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YEZIDIS: ADORADORES DEL DIABLO EN EL ISLAM

Brucewine

Hagen
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Si buscamos en cualquier fuente de información standard, podemos encontrar a grandes rasgos en qué consiste y se basa el yezidismo.
Seleccionando dos obras genéricas y neutrales con prestigio, nos encontramos con la siguiente definición sobre los yezidis:

[Yezidis]
… Adoradores del diablo. Rama o secta de los yardanistas radicada en el norte de Iraq y un poco en Siria con probables influencias de origen gnóstico. Tienen cultos a los ángeles (heftan), entre los cuales no faltan los caídos. Sobretodo adoran al mayor, Melek Taus (Meleké Tawús, Melek Toout), el “Ángel Pavo Real”. Su gran celebración se llama Yam y es en honor al jeque Adi, fundador de su secta. Han tenido que sufrir la diáspora y están dispersos últimamente por Líbano, Siria, Turquía, Armenia, Irán y hasta Alemania. Llaman a Lucifer Melek Taus, el “Ángel Pavo Real”, y le ofrecen sacrificios y ofrendas propiciatorias para tenerle complacido. Creen que Lucifer fue perdonado por Dios y volvió a ser el ángel principal que supervisa la marcha de los asuntos del mundo. Los yezidis del norte de Iraq son de habla kurmanjie. Si bien sus raíces pudieron ser gnósticas, los yezidis acabaron mezclando sincréticamente principios zoroastrianos, sufís e islámicos en torno el siglo VII.

Consideran sagrados sus propios textos, el “al-Jalweh” (Libro de la Revelación) y el “Miskhaf Resh” (Libro Negro), escritos en lengua kurda y atribuidos al sufí Sheikh Adi nacido en el Líbano y luego instalado en Mosul. Al principio estos textos se transmitían de generación en generación de forma oral, porque los miembros de la secta eran reacios a leer y escribir, pero eso ha cambiado en las últimas décadas por el interés en las escuelas. El diablo con cola de pavo real ocupa el primer lugar de su culto, aunque no por eso descartan la existencia de un Dios, al que desplazan por considerar que no rige el mundo, aunque lo creó, sino que es Lucifer el “Rey del mundo”.

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El yezidismo representa el culto más antiguo a Lucifer, identificado por ellos con el nombre de Melek Taus. Es la única comunidad herética religiosa procedente del Islam, dónde sus creyentes sacrifican aves y ofrecen plegarias en el amanecer al diablo. Para simbolizar la llegada del otoño, se le sacrifica un buey para implorar lluvia en invierno.

Los yezidis también niegan a Adán, pues piensan que: "si el diablo no quiso arrodillarse ante el Adán, fue porque creía que no era merecedor de tal reverencia, pues era una criatura insignificante hecha de barro". Por todo esto, podríamos afirmar que es el grupo más inusual procedente de todo el mundo Islámico.

Cientos de miembros de yezidis se reúnen en su templo sagrado Lalesh para celebrar su festival de verano. Este festival -el mayor del año- suele atraer alrededor de 15.000 yezidis en agosto, y algunas familias viajan desde el exterior para hacer la peregrinación.


Las familias caminan descalzas por las calles de Sheik Adi, un sitio religioso yezidi situado a unos 450 kilómetros al norte de Bagdad, para ofrecer sus respetos a Melek Taus en diversos santuarios que tienen, y a la vez hacer nudos en una tela sagrada que cuelga en el templo de Lalesh, a fin de asegurar un heredero varón.

Ahora las cosas son diferentes, a causa del terrorismo Islámico ortodoxo que azota esas zonas. Ante los temores de ataques contra minorías religiosas, el líder político yezidi, Sheik Tassim, de 71 años, el "príncipe", ha ordenado que se cancelen las celebraciones oficiales debido a preocupaciones por la seguridad.

"Antes a la celebración de verano acudían miles de personas, ahora únicamente son cientos a la peregrinación". Dijo el líder yezidi al recibir a los creyentes en un de los salones del templo.

Los yezidis totalizan alrededor de 350.000 fieles en todo el mundo de acuerdo con Tassim, con miembros en Siria, Irán, Iraq y unos pocos en Turquía.

Tassim, quien se vio obligado a huir de Iraq tras respaldar una rebelión kurda, vivió exiliado durante la década de los 70 en Alemania.

El "príncipe" dijo que los yezidis eran objetivo potencial de los integristas radicales.
"Tenemos el mismo problema que todos los demás en Iraq: el terrorismo", dijo. "Es muy triste que cualquier sitio religioso que tengamos esté expuesto a ataques con bombas".

Por este motivo, muchos yezidis creen que tienen más probabilidad que el resto de ser perseguidos en Iraq, porque pertenecen a esta religión totalmente incompatible con el Islam común, que es el que rinde culto a Alá.

"En este país sentimos que siempre nos discriminan por partida doble (...) pero nuestras tradiciones se mantendrán," dijo Sheik al-Yass Oudi, un pariente lejano de Sheikh Adi, el fundador histórico de la religión.


"No nos gusta mezclarnos con árabes, pues nos consideran impuros" dijo Oudi. Los yezidis detestan a los árabes (y viceversa también) de tal manera, que esa aversión produjo en una ocasión un triste episodio dónde un grupo yezidi lapidó a una joven adolescente por casarse con un árabe creyente del Islam tradicional. La respuesta de los islámicos radicales no se hizo esperar, y asesinaron a un grupo de yezidis que viajaban en autobús cuando volvían de trabajar.

Cientos de poblados yezidi fueron destruidos durante las campañas del ex presidente Saddam Hussein contra los kurdos iraquíes, y aunque los yezidis ahora cuentan con uno de los suyos como ministro de estado en Bagdad, hay preocupación en la comunidad de que están siendo marginados en el Iraq de la posguerra.

"Las familias yezidi todavía están viviendo en tiendas en mi distrito y el gobierno no nos ha dado ayuda", dijo Qasim.

Shursha, un representante del gobierno local yezidi en Sinjar, que se encuentra entre la norteña ciudad de Mosul y la frontera siria, dijo que en el área vivían muchos yezidis antes de que Hussein los obligara a salir a fines de la década del 80, y ahora quienes han regresado se enfrentan a la discriminación por parte de los árabes.

"Nadie nos está atacando todavía, pero los islamistas están tratando de sacar a yezidis de la fuerza policial," dijo Shursha.

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La religión yezidi se basa en la teoría del ángel caído, sólo que interpretada a la inversa.

Según los relatos yezidíes de la creación, Dios creó primero de su propia iluminación a Melek Taus, y otros seis arcángeles fueron creados después.

Cuando Dios creó a los otros arcángeles les ordenó traerle el polvo de la tierra, para construir el cuerpo de Adán. Después Dios dio vida a Adán de su propia respiración y mandó a todos los arcángeles para reverenciar a Adán. Ellos obedecieron, con excepción de Melek Taus, que se rebeló y se negó. Al preguntarle Dios el por qué, Melek Taus le contestó: "¡cómo puedo someterme a otro ser! soy de tu iluminación mientras que Adán fue hecho del polvo".

Este acto de orgullo hizo que Dios enviara a Melek Taus al Infierno. Los yezidis apoyan firmemente y sin fisuras la actitud que mantuvo, pues piensan que fue un acto de amor hacia su Creador.

Melek Taus pasó 7.000 años en el Infierno, y con las lágrimas que derramó por haber sido repudiado por Dios, apagó las llamas del averno.

Entonces, después de arrepentirse por no haber cumplido el mandato Divino, Dios lo perdonó y al ser el más poderoso arcángel, lo volvió a colocar como líder de los siete ángeles encargados de comandar el universo. Porque, para los yezidis, Dios se limitó a crear el universo y, una vez acabada su obra, se retiró y delegó el dominio del cielo y de la tierra a esos siete ángeles, capitaneados por Melek Taus.

Según los yezidis pues, el diablo es ahora quien gobierna el mundo, y es a quien se debe venerar, al que los yezidis representan con la figura de un pavo real.

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Melek Taus: para algunos es simplemente un demonio de Mesopotamia, para los yezidis es el ángel caído, que tras redimirse a sí mismo por su rebelión contra Dios, heredó el principado de este mundo.

¿Por qué el pavo real como símbolo? el profesor A. Newton dice: "El pájaro es famoso como la proverbial personificación del orgullo. Rara vez se mantiene en grupos numerosos porque tiene la mala reputación de provocar destrozos en los jardines".


Por eso podemos deducir que la idea del pavo real como un símbolo del orgullo junto con la idea coránica del pecado de Lucifer, condujo a la formación del mito. Esta historia era muy corriente entre los seguidores de Yazid Ibn Muawiyah.

Lo más llamativo es que uno no puede convertirse al yezidismo, sólo se puede ser yezidi por nacimiento, y es extraño, pues la mayoría de las religiones tienden a la expansión.

La sociedad yezidi es jerárquica. El líder secular es un emir o príncipe hereditario, mientras que un sheij principal dirige la jerarquía religiosa. Los yezidis son extremadamente endógamos. Además, los miembros de las tres castas de yezidi: los murid, sheij y pir, se casan solamente dentro de su respectivo grupo.


Su día sagrado es cada primer miércoles de Nisan (marzo/abril), en el día que celebran como el Año Nuevo. Creen que Dios creó a Melek Taus de su iluminación en esa fecha.

Metempsicosis: creen en la transmigración de las almas después de la muerte.

A las mujeres se les está prohibido el aprender a leer y a escribir. :clapclap: y dicen que es una religion atrasada :lol2:

Los yezidis no tienen ceremonia de matrimonio religioso. La tradición es secuestrar a la novia de la casa familiar y retenerla durante un breve tiempo antes de hacer un arreglo de dote.


Se acepta el divorcio, y el adulterio femenino es consentido, siempre y cuando sea aprobado por el marido. :eek:

También se acostumbra a que los yezidis no se corten los bigotes, eviten comer lechuga y vestir de azul oscuro.

Por otro lado pueden beber alcohol, y el cerdo no está vetado.

Finalmente, no pueden pronunciar la palabra Shaitan (Satán); por extensión, tampoco de su boca no pueden salir términos que empiecen por “sh”, ya que es el sonido con el que comienza la palabra Shaitan; y según ellos, sería irrespetuoso por decir el nombre del diablo en vano.




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"El Dios de los yezidis es el maligno de otras religones, pues otro nombre que da el Corán a Melek Taus es Shaitan, es decir, Satán en lenguaje cristiano".


La afirmación anterior es expuesta por la Teosofia, según esta doctrina, los yezidis rinden culto al mal por temor. Nada se puede temer de Dios (Allah), pues este es bondad y misericordia misma, y no hace falta complacerle debido a ello, sin embargo no ocurre lo mismo con el malvado Shaitan, es a él a quien hay que tener contento y venerar para ganarse su afecto, y así evitar sufrir terribles consecuencias por parte suya.

Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la Teosofia, tiene otro punto de vista sobre el yezidismo. Cuando escribió su obra: "Isis sin velo", en 1877, hizo la primera referencia escrita sobre los yezidis para darlos a conocer en occidente; era otra época y las fuentes e investigaciones no eran tan exactas como lo son actualmente.

Y aunque la visión que se ofrece en dicha obra es errónea, es interesante reproducir el primer texto escrito (siglo XIX) sobre los yezidis.

ISIS SIN VELO – TOMO IV

LAS PRÁCTICAS DE LOS YEZIDIS


“Pocas sectas hay que verdaderamente practiquen la magia negra. Ente ellas se cuenta la de los yezidis, a quienes erróneamente a nuestro entender se les considera emparentados con los kurdos. Habitan en las montañosas y áridas comarcas de la Turquía asiática, Armenia, Siria y Mesopotamia en número de unos 200.000, y de sus tribus son las más peligrosas de las cercanías de Bagdad, diseminadas por las montañas de Sindjar. El jefe de esta tribu tiene su residencia fija junto a la tumba de Adi, su profeta y reformador religioso, pero en cada tribu hay un jefe o cheique particular, elegido entre los más expertos en magia negra. El profeta Adi o Ad es el personaje mítico sin realidad histórica, y equivale en concepto al Ab-ad de los parsis y al Adi-Buddha de los indios, aunque degenerativamente antropomorfizado.

Tienen fama los yezidis de adoradores del demonio, y no precisamente por ignorancia o preocupación practican el culto y establecen el trato con las más perniciosas entidades, tanto elementarias como elementales, sino que convencidos de su maldad y temerosos de ellas tratan de mantenerlas propicias. Dicen que si bien el jefe de los espíritus malignos está en perpetua querella con Allah, ha de llegar un día en que se pongan en paz, y entonces sufrirán las consecuencias de su desvío quienes se lo hayan mostrado al espíritu negro, con lo que tendrán a los dos en contra suya.

Se han imaginado los yezidis todo un pandemonio, y recurren a los yakshas (espíritus del aire) y a los afrites (espíritus del desierto) para transmitir sus ruegos a Satán, el rey del averno. En sus asambleas culturales se toman los yezidis de las manos y forman amplísimos corros en cuyo centro se sitúa el cheique o sacerdote, quien manos en alto entona un himno en loor de Shaitan (Satán), mientras en el corro voltean y saltan y mutuamente se hieren con puñales hasta caer algunos exánimes, pues las heridas que se infieren son más profundas que las de los lamas y yoghis del Tibet y la India. Durante la ceremonia suplican con grandes voces a Shaitan que se manifieste por medio de prodigios, y como celebran estas asambleas por la noche, suelen obtener algunas manifestaciones fenoménicas, entre ellas la de enormes globos de fuego que luego toman figura de extraños animales.

Según un testimonio de un ockhal druso, la señora Hester Stanhope, verdadera autoridad en la masonería de Oriente, presenció disfrazada en traje de emir las ceremonias de los yezidis llamadas “misas negras”, y a pesar de sus animosos bríos se desmayó a la vista de aquel espectáculo y mucho trabajo hubo para volverla en su sentido."

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El sistema de escritura yezidi es consonántico; el sentido de la misma es horizontal de derecha a izquierda.


Al vivir rodeados de musulmanes, es fácil entender la razón de emplear un alfabeto críptico, es decir, conocido solamente por los iniciados. Los yezidis odian a los musulmanes y éstos a su vez a ellos. En los libros sagrados yezidis está escrito: "Si un yezidi oye a un musulmán orar, debe matarlo o suicidarse.", mientras que una de las expresiones más odiosas en boca de un musulmán es ¡Ya ibn Yezidi!, es decir: "¡Oh tú, hijo de Yezidi!".

La escritura yezidi está basada parcialmente en la escritura urdu (el valor fonético de todas las letras yezidis coincide), aunque la mayoría de los signos no se parecen a las letras árabes. La forma de las letras parecen ser invenciones arbitrarias basadas principalmente en elementos geométricos, como trazos rectos, pequeños cuadrados, triángulos y círculos, ángulos, etc. Algunas letras se parecen a las latinas que tienen forma geométrica como la l, v, T, L, etc. si bien los valores fonéticos son muy diferentes.


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Otro punto de choque con los islamistas mahometanos es que no se rigen por el Corán.

Los dos libros sagrados de los yezidis son Kitab al-Jalweh, esto es, "El libro de la Revelación", atribuido al ayudante de Sheikh Adi, el fundador de la comunidad yezidi y Miskhaf Resh, esto es, "El libro Negro" atribuido a Khasan al-Bashi. El primero (c. 1162--3 d. C.) es una especie de Nuevo Testamento, mientras que el segundo (c. 1342-3 d. C.) es una especie de Antiguo Testamento. Hay también poemas atribuidos a Sheikh Adi, historias sobre Sheikh Adi y notables yezidi, genealogías y proclamaciones.

El al-Jalweh consiste páginas sueltas hechas de pergaminos de piel de gacela; las páginas están cortadas en la forma de una media luna, del sol, la tierra, dos ríos, una cabeza de hombre con dos orejas o cuernos, etc. Las páginas no están numeradas pero al pie de cada una de ellas está escrita la letra con la que comienza la página siguiente. Cada página tiene 16 líneas de escritura (el Corán lleva 12).


"El Libro de la Revelación" es considerado como la palabra de Melek Taus –Lucifer– y recoge lo esencial de las creencias yezidis, indica que Melek Taus asigna responsabilidades, bendiciones y desgracias según su voluntad y que no le compete a la raza de Adán cuestionarlo.


Además, afirman esperar la llegada de un profeta que vendrá de Persia, que suprimirá la ley de Mahoma y abolirá el Islam, lo que por consiguiente permitirá la práctica de su fe luciferina con total libertad.


Los yezidis no creen en la misión de Mahoma, y esperan la aparición de dicho profeta Persa, quien revelará un libro ya escrito en el cielo, el verdadero. Este profeta sería el oponente, el "anti-Mahoma".

Para Anton Szandor LaVey, el Papa Negro y fundador de la Iglesia de Satán (1966), los yezidis: "Son como los Vigilantes –los ángeles caídos del Libro de Enoch–, los que pretenden ser descendientes de Azazel. Creen en una contrapartida de la historia de Lucifer, es decir, en la manifestación del orgullo desterrado".

Además, en "Rituales Satánicos", LaVey, incluye textos de al-Jalweh presentándolos como "las palabras que Satán dijo a su pueblo" (pág. 146).


Antes que LaVey, otros famosos esoteristas, como el converso al Islam, René Guénon, o el viajero Gurdjieff, hablaron en sus libros de los yezidis. Ellos, como otros exploradores europeos de finales del siglo XIX, propiciaron las primeras imágenes de los "adoradores del pavo real", y todos ellos coincidieron en concluir en lo mismo:

"no cabe duda que La Revelación Yezidi cuenta la historia del mundo desde el punto de vista del ángel caído, Melek Taus, al que nosotros llamamos Lucifer en el viejo continente. La creencia de ser propietarios de una verdad exclusiva, amparada por un férreo dogmatismo que les impide relacionarse con otras religiones, ni admitir conversiones a su credo, les ha provocado un aislamiento tanto cultural como social".

Finalmente, para acabar, verdaderamente al escuchar la frase "los adoradores del diablo", con solo pronunciarlo a uno se le ponen los pelos de punta, y se imagina una secta secreta de locos luciferinos. Error pensar eso. Los yezidis, veneran al ángel caído, pero ni escuchan discos al revés, ni colocan los crucifijos boca abajo, y tampoco los yezidis jamás han quemado una mezquita, nunca han blasfemado por el placer de desafiar la autoridad, ni se han enfrascado en orgías sangrientas en el nombre de Lucifer.

Para ellos, la adoración del diablo es una religión aprobada por Dios mismo, una cultura en sí misma, no una cuestión de rebeldía juvenil con la cual jugar. Jamás ha tenido que ver con profanar tumbas a medianoche en un cementerio abandonado, a la luz de velas fabricadas con grasa de recién nacidos.


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Buen tema a pesar de ser de largo desarrollo y no de poca lectura

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