La mañana de este martes,
Buenos días a todos reveló la única declaración judicial de Nano Calderón, imputado por parricidio frustrado tras un violento entrevero con su padre, Hernán Calderón Salinas.
Según el hijo de Raquel Argandoña, su polola le reconoció «que mi padre la estaba acosando un tiempo y me muestra unos mensajes, en donde salía una pregunta que mi padre le hacía a ella, preguntando si le excitaba acostarse con alguien menor que ella».
A raíz de los antecedentes, el joven decidió encarar a su padre: «Me voy a la habitación de mi padre, a su baño específicamente, le digo que tenemos que hablar. Él estaba en la tina, me menciona que después, yo le digo que es muy importante. Le menciono lo que me dijo Rebeca (polola), le pregunto si era cierto lo del acoso».
«Una vez que ella confirma, yo corto el teléfono, le lanzo un golpe a mi padre, un golpe con mi mano derecha, un golpe de puño hacia su cabeza», continuó.
De acuerdo a «Nano», nunca amenazó de muerte a su papá, tal como el abogado aseguró. «Quiero aclarar que en esta pelea yo insulté a mi papá, le dije que era un concha…, we…, que cómo pudo hacerme esto, pero jamás lo amenacé de muerte», expuso.
Respecto al disparo, el joven recordó que «luego me alejo hasta la entrada del baño, guardo el celular y con el arma doy un tiro desde el baño, hacia el escritorio de la habitación, hacia un lugar específico, donde no haya rebote ni daño a terceros».
Además, Calderón Argandoña se refirió a la reacción de Patricia, pareja de su padre, al enterarse del supuesto acoso a Rebeca. «Le pregunté a Patricia si sabía de esto, me dice que no, pero que lo sospechaba porque le había hecho escenas de celos antes», relató.
Finalmente, Nano explicó que «en un momento mi padre se tambalea detrás y Patricia intenta agarrarlo y caen los dos encima de un velador que había en el living. Después de eso se paran rápidamente y mi padre se abalanza sobre mí y continuamos la pelea a la entrada del departamento».
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Por la foto del ascensor, esto dijo el niño peculiar:
«Mientras iba en el ascensor me fijé que tenía sangre en las manos, sin saber si era mía o de mi padre», explicó.
«Abro la cámara del celular y la pongo contra el espejo. Apunto hacia mi hombro y tomo la foto para ver si tenía sangre en la espalda», aclaró.
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El relato del joven, que fue revelado por
Buenos días a todos, también confirma que antes de ingresar a una clínica siquiátrica -y cuando ya era buscado por la policía tras la querella de Calderón Salinas- permaneció un par de días en un domicilio de Las Condes.
«Me fui al departamento de un amigo de mi mamá, sé su nombre, está ubicado en Las Condes, a ese departamento fueron unos psicólogos y psiquiatras a verme y luego de eso yo entré a una clínica psiquiátrica», explicó el hijo de Raquel Argandoña.
Respecto a la comunicación con su papá, aseguró que, en primera instancia, «yo no llamé a mi papá».
«Sólo hablé con él estando yo ya recluido en la cárcel. Ahí lo llamé desde un celular que me facilitó Gendarmería y le pedí disculpas», contó.
Fuente: Diario La cuarta
el ex diario del pueblo ahora progre