Cuando viví en ñuñoa iba al sportlife que está en simón bolivar y nada, típico de gyms. Van puras tulas, todos y cada uno con cara de aweonao (me incluyo), cara de pajeros y no faltaba el wea musculín que se creía la raja pero que le daba sólo para interactuar con otros penes o escuchar sus reggaetones caribeños. En un momento (por suerte en mis últimos meses) se llenó de guatones venecos, pero guatones de verdad. Se metían a la piscina y me daba un poco de asco, porque ni se bañaban antes de entrar, y con esas narices de enchufe, era peor. Dejé de ir a la piscina por lo mismo. Las minitas que habían, algunas eran potables, otras normalitas pero había un par que destacaba. Nunca olvidaré a una rubia de crespos que miraba a todos los wnes mas encachaos con cara de califa, nunca le hablé porque me dió un poco de verguenza y yo estaba pololeando también. Finalmente, no, no me sé kawines, iba a veces a mirar culos pero no habían muchos. Me inscribí a yoga porque me lesioné la rodilla, pero nada que contar, lo mismo de siempre. Weones con cara de pajeros. Una vez mi polola fue con una amiga veneca que tenía y me contaba que habían pajeros que se les acercaban cuando estaban en la piscina a meterles conversa y ellas se hacían las locas. No faltan los califas amigos de la manfinfla que creen que su vida cambiará sólo por acercarse a una mina. Despierten cipadritos.