Sextest
Bosta
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¿Qué queda por entender? Elegir es una ilusión. La libertad es arrogancia. Las manos que se extienden para guiar cada uno de tus pasos, cada uno de tus pensamientos, no son de los dioses, pues ellos no están menos engañados que nosotros, no, amigos míos, esas manos vienen a cada uno de nosotros… de cada uno de nosotros.
Puede que creáis que la civilización nos ensordece con decenas de miles de voces, pero escuchad bien ese clamor ya que, con cada estallido renovado tan dispar y numeroso, una antigua fuerza despierta y acerca todavía más cada ruido, hasta que el coro no forma más que dos bandos, cada uno luchando contra el otro. Están dibujadas las líneas sangrientas, luchan en el giro de los rostros, en el taponamiento de los oídos, en la negación fría, y todo discurso, al final, se revela como fútil y sin valor.
¿Querréis seguir aferrándoos, amigos míos, a la creencia de que el cambio está a nuestro alcance? ¿Que la voluntad y la razón vencerán a la voluntad de la negación?
No queda nada que entender. Este torbellino loco nos retiene a todos en una presa que no se puede romper; y vosotros, con vuestras lanzas y máscaras de batalla; vosotros, con vuestras lágrimas y suaves caricias; vosotros, con la sonrisa sardónica tras la cual hay gritos de miedo y odio por vosotros mismos; incluso vosotros que os apartáis en silencio para presenciar nuestra catástrofe de disolución, demasiado entumecidos para actuar; todo es uno. Sois todos uno. Somos todos uno.
Así que ahora acercaos más, amigos míos y podréis ver en esta modesta carreta que tenéis delante mis más preciadas mercancías. Elixir del Olvido, Tintura de Baile Frenético, y aquí, mi favorito: Ungüento de Capacidad Sin Fin Masculina, donde garantizo que vuestro soldado permanecerá en pie batalla tras batalla…
Arenga del buhonero
Relatada por Vaylan Winder
Malaz, el año en que la ciudad se inundó de aguas residuales (1123 del Sueño de Ascua)
Puede que creáis que la civilización nos ensordece con decenas de miles de voces, pero escuchad bien ese clamor ya que, con cada estallido renovado tan dispar y numeroso, una antigua fuerza despierta y acerca todavía más cada ruido, hasta que el coro no forma más que dos bandos, cada uno luchando contra el otro. Están dibujadas las líneas sangrientas, luchan en el giro de los rostros, en el taponamiento de los oídos, en la negación fría, y todo discurso, al final, se revela como fútil y sin valor.
¿Querréis seguir aferrándoos, amigos míos, a la creencia de que el cambio está a nuestro alcance? ¿Que la voluntad y la razón vencerán a la voluntad de la negación?
No queda nada que entender. Este torbellino loco nos retiene a todos en una presa que no se puede romper; y vosotros, con vuestras lanzas y máscaras de batalla; vosotros, con vuestras lágrimas y suaves caricias; vosotros, con la sonrisa sardónica tras la cual hay gritos de miedo y odio por vosotros mismos; incluso vosotros que os apartáis en silencio para presenciar nuestra catástrofe de disolución, demasiado entumecidos para actuar; todo es uno. Sois todos uno. Somos todos uno.
Así que ahora acercaos más, amigos míos y podréis ver en esta modesta carreta que tenéis delante mis más preciadas mercancías. Elixir del Olvido, Tintura de Baile Frenético, y aquí, mi favorito: Ungüento de Capacidad Sin Fin Masculina, donde garantizo que vuestro soldado permanecerá en pie batalla tras batalla…
Arenga del buhonero
Relatada por Vaylan Winder
Malaz, el año en que la ciudad se inundó de aguas residuales (1123 del Sueño de Ascua)