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Hij@'e Puta
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Esta historia me calentó, cómo se aprende a escribir de tan bella manera?Esta es verdad pero protegí la verdadera identidad de la mina por razones obvias.
Año 2004. Ciudad de México, Complejo habitacional próximo a la calle Sullivan. El que sabe sabe
La mina era un contacto de MSN que derivó en amistad y luego en amorío a distancia. Fui a verla a México y que tanto.
Nos encontramos, nos vimos y charlamos hasta taaaarde. NO pasó nada porque no era como salía en las fotos
A los dos días nos vimos y como ya estaba allá y había "historia" detrás apliqué técnica goleadora de marcar en cualquier cancha y me lancé. Me aceptó el primero beso, el segundo, el agarrón romanticón entre corridos de José Alfredo Jimenez y boleros tristes de Pedro Infante. Para cuando llegamos a Maná ya estaba tirado el chancho (literalmente) así que fuimos a su casa que quedaba "a la vueltita", Un par de tequilas margaritas de parte de ella bastaron para que se encendiera la llama del amor y me propuso ir al dormitorio: fuimos raudamente mientras caían las prendas: voló su blusa y una diminuta tanga le cayó a una gata ploma en la cabeza. El primer beso fue fogoso y profundo: besaba deliciosamente. Tantas veces imaginado ese momento en la distancia y cuando llegó superó toda expectativa mental. El primer embiste mío fue con amorosa ternura, pero ella me dijo que lo hiciera fuerte, con voz ronca de mexicana que canta karaoke con Paulina Rubio. Proseguí en mi afán calentón, entre asombrado de que la gata nos siguiera viendo y posters en las paredes de Toy Story, un par de dinosarios, fotos de ella y un niño, otro poster del Chavo del Ocho..... la mina tenía un hijo de la edad de 6 años que yo no sabía su existencia. Lo descubrí todo de golpe y porrazo: Era su cuarto. Sin dejar de moverme, proseguí las embatidas mas fuertes y mas fuertes. Ella me dice que mi chile era rico, que lo quería todo para ella que no parara. La sangre se me subió a la cabeza. Un rumor de voz calentona en un idioma que no es el tuyo es el mejor viagra mental que puede haber. "Metete tu Chile caliente - me decía - metemelo en mi panocha". Ante esa propuesta indecorosa no había mas que hacerle caso en el fragor de los cuerpos y el roce caliente de nuestra transpiración que se unía a la altura de sus senos, esa gemela robustez de amplio circulo donde mis manos fabricaron cual artesano todas las delicadas tocaciones que fui capaz de crear. "No manches me vengo, me vengo" casi me gritó al oído mientras clavaba sus uñas en mi espalda tensa. Se vino en un fulgor de estrellas, en un azul vacío de explosión masiva seguido de un silencio de muerte y la gata mirando todo y lamiéndose una patita. Yo aún tenía ganas y mi sangre se agolpaba en mi cabeza así que volví a los embistes mas suaves para revivirla en mis brazos. Bastaron dos segundo mas para que ella volviera a la vida y me montara cual vaquera gringa. Su embestida fue feroz, profunda y así estuvo hasta que me dejó sin aire, hasta que comencé a ver nublado y los posters del hijo, el chavo del ocho, la gata lamiendo su patita, dejaron de tener sentido y lo invadió todo el temblor de tierra que nos tiró fuera de la vida, al espacio exterior donde todo perdía sentido. Nos vinimos juntos; ella, en explosiones de néctar púbico que mancharon la sábana y la dejaron a ella repitiendo en una letanía "no manches no manches" en la quejumbrosa sensualidad de la palabra. Era la primera vez que hacía acabar con eyaculación real a una mina. Era la primera vez que yo tuve un orgasmo eléctrico que recorrió todo mi cuerpo hasta dejarme exhausto. Ido. Muerto. La gata siguió lamiéndose la patita y se perdió por una ventana. Tal vez fue a contarle la historia a otras gatas.
DD
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