejemplo, del Partido Bolchevique surgen el Partido Bolchevique Revolucionario y el Partido Trotskista. El Partido Bolchevique Revolucionario se divide en Partido Bolchevique 22 de Agosto y Partido Bolchevique Auténtico; el Partido Trotskista, a su vez, se parte en Partido Trotskista Leninista y Partido Trotskista Proletario. Del Partido Bolchevique 22 de Agosto surge la línea Partido Bolchevique 22 de Agosto a la mañana, mientras el Partido Bolchevique Auténtico genera al Auténtico Partido Comunista. Al mismo tiempo, disidentes trotskistas fundan la Agrupación Socialismo Revolucionario. Finalmente, algunos integrantes de cada movimiento constituyen el FRENTE UNIDAD DE IZQUIERDA, que a su vez se fracciona en la Unidad de la Izquierda Auténtica y las Fuerzas Revolucionarias Guevaristas. Y así...

Entre los zurdos mas evolucionados se destacan los del subgenero metamorfico, especie parásita de otros organismos superiores. El metamórfico puede parecer radical, peronista o conservador, pero es zurdo. Esta especie, perseguida por el celebre David Vincent, se distingue de los seres humanos únicamente porque no sangran, no pueden doblar el dedo meñique y sus cadáveres desaparecen[1]

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1] Observese que el filosofo zurdo de moda en Francia, Andre Gorz, no se define a si mismo como “marxista” sino como “marxiano” (Ver “La Nacion” del 8/11/97, pag. 27). Es lo que yo digo, los zurdos son de otro planeta.
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El metamórfico puede parecer radical, peronista o conservador, pero es zurdo.

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V - COSMOVISION
El universo del zurdo se divide en tres categorías:

a) Los explotadores, que mantienen la superestructura capitalista.

b) Los explotados (también llamados giles, es decir, nosotros) que se dejan explotar por inconscientes prejuicios burgueses.

c) Los zurdos, que avivando giles, destruirán a los explotadores.

Resulta que los explotadores se quedan con un coso que se llama plusvalia –luego volveremos sobre este tema- y que parece ser que producen los giles, que son tan giles que ni saben que lo producen. De ahí que la misión apostólica del zurdo consista en conscientizar giles.

Todavía perdura por tradición oral, en las campiñas alemanas, aquella conocida historia del zurdo que en pleno siglo XIX fue a convencer a un tosco campesino. El diálogo nos ha llegado casi intacto:

ZURDO: Camarada: una vez que en el curso del desarrollo hayan desaparecido las diferencias de clase y se haya concentrado toda la producción en individuos asociados, el poder público perderá su carácter político. El poder político, hablando propiamente, es la violencia organizada de una clase para la opresión de la otra.

CAMPESINO: ¡Qué lo parió...! Se me corre, que me está pisando la cebolla.

ZURDO: Si en la lucha contra la burguesía el proletariado se constituyó indefectiblemente en clase; si mediante la revolución se convierte en clase dominante y, en cuanto clase dominante, suprime por la fuerza las viejas relaciones de producción, las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y de las clases en general, y, por lo tanto, su propia dominación como clase.

CAMPESINO: Parece que la papa va a venir bien este año.

ZURDO: ¡Vamos todos por la revolución hacia el triunfo final!

CAMPESINO: Si Dios quiere.

El zurdo se fue a hacer la revolución y el otro a buscar la regadera.

Y así anduvo el pobre zurdo como cuarenta años, porque en la teoría de Marx nada podía hacerse sino esperar que el determinismo histórico-dialéctico cumpliera su ciclo científicamente inexorable: feudalismo, capitalismo, conversión del campesino en obrero industrial, revolución del proletariado, el zurdo en el poder.

Llegó 1905 y en Rusia al sufrido Lenin le estaban saliendo hongos en las orejas esperando que el determinismo histórico predicado por su mentor espiritual desembocara en la inevitable y ansiada revolución. Y nada, che.

Entonces don Vladimir tuvo una idea brillante y original: inventó la vanguardia revolucionaria, un puñado de intelectuales que asumirían la dirigencia y conducción de los obreros en el camino hacia la revolución, es decir, se dedicaron a avivar giles.

El gran mérito de Lenin -mérito que nadie puede disputarle- es que fue el primer político de la historia en darle una función útil a los intelectuales.

VI - LOS INTELECTUALES
Y ahí está el punto. La revolución marxista no es la revolución del proletariado.

No.

Es la revolución del parasitado.

André Gidé, un novelista zurdo con premio Nobel y todo, viajó al Congo y a la vuelta escribió: "sentirse feliz nada significa: la felicidad consiste en hacer felices a los demás".

Pero si los demás no quieren ser felices, la misión del zurdo es obligarlos a que lo sean.

Por eso cuando cien millones de pequeños propietarios rurales se resistieron a la colectivización impuesta por el padrecito Stalin, los amenazaron con la deportación a Siberia (además de varios millones muertos de hambre en Ucrania). Es que el trabajador no debe hacer lo que él cree que le conviene sino lo que dialécticamente le conviene. Y el que sabe que es lo que dialécticamente le conviene al proletario es, casualmente, el zurdo que, para ello, debe estar en el poder.

O sea que la zurda es un curro como cualquier otro.

Por eso el Che Guevara, cuando volvió del Congo (moraleja, no viaje al Congo) se fue a armar la guerrilla boliviana. Típico de argentino: hacer una revolución para conseguirse un puesto de gerente.

VII - LABUROFOBIA (TRABAJOFOBIA)
En la década del '70 había un zurdo que se paraba en la esquina y predicaba la revolución obrera internacional; un tano que vendía gladiolos en la vereda de enfrente comentó: -"Que falta que le haría a éste agarrar la pala". El tano, brutazo, no comprendía los profundos alcances metafísicos de sus palabras, definitorias de un antagonismo epopéyico, más todavía, de una agonía cósmica:

Hércules y la Hidra.

Perseo y la Gorgona.

San Jorge y el Dragón.

El zurdo y la pala.

Según el terapeuta de Marx, cuyo nombre desgraciadamente no nos ha llegado, un incidente infantil marcó el inconsciente del filósofo con un estigma que lo acompañaría toda su vida y sería transmitido a sus discípulos.

Dormía Carlitos, cuenta el psicólogo, cuando en sueños apareciósele la Materia, creadora de todas las cosas y fulminólo sin anestesia con esta maldición:

"Pondré enemistad entre ti y la pala, entre tu linaje y el suyo. Ella te partirá la cabeza y tú le acecharas el calcañar (talón)".

De ello se sigue que en realidad los zurdos no odian -como dicen- a los patrones. Lo que odian es el laburo (trabajo).

Concordantemente con la maldición bíblica, la periodista Alicia Dujovne Ortiz informa en el diario "La Nación"[1] que para la nueva izquierda europea -con André Gorz a la cabeza- la sociedad perfecta no surgirá del pleno empleo sino de subsidiar vagos. Para ello, dice la cronista, habrá que abandonar "la idea de la sacralización del esfuerzo; el sudor de la frente ya no debe ser la medida del trabajo humano". En lugar de trabajar, hay que dedicarse a cobrar el subsidio (es decir, vivir a costa del trabajo ajeno) y a realizar "autoactividades" que pueden ser artísticas, deportivas, culturales, etc. Boludear, bah.

Algunos inmigrantes rumanos introdujeron en nuestro país la costumbre pagana de colgar en la puerta de su casa una pala junto con una ristra de ajo, para repeler a los zurdos. Si el zurdo es trotskista, es más efectiva una picota. Con el tiempo la costumbre se acriolló y el padre familia, al colgar la herramienta protectora, repetía tres veces esta jaculatoria: "Alpargatas sí, libros no"; y los niños contestaban Amén.

Si el zurdo es además sacerdote, se lo ahuyenta gritando Dóminus vobiscum.

A todo esto, aquel zurdo de la esquina un día se fue y no apareció más.

Nunca más.

Le habrán mostrado una pala...

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[1] Cfr. nota 3.
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VIII - EL ZURDO NO NACE, SE HACE
Esta repulsión hacia el laburo (trabajo) del zurdo no es absoluta. Incluso hasta hay zurdos que disfrutan trabajando: son los que laburan (trabajan) de zurdos, los periodistas, por ejemplo.

Tampoco es absolutamente cierto que el zurdo no trabaje por odio y nada más. El zurdo no trabaja, además, porque necesita tiempo para hacerse zurdo. Y no se piense que estoy exponiendo una crítica impiadosamente destructiva. Nada más erróneo. En esto sigo la más impoluta ortodoxia marxista.

Charlie el Infalible sostenía que los llamados derechos naturales o la naturaleza del hombre vigentes en las sociedades capitalistas no eran más que prejuicios derivados de la filosofía de la clase dominante. Así, que un niño sea criado por sus padres no es natural, sino cultural. En una cultura proletaria bien podría ese mismo niño ser criado por el Partido. O como dijo una socióloga marxista (perdón por la redundancia) por TV, "la familia no es un padre y una madre sino una estructura protectora".

Ahora bien, la sociedad occidental forma burgueses sin esfuerzo. Cualquier persona medianamente normal aprecia ser propietario de una casa, trabajar en lo que se le da la gana, comprar un auto o cambiarlo por otro mejor, tener una abuela que cocine buñuelos los días de lluvia y otros nefastos prejuicios por el estilo. Es más, si no fuera por Marx nadie se hubiera avivado de que estas cosas no son naturales sino nefastos prejuicios por el estilo.

Hasta el filósofo zurdo Henri Lefebvre reconoce que "para el hombre a quien su vida, su experiencia o sus estudios no lo llevan a analizar el misterio del capitalismo, nada más claro y natural: hay dinero, riqueza, bienes, máquinas, gente que trabaja, otros que no trabajan, etc. Todo eso parece simple y claro a causa de su carácter familiar".

Pero de esto se infiere como una conclusión de hierro que para que un hombre se dé cuenta que la casa que construyó con el trabajo de toda su vida debe quedar para el Estado y no para su hijo hay que educarlo... y francamente, hay que educarlo mucho.

Por lo que, siguiendo a Marx, si la cultura occidental no es natural, el socialismo tampoco.

Entonces el zurdo no nace, se hace.

Y hacerse zurdo cuesta.

Tiempo y plata.

"Incluso hasta hay zurdos que disfrutan trabajando: son los que laburan (trabajan) de zurdos, los periodistas, por ejemplo".

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Miriam Lewin, periodista argentina.

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¡¡Miguel "Cogote" Bonasso con los 12,70 en la mano!!

IX - LO QUE CUESTA VALE
Para ser zurdo hay que tener plata.

No es pa' cualquiera la bota e' potro.

La concientización para no ser un gil debe pagarse. En primer lugar, hay que ir al analista. Porque nadie que quiera ser un buen zurdo puede pretender solucionar sus problemas personales por sí mismo, como se verá mas adelante.

También hay que pagarle alimentos a la ex bruja, porque ningún zurdo que se precie se va a casar (o juntar o eso que hacen entre ellos) para toda la vida.

Hasta el diario es más caro. Cualquier pasquín burgués cuesta un peso; Página 12, uno veinte.

Un contacto secreto, mano de obra desocupada infiltrada en las organizaciones de derechos humanos, consiguió una copia del resumen de gastos mensuales de un zurdo promedio, que a continuación reproduzco:

GASTOS MENSUALES DE UN ZURDO PROMEDIO

Terapia (4 sesiones a $ 50 c/u) $ 200,00

Alimentos ex bruja $ 300,00

Viaje a Cuba (cuota) $ 225,00

Cuota curso de teatro $ 100,00

Facultad de Sociología Ignacio de Loyola $ 250,00

Festival Madres de Plaza de Mayo (precios populares) $ 5,00

Festival Abuelas de Plaza de Mayo (precios populares) $ 5,00

Festival H.I.J.O.S. (precios populares) $ 5,00

Festival de Silvio Rodríguez
(precios antipopulares pero para pagar la Revolución) $ 45,00

Libro de Cortázar (para mí) $ 25,00

Libro de Benedetti (para regalar) $ 25,00

Compra de El Capital (cuota) $ 20,00

Compra de Cómo Leer El Capital y Entender Algo (cuota) $ 125,00

Sueldo de la muchacha
(para que limpie la casa mientras yo lucho por liberarla) $ 200,00

Aborto de la camarada Meneca
(cuota cooperativa con 4 compañeros) $ 50,00

Curso de karate (por si llega la Revolución)
$ 100,00

Caja de Ahorro para la fianza
(por si la Revolución no llega) $ 100,00

Suscripción Página 12 $ 37,20

Curso sobre Educación Moderna de los Niños $ 100,00

Guardería (para dejar a los niños mientras hago el curso) $ 150,00

Estampilla del Che, emitida por el Correo Argentino $ 0,75

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| T O T A L: $ 2.067,95 |
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La liquidación no incluye ropa, comida, transporte ni alquiler (no digo hipoteca, porque como la propiedad privada es un robo...)

X - FINANCIAMIENTO
Hemos visto que el zurdo no trabaja porque odia la pala y porque necesita tiempo para ser zurdo.

Pero también se ha demostrado que ser zurdo es carísimo.

¿Cómo se financia?

Es menester aclarar que no me refiero a como se financia la Revolución sino el zurdo individualmente.

Porque la Revolución se financia con secuestros extorsivos, pedidos de rescate, asaltos a bancos y todas esas solidarias actividades que desarrollaban los maravillosos desaparecidos antes de desaparecer.

Pero el zurdo aislado es otra cosa, pobre.

Un zurdo, por ejemplo, no puede jugar al Loto, pues con el impuesto que paga está subsidiando al estado capitalista y opresor, sin contar que si lo gana violenta la igualdad entre los hombres y es distinto de los que no lo ganan.

Fuentes bien informadas aseguran que el Loto Socialista que se habría implementado en Corea del Norte fracasó, pues si bien ganaban todos los participantes, el premio era de dos mangos.

Yo no encontraba respuestas a tan difícil entuerto. ¿De que vive el zurdo si no trabaja ni puede timbear? Hasta que descubrí -torpe de mí- que la solución estaba en el propio padre fundador.

Marx tiene todas las respuestas.

En sus tiempos de estudiante universitario, vivió del padre. Esta costumbre pervive en nuestros días entre los estudiantes universitarios, aunque no sean marxistas.

En la concepción de Marx la familia era un perjuicio burgués para hacer la Revolución. Pero para mangarla no. El 9 de diciembre de 1837 don Heinrich Marx (progenitor del engendro) le escribía al nene: "Como si nosotros fuésemos duendes repletos de oro, el señor mi hijo dispone en un año de aproximadamente 700 thaleros (moneda de entonces) contra todo lo que habíamos convenido, cuando los más ricos no dan ni 500".

Luego, el padre de la abolición de las diferencias de clase y mentor del amor libre, se casó por la iglesia con la baronesa Jenny Von Westphalen.

Siempre en la onda proletaria, se hizo amigo del hijo de un rico comerciante textil inglés llamado Federico Engels, al que mangó descaradamente durante toda su vida. Tanto que al final Engels decidió pasarle una pensión anual, para que lo deje de molestar.

Como se sabe, Marx y Engels en el famoso Manifiesto de 1848 proclamaron, entre otras medidas revolucionarias, la abolición del derecho a la herencia.

Hablando de Engels, Marx y la herencia, el 2 de diciembre de 1863 le escribía Carlos a su amigo Fede: "Hace dos horas recibí un telegrama comunicándome la muerte de mi madre. Bajo las actuales circunstancias, soy más necesario que la vieja. Tengo que ir a Tréveris por lo de la herencia."

El 9 de mayo de 1844 muere Wilhem Wolff (Lupus) un admirador de Marx que lo nombra su único heredero. Como agradecimiento, Marx le dedicará "El Capital".

Enterado de que un tío estaba por morir, le escribe a su amigo Engels el 27 de febrero de 1852: "Si el perro muere, se me acaban los problemas". Un mes después, contesta Federico, tan humano como su cófrade: "Te felicito por la enfermedad del obstáculo de la herencia y anhelo que la catástrofe suceda en seguida". En el caso de Engels, sin embargo, la respuesta si no justificable era al menos comprensible, porque si el otro heredaba, él zafaba del mangazo perpetuo.

El 8 de marzo de 1855 vuelve Marx a escribirle a su fiel amigo: "Un evento muy feliz. Ayer fuimos notificados de la muerte de un tío de mi esposa, de noventa años de edad. Mi esposa recibirá 100 libras esterlinas; aún más si el perro viejo no le dejó parte de su dinero a la mujer que le administraba la casa".

Y también de tanto en tanto pechaba a su primo, Lionel Philips, hijo del fundador de la conocida fábrica de electrodomésticos.

Así cualquiera es revolucionario.

Esta forma de vivir de Carlos Marx se ha trasladado, con el correr del tiempo, a las naciones que adoptaron su extraordinario régimen político, económico y filosófico.

Cuba vivió siempre a expensas del trabajo del pueblo ruso, subsidiada como estaba por la U.R.S.S. Desaparecida ésta y librada la isla a su propia productividad según el modelo socialista, corren una liebre del tamaño de un hipopótamo. Es cierto que los zurdos le echan la culpa al bloqueo yanki, pero la objeción no es válida ya que dicho bloqueo posibilita que los cubanos no consuman bienes producidos por los pobres obreros explotados por los regímenes no comunistas. Es decir, deberían estar agradecidos porque no los dejen vivir a costillas del trabajo del proletariado oprimido.

Es así que lo primero que debe hacer quien busque adentrarse en el mágico mundo de la izquierda es procurarse un holgado ingreso a expensas de otro. Algo así como usufructuar los puntos débiles del capitalismo pero provisoriamente, hasta la victoria final nomás.

Voy a dar por supuesto que nuestro zurdo hipotético ya se agenció un amigo como Engels que lo mantenga, o bien que sus padres murieron dejándole una cuantiosa herencia.

O también puede ser que el mismo zurdo haya acelerado el proceso revolucionario asesinando a sus padres, siempre en defensa de los derechos humanos. Además, como dice el "Manifiesto Comunista": "los disparates burgueses sobre la familia y la educación, sobre la santidad del vínculo existente entre el progenitor y el hijo, se hacen tanto más asqueantes cuanto más se rompen todos los vínculos de familia entre los proletarios".

Sea, en fin, del modo que sea, nuestro aprendiz de zurdo ya tiene plata suficiente como para estar todo el día al cuete. Puede entonces emprender el duro viaje hacia las más bajas sentinas del ascenso revolucionario.

Ya lo dice el Neocatecismo Romano: "El camino capitalista es una amplia y cómoda autopista, mientras que el ascenso revolucionario es un sendero angosto y espinoso" (Cfr. Documento del Concilio Vaticano II: "De perfectione bolchevicorum").

Comienza entonces el renunciamiento heroico a los prejuicios de clase y la comprensión profunda de la única realidad existente: la idea marxista.

XI - ¡ZURDO AMARGADO!
Para empezar, el zurdo debe renunciar al buen humor.

El Excelentísimo Señor Presidente de la Nación, General Juan Perón, quien ejerciera la Jefatura Suprema de la República por mandato de los hombres y de los dioses dijo, refiriéndose a los zurdos en su discurso del 31 de diciembre de 1948:

"A fines del siglo pasado se formaron generaciones de amargados, escépticos, enemigos del hombre, de la familia, de la sociedad; pero esta monstruosa concepción de la vida y de los hombres se refugió en las imprentas nihilistas y en las reuniones pseudointelectuales. Eran la decadencia de la civilización."

-Es palabra de Perón.

-Demos gracias a Dios.

El zurdo contento no es zurdo, sino un agente del imperialismo al servicio de los servicios. El zurdo milita de amargo.

A veces es difícil mantenerse intransigente en esta postura, pues la tentación burguesa de estar contento acecha agazapada a la espera del incidente más pueril para manifestarse. Por ejemplo, si alguien pregunta "¿cómo andás?", responder "bien, ¿y vos?" es una actitud reaccionaria, burguesa, retrógrada, oscurantista, contrarrevolucionaria, discriminatoria y fascista. Las respuestas adecuadas son las siguientes:

PREGUNTA: ¿Cómo andás?

RESPUESTA 1: ¿Y cómo querés que ande?

ANALISIS: se vislumbra en el sujeto una incipiente aunque velada crítica al sistema y una oposición dialéctica -más intuitiva que racional- que instala una tímida antítesis ante la tesis del interlocutor primario.

RESPUESTA 2: ¿Y cómo querés que ande, con las cosas que están pasando?

ANALISIS: la evolución del sujeto es notable, pues refuerza su posición dialéctica al argumentar con "las cosas que están pasando", que no son otras que las que predijo Marx hace un siglo y medio.

RESPUESTA 3: Sobreviviendo.

ANALISIS: el sujeto es marxista-leninista. Resuelve las tensiones dialécticas preexistentes con la síntesis "sobreviviendo", vale decir, resistiendo las maniobras de la plutocracia (perdón, de la oligarquía; plutocracia decimos nosotros, no los zurdos) burguesa para aniquilar a los proletarios conscientizados que no se rinden y no se dejan atrapar por la maniobra orquestada por el Fondo Monetario Internacional... etc.

En el último caso, nos encontramos ante el zurdo revolucionario en estado puro. Hoy por hoy, toda una pieza de colección.

Eso sí, ni se le ocurra invitarlo a una fiesta.

XII - EL TERCER OJO
Darse cuenta.

Para ser zurdo hay que darse cuenta. El zurdo asume su situación de proletario oprimido y su vida es una permanente militancia insurreccional para liberarse de la opresión.

El zurdo dadocuenta no se traga todo lo que le venden.

Es vivo.

Vivísimo.

Concientizado.

Si se rompe el caño de agua de la esquina, el gil lamentará la inundación; sólo el zurdo es capaz de ver la maniobra del imperialismo para ahogar a la clase obrera.

Si aparece una empresa contratista para arreglar el caño, es una maniobra del imperialismo para aumentar la deuda externa.

Si el caño, en cambio, no se rompe, es una maniobra del imperialismo para... bueno, es una oscura maniobra del imperialismo.

El zurdo tiene un tercer ojo.

Como esto no es un tratado de anatomía descriptiva, no le voy a decir en donde lo tiene.

XIII - LA ALIENACION PERMANENTE
El zurdo concientizado lee a Kafka y así confirma que vive alienado.

Contaba Kafka que cierto ratón pasaba de habitación en habitación empujado por paredes que cada vez lo acorralaban más y más, dirigiéndolo inexorablemente hacia una trampera. ¡Cambia el rumbo! -gritó el gato- y se lo comió.

El hombre, para el zurdo, es como el ratón kafkiano.

Resulta, según cuenta Henri Lefebvre, que el hombre no puede evitar su destino pues su razón se aliena, se enajena y habita fuera de él, viviendo en función de fetiches impuestos socialmente por la clase dominante (ideologías, dinero, estado, moral, etc.), que parecen vivientes y en cierto modo lo son, pues reinan sobre lo humano. El hombre no puede deshacerse de ese "otro de sí mismo" que son estos fetiches. Por tanto, no es libre.

Si el hombre es semejante porquería, francamente no se vé por qué habría que tomarse el trabajo de liberarlo, pero sigamos con los alienados.

El hombre, entonces, no será libre hasta que su razón se emancipe de los "fetiches", dominando y organizando cada una de las actividades humanas.

¿Y cuando llegará ese momento?

¡Sí, adivinó!

Cuando triunfe el marxismo.

Suprimidas las clases, el dinero, las naciones, las mercancías, las religiones, la moral, la propiedad privada, las tradiciones y las pastillas de menta, el hombre sólo dirigirá su razón a sí mismo y adquirirá un poder ilimitado sobre la naturaleza, pues mientras a ésta puede interpretarla cualquier opa (bobo), sólo el zurdo es capaz de transformarla.

Si cuando hay que salir llueve, el alienado se quedará en casa, o se pondrá un piloto o una campera, o tomará un paraguas, todas opciones de libertad ficticia -fetiches impuestos por la clase dominante- puesto que no impiden que llueva.

El zurdo liberado escupe pa' arriba.

Un inglés gordo que tenía la saludable costumbre de escribir libros en tabernas mientras regaba sus neuronas con ingentes cantidades de cerveza, nos dice que el problema es que "el materialista no abriga la menor duda sobre el hecho de que la historia humana sea una cadena continua de causación, así como la persona que está completamente segura de ser un pollo. Los materialistas y los locos no saben dudar".

Como dato curioso, entre las fuentes que estoy consultando para elaborar este repugnante panfleto tengo a mano "El Capital al Alcance de Todos" escrito por el aristócrata millonario, y por ende zurdo, Carlo Cafiero, quien curiosamente luego de una vida dedicada a la lucha contra la alienación, terminó sus días en un manicomio porque estaba completamente chiflado. Otro que se la pasó liberando al hombre de la locura fue Luis Althusser, un renovador del marxismo francés[1] que en su batalla contra nuestra alienación (¡gracias papá!) asesinó a su esposa y terminó en un manicomio.

Es verdad que algún zurdo podrá objetarme diciendo que los infelices de Cafiero y Althusser se volvieron locos porque se volvieron locos, no porque fueran zurdos. Dialécticamente, puede ser. Pero materialmente queda probado que corre más riesgo la salud mental de un filósofo marxista que la de un leñador analfabeto.

Para mí, que quiere que le diga, Dios los castigó.

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[1] Como la doctrina Marx no funcionaba, apareció Lenín y la renovó. Después Rosa Luxemburgo renovó a Lenín. Después Gramsci renovó a Rosa Luxemburgo, después Lefebvre renovó a Gramsci, después Althusser renovó a Lefebvre. Tanta renovación compulsiva demuestra que la realidad es pertinazmente reacia a amoldarse al marxismo.
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XIV - SOLIDARIDAD DEL ZURDO
La solidaridad es la consigna del zurdo. Y es solidario desinteresadamente; cuanto más lejano a sí mismo sea el objeto de su solidaridad, más solidario se pone. El médico zurdo prefiere desatender el dispensario de la vuelta de su casa para irse a curar una epidemia de algo (preferentemente de SIDA) a otro país (preferentemente de Africa).

El zurdo se solidariza con todo: con los docentes de la carpa blanca, con los sin tierra del Brasil, con las víctimas de la represión en Chiapas, con los campesinos de Ulan Bator, con el pueblo vietnamita, con un cubano que perdió el unicornio, etc.

Con tanta solidaridad copiosamente derramada sería injusto reprocharle al zurdo que nunca se lo vea ayudando si se inunda Concordia o si graniza en Junín.

Es que el zurdo carga sobre sus hombros con la angustia de la humanidad, por lo que no puede permitirse pintoresquismos locales.

El zurdo -ya se ha visto la cita de Gidé- quiere llevar la felicidad del marxismo a todos los rincones de la tierra y en su amorosa empresa no hay obstáculo que detenga su camino.

Ya lo expresó Lenín en esta conmovedora, tierna y solidaria frase: "No importa que la mitad del pueblo perezca en la revolución, con tal que la otra mitad alcance las ideas del comunismo"[1].

Me emociona, mire.

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[1] La solidaridad del zurdo sólo puede compararse con el ansia de progreso del liberal. Domingo Faustino Sarmiento le escribía a Mitre: "No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de humano". Es que los mundos teóricos del liberal y del marxista tienen un problema en común: están llenos de gente.
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SEGUNDA PARTE:
XV - MARX ES EL UNICO DIOS
El zurdo es devoto, piadoso y creyente.

No en vano el precursor del socialismo en estas tierras, Esteban Echeverría, bautizó a su indigerible mamotreto como DOGMA Socialista; como curiosidad este "Dogma" sirvió de base al "Manifiesto Político y Social de la Democracia Pacífica" (mi Dios, que nombre) de Victor de Considerant, el que a su vez fue uno de los antecedentes tenidos en cuenta por Carlos y Federico para escribir el Manifiesto del '48, con lo que Echeverría vino a ser fuente de Marx. Lo cual no es ninguna hazaña ni para uno ni para el otro.

El marxismo a pesar de su pomposa pretensión de materialismo científico, no es ciencia sino religión. O si se quiere, antireligión; para el caso es lo mismo.

Marx afirma que no hay Dios y que esta afirmación es científica. No señor, es metafísica, tanto como asegurar que Dios existe.

Henri Lefebvre sostiene acertadamente que "quedan frente a frente el catolicismo no contaminado por el libre examen individualista protestante y el marxismo"; y agrega "los esfuerzos de los cristianos progresistas por elaborar una nueva teología, libre de las viejas nociones jerárquicas, merecen seguirse con interés y simpatía, pero no sin algún escepticismo".

Valiente reconocimiento de Lefebvre que engendra una curiosa paradoja ya que si el catolicismo es el único enemigo verdadero del marxismo, pueden pasar dos cosas, dialécticamente hablando:

- Que Jesús de Nazareth sea Dios, lo cual descalifica al marxismo sin más trámite, pero concediéndole sin dudas una muerte digna, pues sería derrotado nada menos que por Dios.

- Que no lo sea, en cuyo caso no se comprende como la principal enemiga del marxismo, fundado y sostenido por los filósofos e intelectuales más esclarecidos de la modernidad, pueda ser una doctrina proclamada hace dos mil años por un carpintero metido a predicador que murió colgado de una cruz y que fue difundida por un puñado de pescadores semianalfabetos.

En el primer caso los zurdos son bolaceros (mitómanos); en el segundo, inùtiles.

Además, aun admitiendo hipotéticamente -como se podría admitir hipotéticamente que la tierra fuese plana y estuviese sostenida por cuatro tortugas gigantes que nadan en un mar de leche- que la historia sea solamente una consecuencia de la lucha de clases y que esto sea una verdad científica, el tomar partido por la clase proletaria es una proclamación dogmática en el más puro sentido religioso. La conclusión científica se agota en la lucha de clases; un capitalista que abrazara la teoría del zurdo podría exterminar a los proletarios sobrantes sin ningún escrúpulo y si así lo hiciera cumpliría con su mandato de clase en lucha: exterminar al oponente. Así, por ejemplo, Francisco Uriburu, quien fuera director del diario porteño liberal ultraconservador "La Fronda" pudo decir en su edición del 15 de enero de 1942 "somos un diario de la clase conservadora". Materialismo científico puro: si la clase proletaria ataca a mi clase, yo me defiendo atacando a la clase proletaria.

Pero el zurdo toma partido por el proletariado al que dogmáticamente confiere carácter de nuevo Pueblo de Israel, con función redentora y todo. El proletariado de Marx es el Pueblo Elegido. Esta toma de posición no es científica sino teológica. O si se quiere ateológica, pero siempre metafísica.

Este carácter religioso-dogmático del zurdo lo expresa claramente Lenín cuando afirma: "...no se puede eliminar ni siquiera un supuesto básico, una parte sustancial de esta filosofía que es el marxismo sin abandonar la verdad objetiva, sin caer en brazos de la falsedad burguesa reaccionaria". El mismo Lenín con respecto al cristianismo decía que es "una flor estéril, pero que crece en el árbol vivo de un conocimiento humano prolífico, verdadero, fuerte, omnipotente, objetivo y absoluto".

El que realmente resultaba indigerible para Lenín era Kant, con su teoría de la imposibilidad racional del conocimiento metafísico. Es que Lenín veía claramente (zurdo inteligente como pocos, nobleza obliga) que si la razón no puede afirmar que Dios existe, tampoco puede negarlo.

Cuando el físico Ernest Mach siguiendo una línea de pensamiento neokantiana quiso formular una filosofía de la ciencia independiente de la metafísica, el bueno de Vladimir reaccionó encolerizado y fulminó: "La filosofía de Mach, el científico, es a la ciencia lo que el beso de Judas a Cristo".

Que va'cer. Yo siempre digo, el marxismo es el opio de los pueblos.

XVI - RESIGNACION Y CONTRARREVOLUCION
El zurdo es un triste resignado.

Así como lo oye, vea.

Empezando por Carlos el Timorato, patriarca fundador del nuevo credo.

Marx -contra lo que generalmente se cree- jamás se opuso a las teorías capitalistas de la mal llamada economía clásica. Su teoría del valor de cambio fundado en el trabajo recoge como antecedentes a Adam Smith y David Ricardo. Sí, los mismos cuyo solo recuerdo hace emocionar a Martínez de Hoz, Machinea y Cavallo. Para Marx las leyes económicas capitalistas son absolutas y conducen inevitablemente a la explotación de las masas trabajadoras arrastradas al proletariado, mediante la adquisición por el capitalista del sobretrabajo del proletario -es decir, aquel trabajo por el que no paga- o sea, la plusvalía.

Pero -siempre según Carlitos- el proletario cayó en dicha situación -y esto no me lo van a creer- cuando los liberales lo despojaron de su propiedad privada. Veamos lo que dice en "El Capital": "La servidumbre había desaparecido de hecho en Inglaterra hacia fines del siglo XIV. La inmensa mayoría de la población componíase entonces, y más aún en el siglo XV, de campesinos libres y propietarios, fuere cual fuere, por otra parte, el término feudal bajo el cual era más o menos disimulado su derecho de posesión". Hasta los asalariados -sigue Marx, ¡Sí, MARX!- "...eran también al mismo tiempo, hasta cierto punto, campesinos independientes, pues, además de su salario, gozaban la posesión de una extensión de terreno de cuatro acres como mínimo y de un cottage (cabaña)". "Los campesinos habían tenido en el régimen feudal, tantos derechos como los señores".

Y Marx explica -y acierta- como el hombre perdió su libertad.

Dice: "En el siglo XVI, dióse un nuevo y terrible impulso a la expropiación violenta de las masas populares, por la Reforma y el robo colosal de los bienes de la Iglesia, que fue la consecuencia de ello... La supresión de los conventos, etc., arrojó a los habitantes de sus antiguos dominios al proletariado... El derecho de propiedad, legalmente consagrado, que tenían los campesinos pobres sobre una parte de los diezmos eclesiásticos, fue confiscado sin explicación alguna".

O sea que según Marx, dos son las causas de los males modernos: el liberalismo y la herejía. Marx dice, no yo.

El propio Manifiesto Comunista proclama que "...dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruído las relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta".

En el mismo sentido Max Nordau -entre otras cosas, también zurdo- completa: "El proletariado actual de las grandes ciudades no tiene antecedentes en la historia; es un producto de nuestro tiempo. El proletario moderno es más miserable que el esclavo lo era en la antigüedad, pues no está alimentado por su amo, y si tiene sobre aquél la ventaja de la libertad, debemos confesar que tiene sobre todo la libertad de morirse de hambre. Su situación tampoco es tan buena como la del hombre errante de la Edad Media (que en Argentina subsistió hasta fines del siglo XIX, nota mía), pues no posee su alegre independencia".

Ya sabemos por estos dos autores zurdos que el hombre perdió su libertad cuando el capitalismo le arrebató su propiedad.

Resulta, entonces, bastante obvio que la verdadera Revolución es -como dicen ellos- "concientizar" al proletariado, subvertir profunda y si es necesario salvajemente las estructuras capitalistas y restituír la propiedad a los despojados pero no partiendo de un nuevo despojo si no de la distribución equitativa de las rentas públicas. Instituir un régimen en el que todos sean propietarios de algo y ninguno se haga desmesuradamente rico. Se objetará que la producción de las grandes empresas no pueden retrotraerse al sistema de la pequeña propiedad. De acuerdo, pero para controlar las condiciones de trabajo del obrero y contrarrestar el poder económico de las grandes empresas existe -o debería existir- el Estado.

El Estado puede hacerlo mediante la legislación adecuada si cuenta con la suficiente cohesión interna e independencia exterior[1]; en esas condiciones la humanización del trabajo se consigue sin tanto manifiesto comunista, destrucción ni batifondo. El zurdo incendió el mundo para lograr una ley como ésta, que existía en nuestra tradición indiana: "Los obreros trabajarán ocho horas al día, cuatro en la mañana y cuatro en la tarde, repartidas como convenga, en las fortificaciones y fábricas que se hicieran, repartidas a los tiempos más convenientes para librarse de los rayos del sol". Esta norma anticapitalista y revolucionaria se encuentra en el Libro III, Título VI, Ley VI de la Recopilación de Leyes de Indias, y fue promulgada por Felipe II, monarca español que murió 220 años antes de que Marx lanzara su primer berrido ante la partera, eso suponiendo que no haya nacido de un huevo, que es lo que sospecho.

¿Qué hace, pues, el zurdo, cuando comprueba que el capitalismo esclavizó al trabajador? ¿Se rebela?

No, se resigna.

La solución marxista al problema de la esclavitud liberal es profundizarla. La plusvalía quedaría entonces en manos del Estado -no de los capitalistas- y desaparecería la explotación. Todo el secreto está en reemplazar al Gerente de Multinacional por el Comisario del Pueblo. ¿Y qué pasa en tanto con el proletario? Nada, absolutamente nada. Sigue siendo el mismo esclavo, que aprieta la misma tuerca, con la misma llave y en la misma empresa. No en vano Cuba y la Texaco se iluminan con la misma estrella de cinco puntas.

Nada es más contrarrevolucionario que un zurdo.

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[1] Antes del gobierno del Dr. Carlos Saúl Menem, a eso se lo conocía como Patria Justa, Libre y Soberana.
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XVII - PATRIA O MUERTE
La contradicción es consubstancial al zurdo.

No se trata de que el zurdo sea incoherente si no que Marx formuló particulares y originalísimas reglas sobre la coherencia. En esto, justo es decirlo, fue un precursor. Igual que Jack el Destripador.

La contradicción, la dialéctica de los opuestos en renovada y eterna lucha que engendra la voluntad transformadora, esa es la coherencia del zurdo.

Es frecuente ver (o visualizar como se dice ahora; horrible palabra) una manifestación de zurdos anarco-ecologistas cortando una calle para que clausuren una fábrica porque echa humo y contamina, para inmediatamente después dar paso a otra manifestación, esta vez de zurdos industrialistas leninistas, quemando gomas porque aumentó el desempleo. Al zurdo no hay plusvalía que le venga bien...

Mientras evoca entusiasmado la utopía, porque es un utópata incorregible, escribe en las paredes "Patria o Muerte".

La utopía es la tierra de ninguna parte y la Patria exactamente lo contrario. Es la tierra de esta parte, nuestra tierra y la de nuestros padres, y no otra.

La Patria no es fungible.

La contradicción entre Patria y utopía es insalvable para cualquier persona normal, pero no para la omnisciente dialéctica zurda. Y es que la zurda es apátrida, como decían ya saben quienes ya saben cuando. Claramente lo proclaman Marx y Engels en el "Manifiesto Comunista": "Los obreros no tienen patria".

Lo que el zurdo llama "patria" no es una realidad tangible, ya que ninguna realidad existe; la patria del zurdo es un simple ámbito geográfico para aplicar la revolución. No importa si es Argentina completa o solamente Tucumán; si Cuba, Nicaragua, Vietnam, la Facultad de Bellas Artes o la República de los Niños[1].

Pero la Patria concreta y real no es tal para el zurdo. La Argentina es "este país".

Su superioridad intelectual de genio esclarecido le permite colocarse sobre un coqueto pedestal revolucionario y contemplarnos a nosotros como si fuéramos hormigas.

"Yo no sé que vota la gente en este país" o "siempre igual este país", dice el zurdo, tutor autodesignado de la conciencia clasista de este país.

Hace poco, inclusive, en una publicación zurda se referían a Argentina como "paisito", a la usanza de los zurdos de la otra orilla del Plata.

Amarga ironía la del zurdo. Tanto combatir al imperialismo yanki para terminar en las garras del imperialismo uruguayo.

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[1] En rigor, los zurdos comparten esta posición con los radicales. Para los primeros la patria es, como quedó dicho, un ámbito para hacer la revolución; para los segundos, patria es un lugar donde se vota seguido.
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XVIII - ¡HUIJA CANEJO!
Pero la tarea de crearse una "patria" a su medida es ardua y sacrificada y en eso el zurdo es verdaderamente hábil. Como destruír los símbolos y fechas patrias resultaría demasiado chocante para nuestro pueblo, tan cargado de prejuicios burgueses, el zurdo no lo destruye, lo vacía.

Una victoria innegable de la inteligencia zurda fue conseguir que el 16 de septiembre sea la fecha de evocación de la "noche de los lápices" en la cual, según la historia oficial -y no se engañe, la única historia oficial que hay es la zurdoliberal- un puñado de adolescentes fue secuestrado por reclamar la concesión del boleto estudiantil, pobrecitos. Este boleto borró el recuerdo de la segunda tragedia más grande que sufrió Argentina, después de Caseros[1]: la Revolución Libertraidora de 1955. Gracias a la ciencia y paciencia zurda los mártires del 16 de septiembre ya no son los peronistas, sino los bolches. Los mártires de la democracia ya no son los muertos de la mayoría del pueblo que había entronizado por segunda vez consecutiva al General Perón si no un puñado de terroristas iluminados. ¿Saben que pueden hacer con los lápices?

Y así hacen con todo. Basta que se oiga una chacarera nacional para que vaya el zurdo a cambiarle la letra.

Hace poco cayó en mis manos (o garras, puesto que como no soy zurdo tengo garras imperialistas en vez de manos) un libro infantil titulado "El Héroe y otros cuentos", cuyo autor -Ricardo Mariño- es un hombre de izquierda. No me opongo a que los zurdos escriban cuentos para niños -es lo que hicieron siempre- pero que estos cuentos se usen como libros de lectura en escuelas primarias (EGB, Educación Gramsciana Bolchevique) es algo más grave. El primero de los cuentos, que da título al libro, cuenta la historia de un mosquito llamado Efraín con asombrosas similitudes con el Che Guevara, incluído el hecho de que los mosquitos viven chupando sangre ajena.

Pero el segundo, intitulado "El Rapto" es al que me referiré a continuación:

Trata nuestro cuento de cierto canario incapaz de cantar y llamado Malhumor[2]. El tal canario, "de puro malo"(sic), se fuga de su casa en Palermo y se va al campo a enderezar alambres de púa con el pico y cómo él dice que se hizo gaucho, se embarra las plumas para parecer gorrión y en los ratos libres recita el Martín Fierro.

El canario del cuento piensa como un zurdo. O viceversa.

Para hacerse gaucho se disfraza de gorrión y pierde el canto. Eso no es un gaucho. Eso es lo que el zurdo, dentro de su dogmático y limitado esquema ideológico, cree que es un gaucho.

En primer lugar, un canario embarrado no es un gorrión, sino un canario sucio. En segundo, el gaucho es criollo y el gorrión es importado, e importado tan luego por Sarmiento. Pero no se puede dudar de la sinceridad del cuento: cuando el zurdo se quiere hacer el gaucho, se convierte en plaga.

Pájaro gaucho, el hornero. Gaucho y propietario, qué joder. Por algo le cantó Lugones:

La casita del hornero

tiene alcoba y tiene sala.

En la alcoba la hembra instala

justamente el nido entero.

........

Así le sale bien todo,

y así, en su honrado desvelo,

trabaja mirando al cielo

en el agua de su lodo.



Recordemos que nuestro canario, en sus ratos libres, recitaba el "Martín Fierro".

Pero un canario que no canta, disfrazado de gorrión, es inútil que recite el "Martín Fierro".

Porque Martín Fierro es canto puro.

El gaucho canta -dice José Hernández en el prólogo de "La Vuelta de Martín Fierro" - "...porque hay en él cierto impulso moral, algo de métrico, de rítmico que domina en su organización...""Qué singular es... oír a nuestros paisanos más incultos expresar en dos versos claros y sencillos máximas y pensamientos morales... conservados por India y Persia como tesoros, escuchados con veneración por los griegos de la boca de Sócrates, Platón y Aristóteles y por los latinos de Séneca". Cantaba un poco, el gaucho.

Así como Marx y Engels escribieron el "Manifiesto Comunista", el poema hernandiano es, sin lugar a dudas, el "Manifiesto Anticomunista".

Fierro no abandona todo para hacerse matrero; se hace matrero cuando lo privan de todo.

Y canta Fierro luego de pedir la ayuda de los santos del cielo, para evocar los bienes perdidos, esos que le arrebató el liberalismo, tan dogmático, tan inhumano y tan perverso como su hermano de leche y lecho, el marxismo.

Añora Fierro los felices tiempos del Primer Tirano Sangriento:

Yo he conocido esta tierra

en que el paisano vivía

y su ranchito tenía

y sus hijos y mujer...

Era una delicia ver

como pasaba sus días.


Y agregaba:

El gaucho más infeliz

tenía tropilla de un pelo...


Como observa agudamente el zurdo Sebrelli los gauchos eran "propietarios directos de sus elementales medios de producción (la tropilla, la montura, el lazo, las boleadoras, el cuchillo)", lo que generaba una descentralización productiva. Esta descentralización impedía la explotación capitalista del hombre por el hombre y, en rigor, impedía el establecimiento mismo del capitalismo. Pareciera que tal régimen de libertad haría las delicias de los zurdos, sin embargo no es así. Porque para el zurdo, como ya vimos, no importa que el hombre sea libre sino que sea zurdo. Marx llama al sistema de pequeños productores libres, que a nadie le debían ni de nadie dependían, "cáncer anticapitalista de las colonias".

Sobre su condición de explotado, la lucha de clases y todo eso, dice Fierro:

Aquello no era trabajo

más bien era una junción,

y después de un güen tirón

en que uno se daba maña

pa darle un trago de caña

solía llamarlo el patrón.

Sobre el opio de los pueblos:

Gracias le doy a la Virgen

gracias le doy al Señor,

porque entre tanto rigor,

y habiendo perdido tanto,

no perdí mi amor al canto

ni mi voz como cantor.


Fuerza es reconocer, empero, que el gaucho -como el zurdo- también cree necesaria la revolución. Pero esta creencia no es exactamente la de la revolución permanente. Así lo expresa el sargento Cruz:

Y dejo rodar la bola

que algún día se ha'e parar

tiene el gaucho que aguantar

hasta que lo trague el oyo

O HASTA QUE VENGA ALGÚN CRIOLLO

EN ESTA TIERRA A MANDAR.


Bueno, hasta acá porque si no lo voy a copiar todo. Si quiere más, cómprese un "Martín Fierro" y léalo, que mal no le va a hacer.

En cuanto al canario, no le hace ni mal ni bien.

No lo entiende.

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[1] Con la frase "despúes de Caseros" me refiero sólo a una cuestión cronólogica. En cuanto a su magnitud, las consecuencias enormemente monstruosas de las traiciones nacionales de 1852 y 1955, son las mismas. Por otra parte, discutir si Urquiza fue más traidor que Rojas o viceversa, es una sutileza bizantina.

[2] Ver capítulo XI - ¡ZURDO AMARGADO!
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XIX - EL ZURDO Y LA SOCIEDAD
Cualquier zurdo medianamente informado sabe que la sociedad no existe[1].

Para el zurdo lo que nosotros los giles llamamos "sociedad" carece de realidad ontológica, de ser autónomo. La sociedad está integrada solamente por individuos con sus fines particulares, que relacionados entre sí hilvanan un perpetuo devenir que constituye eso que malamente llamamos sociedad.

Para la mente afiebrada de Marx[2] la sociedad, cualquiera, sólo está formada por relaciones de producción que, impuestas a través de la historia por la clase dominante condicionan al hombre -lo alienan- limitando su capacidad de obrar autónoma.

Sostiene el pervertido que las relaciones sociales se fundan en lo que el llama ideologías y yo prefiero llamar alma. El criterio de Marx es que si todos los hinchas de Boca se hicieran de River, Boca sería River. No es así. Si todos los hinchas de Boca se hicieran de River, Boca moriría, porque Boca no es un conjunto de relaciones entre sus hinchas sino un ente independiente de ellos, que existía antes, existe ahora y existirá después de cada uno de sus hinchas. Y vaya el zurdo a explicarle a un hincha de Boca que como todo es una relación de producción, lo importante no es que Boca salga campeón sino que cotice en bolsa. Pero, por las dudas, que se lo explique desde lejos.

Traslademos ahora el ejemplo futbolero a la política, escogiendo un país al azar. Si, v.g., los ciudadanos israelíes se hicieran musulmanes el Estado de Israel -que se nutre de la tradición judía- dejaría de ser lo que es, habría muerto y aunque conservara su nombre, perdería su identidad como estado judío. Análogamente si Argentina (República cristiana, española, europea, romana) se convirtiese al judaísmo, ya no sería Argentina pues su tradición es inherente, y no contingente, a su existencia.

El zurdo Lefebvre afirma que las relaciones más importantes entre los hombres no son las que los unen en un destino común si no las que los vinculan con la naturaleza. Y agrega: "Para el hombre la relación con la naturaleza es fundamental, no porque siga siendo un ser de la naturaleza... si no, por el contrario, porque lucha contra ella".

El zurdo no niega que existan relaciones naturales, simplemente se rebela contra la naturaleza porque no la aguanta. El zurdo es antinatural, no hay caso.

Finalmente, todo buen zurdo debe tener presente la conclusión necesaria de esta exposición:

La sociedad no existe, pero tiene la culpa de todo.

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[1] Concordantemente, el mismo principio fue enunciado por la liberal Margaret Tatcher.

[2] La expresión que uso es injuriosa para Marx, pero como no puede hacerme juicio porque está muerto, aprovecho: degenerado, loco y homicida.
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XX - SOS UN SENTIMIENTO, NO PUEDO PARAR...!!
El zurdo no puede ser gallina, bostero, cuervo, tripero, pincha, canalla, leproso, sabalero o calamar. Ni siquiera bicho colorado o diablo rojo, lo que es decir.

Un buen zurdo debe ser defensor con conciencia de clase.

Porque los equipos de fútbol -igual que las familias, las provincias y las naciones- no son más que superestructuras de dominación imperialista, en las que los delanteros capitalistas se aprovechan de la plusvalía generada por los defensores proletarios.

Todo el equipo juega en función del delantero; el delantero tiene los mejores contratos; los reportajes son para el delantero. Cuando el equipo golea, el delantero es el héroe de la cancha, privilegio al que sólo puede acceder el defensor explotado cuando a su equipo lo reventaron a pelotazos los noventa minutos y el descuento.

Para el zurdo está próxima la revolución del defensorado (para el zurdo siempre alguna revolución está próxima). En ese día, cuando los desprevenidos delanteros esperen como siempre que los defensores sumisos les cedan la pelota, éstos, conscientes de que la lucha no es Ñuls - Central sino defensores contra delanteros, es decir, lucha de clases, los pasarán a degüello. Entonces desaparecerán los equipos burgueses y todas las lacras que conllevan, como por ejemplo que uno solo salga campeón, discriminando a los demás. Cuando se inaugure el nuevo fútbol socialista no habrá más equipos ni goles y los jugadores tendrán una pelota cada uno. Seguro que va a ser divertidísimo...

Por eso camarada, hay que estar alerta. Cualquiera que cante "Racing, sos un sentimiento, no puedo parar..." es sospechoso. Puede ser un agente de la CIA. o del F.M.I., quien sabe...

XXI - EL ZURDO UNDERGROUND
Pero si por su deseo de hacerse zurdo se quedó sin ir a la cancha, no se desanime; todavía le queda el teatro.

En cartelera y en cualquier tiempo tendrá una buena cantidad de obras más o menos zurdas con las que deleitarse; y hasta tal vez consiga un autógrafo de la estrella de moda zurdocomprometidaconcientizada antes de que se suba a su 4 x 4 para ir a reponerse de la lucha en su piso de Avenida del Libertador (calle con resonancias combativas, si las hay).

Pero si usted apunta a ser un zurdo de base, lo suyo es el teatro independiente.

Ah, sí.

Teatro de vanguardia.

De vanguardia zurda.

Con el asunto de que lo importante en el teatro es la actuación, el teatro de vanguardia no tiene decorados o -si los tiene- son mínimos y abstractos.

Dos sillas, un suponer, representan un bar, un dormitorio, un parque, las cataratas del Niágara o una sesión de tortura bajo cualquier dictadura (exceptuando la del proletariado). Lo importante es que se dice y como se dice. El mensaje es universal y la geografía irrelevante. Lo que cuenta es la idea.

Como según vimos, los obreros no tienen patria, los mismos problemas que tiene un campesino en Pekín los tiene un campesino en Carmen de Patagones. Supongamos que nuestro campesino de Pekín quiere seducir a una chinita que le ha robado el corazón. La invita a comer perro a la parrilla y la fémina cae rendida a sus pies. Sin embargo, si nuestro paisano de Carmen de Patagones quisiera a su vez seducir a su chinita, difícilmente tenga éxito haciendo churrascos del pobre "Sultán". Esa es la realidad; pero al zurdo la realidad no le importa. Lo único que interesa es la idea.

A esta altura pareciera que repito textos con recurrencia senil, como el de que nada existe sino la idea.

Mis disculpas, pero no soy yo. Es el marxismo. Todo él finca en esto: la única existencia es la de la idea.

Volviendo al teatro, para que resplandezca la idea se suprime el decorado. El decorado distrae. El decorado fija el conflicto en un ámbito geográfico. El decorado, en síntesis, es otra maniobra del capitalismo.

Claro que a fuerza de repetido, el teatro revolucionario se ha vuelto más conservador que la zarzuela. Los personajes y situaciones se estereotiparon de tal forma que sería absolutamente innovador ver en un teatro underground una obra con gente que parezca gente metida en una casa que parezca casa.

En su búsqueda de nuevos caminos expresivos la vanguardia teatral rompe con las barreras burguesas del idioma en pos de formas revolucionarias de comunicación. Algunas veces el producto es verdaderamente de avanzada; las más, es incomprensible. Son frecuentes los diálogos como éste:

-Uparatukusna howex premria.

-Grok, grok, fenderupia.

Que pueden querer decir, "máistro, ¿qué hora tiene?" ; "ocho y media pibe". O también "podrán cortar todas las flores"; "pero no detendrán la primavera". O lo que al espectador mejor le acomode. Porque es todo como muy libre, ¿viste?

A pesar de esto, existen algunas convenciones idiomáticas que deben ser respetadas, bajo apercibimiento de ser un vil reaccionario. A continuación se ofrece a los lectores, sin costo adicional, un breve glosario que es menester conocer antes de concurrir a cualquier función de teatro de esta índole:

Padre: monstruo sanguinario y represor.

Madre: mujer reprimida o víctima; suele ser estúpida.

Hijo: si es obediente, estudioso y trabajador, forro dominado. Si es falopero, trolo, incestuoso o usa pasamontañas, futuro de la revolución.

Abuelo: si es bueno, ex combatiente del lado republicano durante la Guerra Civil Española; si es malo, Coronel retirado.

Prostituta: mujer de buenos sentimientos.

Varios con túnicas y máscaras blancas: los desaparecidos.

Desaparecidos: niños inocentes que jugaban a las bolitas hasta que se los llevó un fascista.

Fascista: señor que se baña seguido, usa traje, anteojos negros y se peina con gomina.

Bolitas: esferas metálicas, generalmente negras, con mecha.

Por último debe saberse que es desaconsejable asistir a una función de teatro de vanguardia comiendo maní con chocolate.

Y por favor, ni se le ocurra comentar que lo que vió fue un bodrio.

Queda muy, muy contrarrevolucionario.

XXII - EL ZURDO Y EL CINE
Ir al cine para el zurdo es un acto de compromiso militante. Como la Maga de Cortázar, que abandona a su bebé Rocamadour (y sí, Cortázar no le iba a poner Juancito al bebé) para ver "El Acorazado Potemkim", y eso que llovía.

Pero hay cine y cine. Para que el zurdo se digne a ir al cine la película tiene que haber participado del Festival de San Sebastián y ganado la Concha de Plata o alguna otra. Para que el zurdo vaya al cine, éste tiene que ser audazmente[1] revolucionario. Tiene que ser cine serio.

Con mensaje.

Le está permitido al zurdo también asociarse a un cine club en los que se exhiben verdaderas joyas artesanales que no tienen cabida en los vulgares circuitos comerciales. El zurdo cree que esto pasa porque las masas, por supuesto que embrutecidas por el imperialismo, no entienden nada si no se las concientiza. Las masas, en cambio, con esa vulgaridad ignorante que suele caracterizarlas, opinan que las pretendidas joyas son una reverenda porquería inentendible y que si no tienen cabida en el circuito comercial es porque nadie las va a ver ni aunque regalen entradas en la puerta del cine. Entonces las masas, revolcándose en su moral de cerdos burguesa, se regocijan cuando Clint Eastwood salta sobre la pierna herida del indefenso psicópata asesino de mujeres[2].

O se emocionan (los más grandecitos) cuando John Wayne besa a la chica.

O aplauden (los más pequeños) cuando el Guasón se hace pomada contra el piso.

Es que las masas son tan primitivas que sólo ven películas donde hay un bueno, un malo y una chica. Como si el bien y el mal no fueran preconceptos de la clase dominante y como si la chica fuera la única chica.

Ahora disculpen, pero me voy a ver "Los Intocables" por octava vez.

HASTA LA VISTA, BABY

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[1] Una película es "audaz" cuando tiene varias mujeres desnudas. Pero no es que sean babosos. Es arte, dicen. ¡Arte! Mmmm.

[2] He sido testigo presencial de cómo en esta escena de "Harry el Sucio" las masas vulgares aclaman la actitud abiertamente violatoria de los derechos humanos del Inspector Harry Callahan.

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XXIII - EL ZURDO EN EL CAMPING
Si San Benito Magno hubiera sido un poco más enérgico, nos hubiéramos librado de las doctrinas de Antonio Gramsci, que aunque era zurdo no comía vidrio.

Este Gramsci advirtió que en el avanzado estado de evolución del capitalismo europeo era ilusorio lograr la concientización espontánea del proletariado camino a la revolución. Para ello y previamente se lo debía adoctrinar por los medios de comunicación y por la educación, como paso ineludible hacia la revolución. Primero Sarmiento impuso la educación libre y obligatoria[1] y educó al soberano, "porque un pueblo educado jamás votará a otro Rosas". Ahora Gramsci lo quiere volver a educar para que no vote a Sarmiento.

La cuestión es que hoy en día los discípulos de Gramsci enarbolan carteles con la cara de Sarmiento.[2]

La escuela normal sarmientina con contenidos marxistas destruye cualquier inteligencia. Es más peligrosa que la sandía con vino.

Los más expuestos a las radiaciones antineuronales son, en razón de su oficio, los docentes. Años de permanencia en institutos superiores de formación docente, para luego pasarse la vida haciendo planificaciones y llenando formularios, son capaces de volver tarado hasta a Leonardo da Vinci[3].

Esta licuefacción neuronal, en muchos casos irreversible, se manifiesta hasta en los hechos más triviales.

Cualquier persona normal que viva en Argentina se iría de campamento a las Cataratas del Iguazú, o a Puerto Madryn a ver las ballenas, o a Mendoza a conocer la montaña más alta de América, o al Glaciar Perito Moreno o a la Quebrada de Humauaca. El zurdo no. Él va y arma la carpa frente al Congreso. Como si dijéramos irse de camping al cinturón ecológico.

Eso sí, por falta de fauna autóctona no se puede quejar...

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[1] En una carta desde el exilio, don Juan Manuel se maravillaba de que algo pudiera ser "libre" y "obligatorio" al mismo tiempo.

[2] A mí no pudieron educarme ni uno ni otro, porque el sarampión que tuve de chiquito me inmunizó y además porque me rateaba seguido. Por eso salí bruto, gracias a Dios y a Ceferino.

[3] Excepto algunas maestras -doblemente excelentes por lo escasas- cuya experiencia de vida las hace enseñar lo que mejor les parece y no lo que indica el Ministerio. Además, no debe creerse que tengo una animosidad especial contra el gremio, sino simplemente que su formación produce zurdos marmotas (los ya mencionados pavolches), así como las Facultades de Derecho producen liberales marmotas y las de Medicina científicos marmotas. El asunto es que todos aprendan sin cuestionar y repitan sin razonar.
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XXIV - EL ZURDO Y EDIPO
Arthur Koestler -intelectual zurdo de origen húngaro, autor de la famosa novela "Espartaco"- escribió una vez: "Cada página de Marx y Engels aportaba una nueva revelación y un placer intelectual que yo sólo había experimentado antes una vez, en mi primer contacto con Freud". Para ser totalmente feliz le faltaba comer caca al hombre.

El zurdo debe psicoanalizarse.

También pobre tipo, vive amargado, concientizado, insurreccionado, solidarizado, angustiado y alienado. O se psicoanaliza o se mata. Estoy en contra del psicoanálisis.

El drama vital del zurdo es su inexistencia, que puede llevar únicamente con la ayuda de un terapeuta.[1] Porque el zurdo como individuo no existe, es una abstracción de la inteligencia. La única verdad es la idea. El zurdo es incapaz de tomar decisiones si éstas no son colectivas, aunque sea con un mínimo de colectividad (él y el psicólogo).

La decisión individual puede alejarse involuntariamente del interés de clase. El zurdo reniega de la decisión solitaria no porque tema al acierto -pues en ese caso tal vez dejaría de ser zurdo- sino por el pánico animal que le produce el fracaso. El zurdo es un perfecto inútil.

Se objetará, ¿y los líderes zurdos? ¿Y Lenín, Mao, Fidel? Paradójicamente son, en cuanto líderes y conductores de hombres, la negación del dogma fundacional del marxismo: los hombres no son todos iguales[2].

Pero volvamos a nuestro zurdo, el del psicólogo. Después de veinte años de sesiones ininterrumpidas estará por fin en condiciones de leer sin ayuda al Pato Donald.
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[1] Un terapeuta es un señor que cobra para decir "ajá" mientras el paciente le cuenta la infancia.

[2] Así lo demuestra el Diario del Che en Bolivia: atacado el puñado de guerrilleros que acompañaban a Guevara por una plaga de mosquitos, el Che dormía tranquilo, protegido por el único tul mosquitero que había. Todos los hombres son iguales pero el mosquitero lo tiene el jefe.

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TERCERA PARTE Y FINAL:
XXV - BULA-BULA, BWANA
Todo zurdo que se respete afirma, curiosamente sin ponerse rojo, que como todos los hombres son iguales todas las culturas también lo son. No puede hablarse de culturas superiores e inferiores y menos aún de pueblos salvajes y civilizados.

Por eso me causó algún desconcierto cuando Carlitos en "El Capital" narra el modo brutal -y lo narra con verdad- en que los pequeños propietarios escoceses -Highlanders- fueron despojados de su tierra por la duquesa de Sutherland a quien correspondió, según textuales palabras de Marx "la iniciativa más mongólica" vale decir, la más salvaje e incivilizada. Me provocó un inenarrable estupor descubrir que Marx, como sinónimo de salvajismo empleaba la palabra mongólico, como si el venerable, culto y refinado pueblo de Atila mereciese ser calificado con semejante prejuicio burgués. De lo expuesto se sigue que para Marx la cultura mongólica era más salvaje que la europea actitud que demuestra -además que Marx era un discriminador- que no eran iguales.

Pero como el zurdo es materialista y sólo cree en lo que ve (excepto en la electricidad, el big bang y la revolución permanente, en los que cree sin haberlos visto nunca) no tiene sentido polemizar en si hay o no culturas superiores a otras. Lo más adecuado es hacer una comparación material entre dos culturas de pueblos aborígenes escogidos al azar. Para evitar cualquier clase de suspicacias el sorteo se realizó entre pueblos extinguidos y salieron favorecidos los Onas y el Imperio Romano. Se podrá objetar que la comparación no es justa porque los romanos se extinguieron en el siglo V y los onas en el XX, lo que les da a los últimos quince siglos de ventaja para desarrollar su evolución, pero el azar es así.

En cada rubro comparativo la letra 'a' corresponde a los onas y la 'b' a los romanos.

RELIGION:

a) los hombres eran ateos (materialismo dialéctico) pero atemorizaban a las mujeres con falsos demonios. El hombre que revelara a una mujer que los dioses no existían, lo pagaba con su vida.

b) Cristianismo.

ARQUITECTURA:

a) habitáculos de cueros y palos con un agujero arriba para poder encender fuego adentro.

b) Coliseos, foros, acueductos, arcos de triunfo, baños públicos, cloacas, villas decoradas con mosaicos.

LENGUA:

a)Shon.

b)Latín.

LITERATURA:

a)...........

b)Horacio, Ovidio, Virgilio, Tácito, Sempronio, Marco Aurelio, Cicerón, Séneca, Plinio, Plutarco, y siguen las firmas...

FORMA DE GOBIERNO:

a) carecían de organización política.

b) Imperio.

SISTEMA DE COMUNICACIONES:

a) canoas hechas con troncos ahuecados.

b) importante red caminera señalizada, carreteras pavimentadas, flota mercante y de guerra.

LEGISLACION:

a)............

b) Derecho Romano (que ha tenido algún éxito).

MODO DE DIRIMIR UN PLEITO:

a) palo por la cabeza.

b) proceso judicial.

VESTIMENTA:

a) cueros de lobos marinos.

b) toda clase de hilados, tejidos, seda, etc.

FORMA DE TRASLADAR UNA PIEDRA:

a) empujando.

b) subiéndola con una grúa arriba de un carro.

REGIMEN DE PROPIEDAD:

a) colectiva.

b) privada.

Digan los zurdos lo que les parezca, la simple comparación demuestra que las culturas no son todas iguales.

La supremacía de los onas sobre los romanos es incuestionable: eran ateos, no conocían el estado ni tenían propiedad privada.

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XXVI - EL ZURDO Y LA MORAL
Atentaría contra la objetividad científica de este panfleto afirmar categóricamente que el zurdo no tiene moral.

No es que no tenga, si no que como tiene una moral zurda se le nota poco.

A pesar de esto es justicia reconocer que el zurdo aventaja notoriamente al liberal cuya moral se limita a que cada uno haga lo que se le antoje si yo hago negocio. Para el zurdo, a diferencia del liberal, no es indiferente que Dios exista. Mientras que para el liberal Dios no existe si los ateos ganan la elección por un voto para volver a existir cuando la elección la ganan los creyentes, el zurdo necesita imperiosamente que Dios no exista.

Tiene razón [Henri] Lefebvre cuando afirma que "...sería calumnioso atribuír a los marxistas una especie de cinismo inmoralista... El cinismo inmoralista se halla en los representantes (literarios, ideológicos, políticos) de la burguesía decadente, o también de ciertos individuos desclasados que rechazan toda moral al mismo tiempo que la moral establecida".

La moral es la ciencia de lo que está bien y lo que está mal; o por lo menos eso era, hasta el advenimiento del Nuevo Faro de Alejandría.

Esa conciencia de lo bueno y de lo malo está desparramada entre todos los habitantes del mundo, quienes por una intuición metafísica tienen el convencimiento más o menos generalizado de que hacer picadillo de carne con el vecino de enfrente está mal. El zurdo objetará que en algunas comunidades -o en otras culturas- el canibalismo está bien visto. Pero esa objeción solamente puede hacerla un zurdo. Cualquier tipo normal considera que comerse al portero no es ninguna "otra cultura" sino una falta de cultura o, por mejor decir, una salvajada.

El zurdo no. Como para él la moral es un conjunto de imposiciones de la clase dominante, violarla no es necesariamente malo. Por otra parte el concepto de malo y de bueno es relativo. Si a usted le dicen que es un "buen trabajador" y se pone contento, lo siento señor pero usted es un estúpido. "El buen trabajador", dice el zurdo, es un prejuicio de la moral burguesa; el "buen padre de familia" también. El delincuente y el genio son la misma cosa, porque ambos violan la moral establecida. Además, ¿por qué castigar al ladrón si el dueño de la cosa robada no tiene derecho a ella, puesto que la propiedad privada es un robo?

El odontólogo platense Ricardo Barreda, condenado a reclusión perpetua por el asesinato de su suegra, su esposa y sus dos hijas, no es un homicida sino un revolucionario que vino a confirmar las profecías de Marx y Engels acerca del colapso de la familia burguesa. Lo mismo que el Dr. Sergio Shoklender, quien pulverizó la contradicción burguesa entre matar a la madre y defender los derechos humanos.

El zurdo tiene una ética, la del materialismo. El hombre en una sociedad sin clases se realizará en forma integral, abandonando la división entre la reflexión y el trabajo para ser la más alta síntesis de estos aspectos opuestos. Hasta ahora no les salió, pero cuando se les dé vamos a estar fenómeno, parece.

Ahora, si no hay más que la materia, ¿por qué se debe liberar al proletariado de la opresión? Si no hay regla moral inmutable, ¿por qué no imponer la ley del más fuerte? Si no hay un bien objetivo hacia el que la humanidad tienda o deba tender, ¿sobre que pauta valorativa puede decirse que tal o cual conducta es más o menos humana?

Si todo es dialéctica, ¿cuál es la diferencia entre darle un pan a un hambriento y pegarle un tiro en la cabeza?

Después de todo, en ambos casos se evita que sufra...

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XXVII - EL ZURDO Y LA HISTORIA
Federico Engels se quejaba de que los jóvenes socialistas alemanes usaban el materialismo histórico como una excusa para no estudiar historia. A pesar de la autoridad del autor del lamento, sus discípulos contemporáneos siguen en la misma.

La relación del zurdo con la historia es divertidísima. Diría que desopilante, pero es galicismo desaconsejable.

El historiador zurdo -si es que ambos términos pueden compatibilizarse- no busca en el pasado el hecho histórico concreto sino el hecho zurdo ideológico; si existe lo amplía o lo deforma, si no existe lo inventa.

Todos los zurdos saben, por ejemplo, que los Aztecas eran un pacífico pueblo vegetariano cuya paz fue turbada por los malísimos españoles que hacían sacrificios humanos.

Sabe también el zurdo que el padre Bartolomé de las Casas[1] se opuso a la esclavitud de los indios. Pero lo que el zurdo no sabe -y si lo sabe se lo calla- es que para contrarrestar la esclavitud de los indios, el buen sacerdote propuso fomentar la importación de esclavos negros. Es decir que el cura no estaba contra la esclavitud, sino contra España.

El zurdo rezurdo Ilya Ehrenburg afirma que Francisco Babeuf (algo así como el protozurdo, el eslabón perdido entre el cromagnon y el zurdo sapiens) con sus delirios comunistas, fue el nervio de la Revolución Francesa. Agarre cualquier libro de historia y va a ver que el tal Babeuf no figura ni a los veinte en la de Montevideo.

El solo nombre de Espartaco -aquél gladiador esclavo parecido a Kirk Douglas- hace vibrar la no-alma[2] del zurdo, conmoviéndolo hasta las lágrimas. Tanto, que el partido revolucionario de Rosa Luxemburgo en la Alemania de la primera posguerra se llamaba "Liga Espartaquista". Pero ¿por qué el zurdo, o en este caso la zurda, admira a Espartaco?

De puro bruto/a, nomás.

Si doña Rosa hubiera leído a Max Nordeau se hubiera enterado que "los partidarios de Espartaco, ellos mismos no eran ni radicales ni pesimistas en el sentido moderno; se rebelaban contra el aguijón, pero no contra el que lo tenía... Aceptaban la institución de la esclavitud, pero no querían ser esclavos... Al conseguir el triunfo, estos descontentos habríanse trocado en hombres dichosos, convirtiéndose de rebeldes en apoyo de la sociedad".

Es que los esclavos querían la libertad, no el socialismo. Y la libertad en Roma se ejercía mediante tres estados: status libertatis, status civitatis y status familiae. Es decir que Espartaco se rebeló para ser un ciudadano libre, capaz de comerciar y adquirir propiedad privada, de casarse y tener hijos legítimos. Curiosamente, todo lo que el zurdo quiere abolir.

Espartaco fue un esclavo con moral de hombre libre.

Marx fue un hombre libre, con moral de esclavo.


Espartaco traidor, dirá ahora el zurdo.

Pero al menos le queda Simón Bolívar.¿Por qué invoca el zurdo a Bolívar como prenda de unidad latinoamericana[3]?

Por ignorancia.

Si el zurdo hubiera leído el artículo "Simón Bolívar" escrito por Carlos Marx para la nada proletaria Enciclopedia Británica, sabría que el pretendido libertador era un oligarca de familia mantuana (las aristócratas venezolanas eran las únicas que podían usar manto largo, de ahí el nombre), lujurioso, cobarde, interesado, traidor y sanguinario. El egregio profeta del materialismo dialéctico se regocija en su opúsculo de la separación de Venezuela de la Gran Colombia boliviariana. Todo un defensor de la causa americana, Carlitos.

Espartaco traidor.

Bolívar oligarca.

Entre los zurdos vernáculos suelen verse entre los trapos rojos con la cara del médico asmático que enarbolan, algunos con la efigie del General San Martín.

¿Por qué pone el zurdo a San Martín en la bandera roja?

Por burro.

Cuando Marx andaba alborotando en Francia allá por 1848, le escribía San Martín al presidente de Perú: "El inminente peligro que amenaza a la Francia (en lo más vital de sus intereses) por los desorganizadores partidos de terroristas, comunistas y socialistas, todos reunidos al solo objeto de despreciar, no sólo el orden y la civilización sino también la propiedad, religión y familia, han contribuído muy eficazmente a causar una reacción formidable en favor del orden".

Espartaco traidor.

Bolívar oligarca.

San Martín reaccionario.

En cuanto a Trotsky...

No se asusten, Trotsky sí era zurdo...

Algo es algo.

Peor es robar y no llevar nada a la casa.

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[1] Autor de la "leyenda negra" de la Conquista Española. De las Casas no era jesuíta, pero hubiera merecido serlo. Fue algo así como el Monseñor Justo Laguna de la época.

[2] Alma materialista del zurdo.

[3] Es interesante que los zurdos utilicen la palabra "Latinoamérica", porque su solo empleo es la negación misma de la izquierda. Efectivamente, el hilo conductor de la unidad americana (excluídos los yankis, obviamente) sólo puede ser latino, es decir, originado en el Lacio. Romano, en síntesis.
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XXVIII - PERFUME DE MUJER[1]
Hay marxistas que no pueden ver a una mujer coqueta pintarse los labios
sin formular de inmediato una explicación de su conducta
en función del proceso de producción y la lucha de clases.

G.D.H.Cole (zurdo)


Las zurdas tienen una gran ventaja respecto de los zurdos: algunas están buenas.

Si además de eso fueran mudas y analfabetas se aproximarían bastante a la mujer ideal. Aunque en la medida de lo posible resulta conveniente enamorarse de una mujer normal.

Puede ser, como dicen las zurdas, que las mujeres normales estén plagadas de prejuicios burgueses (casarse, tener hijos, cambiar las cortinas de la casa, trabajar, estudiar, etc.). Pero si las burguesas son prejuiciosas, las liberadas son acomplejadas.

La zurda liberada es un complejo con patas. Su convicción íntima es que las mujeres son todas taradas (menos ella, por supuesto) y necesitan que la colectividad las proteja. Así, para igualar la mujer al hombre crea el Ministerio de la Mujer y lo más notable es que lo festeja como si fuera un hito en la liberación femenina. Si la mujer es igual al hombre, ¿para qué quiere un Ministerio especial?

Celebra también la liberada que exista una ley de cupos electorales para mujeres. ¿Por qué, son incapaces de integrar una lista sin ley de cupos?

El matrimonio es para la zurda una carga intolerable, sobre todo por esa costumbre burguesa de ponerle a los hijos el apellido del padre. Este es un problema que ha inquietado desde antiguo a los pensadores y pensadoras zurdos y zurdas. Se han propuesto distintas soluciones y solucionas, a saber:

1. Que los niños lleven el apellido de la madre. Fue rechazada por invertir la carga de la discriminación.

2. Que no lleven apellido. En rigor es la solución más adecuada al materialismo dialéctico, puesto que evita la alienación del rapaz a su familia. Se lo designaría solamente por el nombre. Algunos países comunistas como China, luego de poner en práctica esta teoría debieron abandonarla porque se producían avalanchas.

3. Que lleven el apellido del padre y de la madre. Supongamos que Juan Pérez y María Gómez tienen una hija: Gabriela Pérez Gómez. Hasta aquí vamos bien. Pero Gabriela crece y tiene un hijo con José Rodríguez Gímenez: Matías. Este Matías debe llevar el apellido del padre y de la madre, luego se llamará Matías Rodríguez Giménez Pérez Gómez. El cual a su vez tiene un hijo con Susana Mastroggiovani Dibastiano Bianchi Vermiccelli: Roberto Rodríguez Giménez Pérez Gómez Mastroggiovani Dibastiano Bianchi Vermiccelli. Evidentemente esta es la solución más democratica, pero presenta el inconveniente de que con el correr de las generaciones los documentos de identidad se vuelven muy incómodos.

Otro drama que atormenta a la zurda es que, al igual que cualquier mamífero, la hembra del género humano suele quedar embarazada, o ponerse gruesa, y el macho no, salvo que engorde. Esto la hace concluir en que no hay liberación femenina sin aborto. La liberación en base al homicidio es una constante en el pensamiento zurdo pero es justo reconocer que siempre basándose en un igualitarismo estricto: hay zurdos que matan a la madre y zurdas que matan a los hijos.

La zurda sostiene que la mujer vivió por siglos oprimida por el marido dentro del matrimonio. La pregunta del caso es por qué no se sublevó y en cambio siguió soñando con entrar a su nueva casa en los brazos de su novio, costumbre que evoca nada más y nada menos que el bárbaro y violento rapto de las sabinas [2]por parte de los primitivos romanos.

Contesta Simone de Beauvoir:[3] "las mujeres de la burguesía estaban demasiado integradas a la familia para conocer entre ellas una solidaridad concreta; no constituían una casta separada, susceptible de imponer reivindicaciones: económicamente su existencia era parasitaria. Así mientras que las mujeres que hubiesen podido participar de los acontecimientos, pese a su sexo, se veían impedidas de hacerlo en función de clase, las de la clase agitadora estaban condenadas a permanecer al margen en su condición de mujeres." ¿Y cuándo se va a solucionar esto?

"Sólo cuando el poder económico caiga en manos de los trabajadores[4], le será posible a la mujer trabajadora conquistar las capacidades que la mujer parásita, noble o burguesa, no ha obtenido jamás."

En primer lugar, cuando las mujeres a lo largo de la historia quisieron "participar de los acontecimientos" lo hicieron sin pedirle permiso a nadie y sobre todo sin necesidad de ninguna zurdita iluminada.

Curiosamente, en la democrática y refinada Atenas, las mujeres estaban relegadas al gineceo doméstico, del cual no podían salir sin permiso de sus maridos.. En la brutal y militarizada Esparta, en cambio, las mujeres manejaban la ciudad. Cuenta Plutarco que cierta vez un forastero dijo a Gorgo, mujer del espartano Leónidas: " '¿Cómo vosotras solas, las Espartanas, domináis a los hombres?' 'También nostras solas -le respondió- parimos hombres' ".

Montesquieu afirma en sus Cartas Persas que "los romanos mandaban en todas las naciones y obedecían a sus mujeres".

La paradoja histórica es constante: cuanto más viril es una sociedad, más poderosas son sus mujeres. Es que sólo los pueblos afeminados temen a las mujeres poderosas.

Encarnación Ezcurra, la esposa del tirano sangriento Rosas, fue la mujer más poderosa de su tiempo, lo cual no puede afirmarse de la ignota mujer del democrático Sarmiento.

Es cierto que doña Encarnación no ocupó ningún cargo público, pero el poder no es el cargo, del mismo modo que la cáscara no es el maní.

Santa Juana de Arco se calzó la armadura y se fue a combatir a los ingleses sin pasar por la Comisaría de la Mujer. Esta era campesina.

La Reina Isabel de Castilla conquistó un imperio que todavía hoy es un dolor de muelas para los zurdos (y también para los liberales, porque en "este país" nunca se sabe). Esta otra era aristócrata.

Teodora era la hija del guardián de osos del hipódromo de Constantinopla. Había sido actriz y cortesana, rodado por el mundo y sufrido, combinando en su persona una situación social y un pasado propios para ofender la sensibilidad de toda persona respetable. El Emperador Justiniano la eligió por esposa, originando un escándalo entre el patriciado romano, decaído en oligarquía. Pero a pesar de los escándalos que había provocado, aunque era violenta en sus pasiones y vengativa en sus odios, era Teodora de gran nobleza, bella y espiritual, dotada de gran valentía, de una inteligencia de estadista y del don precioso de la compasión femenina. El primer asilo para mujeres caídas fundado en Europa, se debe a ella. De su reinado junto a su marido nos llegó el Corpus Juris, obra monumental del Derecho Romano que en gran medida continúa vigente, a pesar de los reiterados esfuerzos de los zurdos por voltearlo. Esta no era ni campesina ni aristócrata.

Teodora era peronista.

No se engañen, muchachos.

Si Evita viviera, sería Emperatriz.

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[1] Este capítulo es discriminatorio y exclusivo para hombres. Así que mientras ellos lo leen, ellas pueden aprovechar para lavar los platos.

[2] Según Plutarco, a las sabinas primero no les gustó mucho que las raptaran, pero después sí.

[3] Ésta escribía así porque nunca la besaron un domingo diciéndole: "vieja, me voy a la cancha".

[4] Recuérdese que en el idioma del zurdo los "trabajadores" son los parásitos que integran la vanguardia universitaria.

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EPILOGO
No es tan simple.

Hacer un asado, digo, no es tan simple.

Si fuera simple cualquier papanatas después de pasar por la Universidad se convertiría en un eximio maestro asador.

La historia no confirma que Adam Smith supiera curar los riñoncitos ni mucho menos que Engels tuviera alguna idea de cómo hacer un buen chimichurri.

El asado no es para teóricos. Su arte -porque asar, igual que gobernar, no es una ciencia sino un arte- requiere de tres elementos: tradición, experiencia e intuición.

La carne del liberal es incomible por cruda, la del marxista lo es por quemada. Huérfanos de la tradición occidental no tuvieron un padre de quien aprender los secretos del holocausto del novillo.

Enfrascados en sus teorías perfectas, circulares y estériles, tampoco aprovecharon la experiencia pues cuando los hechos no coincidieron con sus teorías, en vez de abandonar las teorías, descartaron a los hechos.

Pero sobre todo y como consecuencia del materialismo de ambos, abandonaron la intuición, ese soplo divino que permite al hombre hurgar en las estrellas, no para averiguar de que gas están compuestas sino para admirarlas en su magnífico esplendor.

Es la intuición la que permite al maestro distinguir el silencio de la carne ante el fuego insuficiente, del plácido sonido de la cocción adecuada y a éste del crepitar violento del incendio sin retorno.

El asado, en síntesis, es un equilibrio delicado que no puede romperse sin arruinar el banquete. El asado debe estar bien cocido, pero jugoso.

Así es el asado criollo.

Ni liberal ni marxista.

Quien desee descargarlo en versión PDF lo puede hacer desde aquí:
https://mega.nz/#!fGhRQRBI!dbYNQrfm0F8xUIin8EmMKveTFdYrHpEWw6l1sBhfuZo
 
Temas como este siempre pasan inadvertidos, pero temas weones dignos de la farándula criolla tienen cientos de respuestas y movimiento. Incluso algunos se repiten durante el mismo dia.

Bueno, se agradece el aporte:vale:.
 
Se agradece el aporte cipadrin, todo lo que sea difundir y dejar en evidencia a estas ratas marxistas es lo mejor ....
 
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