Nunca sentí la cercanía o apoyo de mi viejo, ni sentí el apoyo cuando quería emprender o hacer algo nuevo por que siempre me tiraba para abajo. Por ejemplo, cuando chico quise aprender a tocar batería, tenía un compañero que tenía una y me invitaba a tocar, pero no teníamos puta idea si estaba bien o mal, pero la pasábamos re bien y teníamos ganas de aprender, hasta que un día se tuvo que ir de Santiago y se la llevó.
Le pedí a mi viejo que lo que más quería era tener una y que me inscribiera en un curso de percusión, pero me mandó a la chucha, me dijo que no servía para eso, que iba a fracasar o iba a ser desperdicio de plata. Me mató las ilusiones.
Por culpa de mi viejo es que hoy sufro ataques de depresión cada vez que recuerdo el poco apoyo. Pero poco a poco me he ido dando cuenta que tengo que luchar por mis sueños y seguir adelante, por eso siempre trabajo, trabajo y trabajo, ahora con Uber he progresado en mi vida y puedo decir con orgullo que soy mejor que antes y que toda la tropa de pendejos millennials que tuvieron la fortuna de tener un padre que los mimara.
Ahora, como venganza y cuando llegue el día en que me titule, no lo voy a invitar a la ceremonia, por que no tengo nada que agradecerle.Si salí adelante fue por mérito propio y no tengo que dar cabida a gente inferior.
