Supr3me
Hij@'e Puta
- Registrado
- 2006/03/14
- Mensajes
- 8.974
- Sexo
«Detesto el comunismo porque es la negación de la libertad y me es imposible concebir lo humano sin libertad. No soy comunista porque el comunismo concentra y absorbe en el Estado toda la potencia de la sociedad, porque desemboca necesariamente en la centralización de la propiedad, poniéndola por entero en manos del Estado, en tanto que yo deseo la abolición de esta institución, la extirpación radical de este principio de autoridad y de la tutela del Estado que, so pretexto de moralizar y civilizar a los hombres, hasta hoy sólo los ha sojuzgado, oprimido, explotado y depravado. Deseo la organización de la sociedad y de la propiedad colectiva o social desde abajo hacia arriba, por vía de la libre asociación, y no desde arriba hacia abajo, por medio de alguna forma de autoridad, cualquiera que ella sea»
M. Bakunin
“Pues bien, todo ese mundo judío que forma una sola secta explotadora, una especie de pueblo sanguijuela, un parásito colectivo devorador y organizado en sí mismo, no solamente a través de las fronteras de los Estados, sino incluso por encima de todas las diferencias de opiniones políticas, ese mundo se encuentra actualmente, por lo menos en gran parte, de un lado a disposición de Marx, de otro lado a la de Rothschild […] Les une a ambos la solidaridad judía, esa solidaridad tan poderosa que se ha mantenido a lo largo de la historia.
Esto puede parecer extraño. ¿Qué puede haber en común entre el socialismo y la Alta Banca? Pues que el socialismo autoritario, el comunismo de Marx aspira a la centralización poderosa del Estado, y allí donde hay centralización del Estado ha de haber un Banco central del Estado, y allí donde existe tal Banco, los judíos siempre están seguros de no morir, ni de frío ni de hambre.”
Bakunin, Carta a los Internacionales de Bolonia
M. Bakunin
“Pues bien, todo ese mundo judío que forma una sola secta explotadora, una especie de pueblo sanguijuela, un parásito colectivo devorador y organizado en sí mismo, no solamente a través de las fronteras de los Estados, sino incluso por encima de todas las diferencias de opiniones políticas, ese mundo se encuentra actualmente, por lo menos en gran parte, de un lado a disposición de Marx, de otro lado a la de Rothschild […] Les une a ambos la solidaridad judía, esa solidaridad tan poderosa que se ha mantenido a lo largo de la historia.
Esto puede parecer extraño. ¿Qué puede haber en común entre el socialismo y la Alta Banca? Pues que el socialismo autoritario, el comunismo de Marx aspira a la centralización poderosa del Estado, y allí donde hay centralización del Estado ha de haber un Banco central del Estado, y allí donde existe tal Banco, los judíos siempre están seguros de no morir, ni de frío ni de hambre.”
Bakunin, Carta a los Internacionales de Bolonia