Usted ya sabe,
no es cobardía
es que la noche tira y no afloja.
Un poco suya
y un poco mía,
la culpa es siempre de nuestra boca.
De esa que besa,
de esa que obliga,
de la que habla cuando no toca.
La culpa es suya
y un poco mía,
de la distancia, de la zozobra.
Usted ya sabe,
no es lo que diga
es lo que siento cuando me toca.
Cuando en mi cuerpo
juegan sus manos,
pintando sueños en mi memoria.
Usted ya sabe,
ya lo sabía
no quedan puntos para esta historia.
Queda esta taza
medio vacía,
y esa palabra que no se nombra.
Queda la noche,
la lluvia, el beso.
Queda el silencio y su melodía.
Las madrugadas,
los desencuentros,
un tango muerto y una poesía.