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Camila Vallejo: “Hace un año que no estoy con el padre de mi hija”

Ahora está con un loco que toca salsa y reggaetón.

Camila Vallejo: la maternidad, la separación, vivir sola por primera vez

En 2013, en plena campaña para ser elegida diputada por La Florida, Camila Vallejo (28) se embarazó y llegó al Congreso con 25 años y una guagua. Tres años después, está separada, por primera vez viviendo sola con su hija y tiene una relación con un músico que toca salsa y reggaetón. “Ha sido un proceso intenso que me ha obligado a madurar”, dice. Y agrega que Lagos no la representa en absoluto por ser demasiado cercano al mundo empresarial.

Por Alejandra Carmona / Fotografía: Alejandro Araya / Producción: Álvaro Renner

Paula 1210. Sábado 8 de octubre de 2016.

Esta cita debía ser mucho antes de cuando finalmente se concretó –un día de septiembre casi al alba en el ex Congreso Nacional–, pero Adela, la hija de Camila Vallejo (28), se enfermó de rotavirus y la diputada debió aplazar la entrevista en dos oportunidades porque tenía que cuidar a su hija.

Adela tiene los ojos grandes y azules como su madre. Pronto cumplirá tres años y es buena para conversar; suele hablar con toda la gente cuando su mamá va a terreno y la lleva con ella. La niña tiene una extraversión y verborrea naturales que contrastan con la parquedad de su madre, más introvertida. “La Adela es mi refugio”, dice Camila. Y reconoce que ser madre la ha hecho mirar el mundo con una sensibilidad que no sabía que tenía. Y también la ha hecho reordenar sus prioridades, poniendo a Adela en el primer lugar, especialmente ahora que se separó de su entonces pareja, Julio Sarmiento (médico de origen cubano y militante PC), hace casi un año.

En una de las salas del ex Congreso Nacional, la diputada se quita los audífonos rojos por los que minutos antes sonaba Norah Jones –como vive en el centro está acostumbrada a llegar caminando a las sesiones que son en Santiago y esta entrevista antecede una de la comisión de Educación–. Se saca el pañuelo que lleva atado al cuello, se sienta y respira aliviada como si hubiera terminado una maratón de una semana.

¿Cómo está tu hija?
Mejor. Tuvo un rotavirus fulminante. Antes tuvo faringitis, mucha tos, moco y fiebre, pero no alcanzó a ser muy grave.

Y tenías semana distrital, ¿cómo lo hiciste?
Tenía actividades programadas y tuvimos que cancelar mi participación, pero en mi equipo hubo harta comprensión. Me dijeron que me apoyaban y la prioridad, obviamente, era la Adela, por lo tanto fui a un par de cosas, pero el resto del tiempo, cuando estuvo más complicada, me quedé con ella. También vino mi mamá desde Algarrobo (donde se fue a vivir hace poco con su padre y su hermano menor). Por suerte la Adela cuenta con el cuidado de sus dos abuelas y siempre está con alguien de la familia que la cuide.

¿A veces partes con ella a Algarrobo adonde tu mamá?
Sí. Es que desde Valparaíso, me queda cerca Algarrobo, entonces a veces me voy con la Adela para allá. La dejo en el día con los abuelos mientras trabajo en el Congreso y a mí me ve en la noche. Después volvemos juntas a Santiago.

¿En tu Audi?
No, no tengo un Audi, esas son cosas que inventan.

¿Y qué auto tienes?
Un Skoda.

¿De dónde habrá salido el cuento del Audi?
Es una mentira. Son cosas que se viralizan como si fueran ciertas. Y la gente las cree aun sin corroborarlas.

¿Te inventan muchas cosas?
Muchísimas.

¿Qué invento te ha dolido o complicado?
En realidad nada me ha dolido mucho, pero me han inventado hartas cosas: que tengo una nana cubana y que la hago trabajar los domingo; esto, porque una vez fui a una marcha con una compañera de militancia y me ayudó a llevar el coche. También me pasó que una vez una periodista me preguntó si la Adela era hija de Giorgio (Jackson). Me reí; siempre me inventan cosas medias faranduleras. También me han inventado que gano 15 millones.

¿Y cuánto ganas?
Gano 2 millones 600.

¿Y el resto? Porque el total de tu sueldo de diputada bordea los siete millones de pesos.
Son seis millones y algo. Dono una parte a mi partido y, además, apoyo a la gente de mi equipo. Es un equipo grande y con las asignaciones para contratación no alcanza. Pero a mí con lo que me queda me alcanza de sobra, por eso apoyo ciento por ciento la idea de bajar la dieta parlamentaria.

También hay un rumor de que tuviste un romance con un parlamentario de derecha.
Lo he escuchado. Pero no es verdad.

“Primero decidimos darnos un tiempo, después cachamos que era mejor separarnos. Creo que tomamos la decisión de manera madura; nos dimos cuenta de que no daba para más (…) Como ex pareja nos hemos llevado bien”.

VIVIR SOLA

¿Cómo estás con la separación?
Súper tranquila. Primero decidimos darnos un tiempo, después cachamos que era mejor separarnos. Creo que tomamos la decisión de manera madura; nos dimos cuenta de que no daba para más, que no nos teníamos que asustar ni preocupar por la Adela, porque lo más importante, más que la familia convencional, era que tuviera amor y el tiempo necesario y de calidad para estar con sus papás. Como ex pareja nos hemos llevado bien. Ha sido la mejor decisión.

¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?
Seis años en total. Nos separamos en diciembre.

Hay quienes dicen que el luto de una separación puede durar hasta dos años.
¿Luto de qué? ¿Para qué? (se ríe).

Para asimilar la pérdida.
Encuentro que es mucho. ¡dos años de mi vida es mucho! En mi vida está pasando todo, todo el tiempo. No sé a qué le llaman duelo. O sea, con Julio tuvimos un momento de tristeza, de frustración, un momento en que dices “pucha, teníamos un proyecto de vida, estábamos empezando a vivir juntos, habíamos arrendado una casa en La Florida…”.

¿Entonces no ha sido un proceso complicado?
No. Es que yo he tenido situaciones tan complicadas e intensas en mi vida que creo que tengo un parámetro distinto para medir las cuestiones. Todo lo que pasó el 2011, hacer campaña embarazada, ser madre en ese proceso, entrar tan joven al Congreso con un bebé. He estado en un proceso muy intenso que quizás me ha obligado a madurar mucho en poco tiempo. Entonces para mí lo de la separación fue como algo más de este proceso. Desde 2011 hasta ahora todo ha sido vertiginoso y puedo vivir cuestiones fuertes, pero las voy superando rápidamente. Y bueno, por primera vez estoy viviendo sola con mi hija.

¿No habías vivido sola antes?
Nunca viví sola. Siempre estuve viviendo con Julio.

Tengo entendido que tienes con tu ex pareja un sistema compartido para el cuidado de Adela…
Ahora nos estamos planteando la posibilidad de que pase una semana con uno y otra semana con el otro, pero por el momento ha sido por días, pero igual somos flexibles. Lo que tenemos que ver es lo más conveniente para ella. La Adela sabe que tiene dos casas, dos piezas. Tratamos de plantearle que es divertido que pueda tener distintos lugares. Le he comprado hasta libritos donde se habla de niños con distintos tipos de familias; niños que tienen padres separados, niños que nacieron por inseminación artificial, niños de padres del mismo sexo. Es para que se naturalice y cuando ingrese al jardín y se encuentre con compañeros que estén en esas situaciones, sabrá que no hay que burlarse.

Tú, que vienes de una familia bien unida, ¿te cuestionaste la separación?
Fueron los primeros fantasmas que aparecieron cuando con Julio nos dimos cuenta de que la relación tenía que terminar, pero la verdad es que no. Tengo muchos amigos de padres separados y no son personas infelices.

¿Estás pololeando?
No… pero estoy saliendo con un chiquillo y súper bien, súper apañador.

¿Es más chico?
No, es más grande y estamos bien. O sea, con Julio lo hemos hablado, nos contamos esas cosas para no sorprendernos. Él tuvo una relación, ahora parece que está soltero… Además, yo soy figura pública y él ahora está en campaña (va de candidato a concejal por Santiago); es decir, no es una persona que vaya a pasar piola.

¿Qué hace tu pololo?
Es músico. Toca salsa, cumbia, reggaetón.

¡Reggaetón!
Es más salsero la verdad. Le mete un poco de cumbia y reggaetón, pero es más salsero. Lo conocí hace poco.

¿Cómo se llama?
Es un cabro piola, dejémoslo ahí.

¿Bailan salsa?
Me encanta bailar salsa: es alegre, maravillosa, me desestresa. Alguna vez traté de hacer deporte en el gimnasio del Congreso, pero no me dio el tiempo. Como deporte trato de ir a bailar. La otra vez hasta fui a rockear. Fui a un tributo a AC/DC. Fui con la Karol (Cariola) y Freddy (Stock).

Y cuando bailas salsa, ¿vas a algún local?
Trato de no bailar mucho sola por la calle porque sería muy triste (se ríe), pero cuando tengo la oportunidad con amigos, bailo. También he ido a la Maestra Vida.

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MACHISMO EN EL CONGRESO

Tras la interpelación a la ministra Javiera Blanco por las muertes de los niños del Sename, en su discurso en la Cámara, Camila Vallejo lloró. La escena fue comentada en redes sociales y el micromundo de Twitter fue implacable con ella.

A propósito de tu llanto, en Twitter se dijo que quizás tenías otros problemas o que era una sorpresa que tuvieras corazón.
A mí lo que me afecta es la sensación de impotencia y frustración. Sobre todo esa impotencia que me da cuando vemos que alguien está sufriendo y no hay una salida clara en lo inmediato. Desde que soy madre, cualquier cosa relacionada con niños o niñas sufriendo, me afecta. Tener a la Adela me volvió más sensible; lo veo como una fortaleza, como una herramienta adicional. Es una sensibilidad que en política es necesaria también. Hay que mantenerse firmes, pero sin perder la ternura.

Cuando un tema te llega, ¿tu aporte político quizás es mayor?
Me pasa mucho en una área donde yo no participo directamente porque no estoy en la comisión, pero lo veo en el terreno, que es el problema de la vivienda. O sea, uno no entiende cómo en Chile se ha permitido tener viviendo a cinco, seis, siete personas en 30 metros cuadrados. Me causa indignación el problema del agua; comunidades que viven en territorios que se han declarado en sacrificio. El Estado ha permitido que empresas se instalen sin ningún control y cuando se quiere hacer fiscalización el lobby es tremendo.

“Desde que soy madre, cualquier cosa relacionada con niños sufriendo, me afecta. Tener a la Adela me volvió más sensible (…) Es una sensibilidad que en política es necesaria también. Hay que mantenerse firmes, pero sin perder la ternura”.

¿Qué te pasa con que los parlamentarios sean tan permeables a ese lobby?
Me molesta. Es una forma de hacer política institucionalizada que hizo que los parlamentarios naturalizaran que tuvieran que relacionarse con grandes empresas, que los apoyaran o financiaran para poder sobrevivir en la política.

¿Te preocupaste de saber quién financió tu campaña a diputada?
Sí. Lo que pasa es que nuestros fondos son muy de autofinanciamiento, muy poco de donaciones. Ninguno de nuestros diputados tienen aportes reservados.

Tienes un 58% de rechazo, según la última encuesta CEP. ¿A qué crees que se debe?
Quizás sería bueno que las encuestas vayan asociadas al porqué. Sí tomo en consideración las encuestas, pero tampoco les doy una relevancia que no tienen, porque las encuestas no son lo mismo que una elección. O sea, igual tienen su metodología, pero quizás los factores detrás también tienen que ver con estas mentiras que se me inventan. No veo las mismas críticas hacia Gabriel (Boric) o Giorgio (Jackson). Siento que las críticas son más despiadadas conmigo.

¿Qué más crees hay detrás de esa crítica?
Machismo porque soy comunista y eso está a años luz de ser independiente. Hoy todos quieren ser independientes.

¿Hay machismo en el Congreso?
En todas partes y en el Congreso también. Existe una cultura de trato muy desigual entre hombres y mujeres. El hombre siempre se posiciona en una situación de superioridad.

¿Qué te dicen?
El trato puede ser muy afectivo; te dicen “mijita”, “mi niñita”, pero te disminuyen a un ser inferior. Me acuerdo cuando estábamos discutiendo la ley contra el acoso sexual callejero, a un parlamentario se le ocurrió tratar a la diputada Daniella Cicardini, quien estaba interviniendo, como Daniella “Ricardini”. O sea, ¿cómo tan desubicado? Esas cosas suceden permanentemente.

Si Ricardo Lagos llega a ser el candidato de la Nueva Mayoría, ¿vas a hacer campaña por él?
No me representa en absoluto. Lo veo alejado de representar un programa de profundización democrática de la Nueva Mayoría. En las últimas señales que ha dado, lo veo nostálgico de la vieja Concertación, con una capacidad de autocrítica leve. A diferencia de Michelle Bachelet, él es más cercano y comprometido al mundo empresarial.

Pero en la elección pasada también dijiste que no harías campaña por Bachelet y la hiciste.
Lo dije siendo vicepresidenta de la Fech. Me preguntaron si es que iba a llamar a los estudiantes a hacer campaña y dije que jamás lo haría siendo dirigente estudiantil aunque fuera militante de un partido. Me sacaron de contexto.

¿Irías a reelección como diputada?
Bueno, es un desafío que nos hemos planteado como partido, así que vamos a asumir esa tarea.

¿Te gustaría ser diputada en un eventual gobierno de Lagos?
No me gustaría, pero hay que discutirlo. Uno puede ser parlamentario sin ser afín a un Presidente o Presidenta, pero hay que evaluar lo que va a pasar.
 
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