Ikari
Hij@'e Puta
- Registrado
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Yo creo que acá hay algunos temas de fondo bastante indignantes y que, o todos son muy hueones para detectar, o simplemente de mala fe no quieren ver.
1. Todos sabemos que la violencia física en una pareja siempre es algo repudiable, tanto de hombres hacia mujeres como a la inversa. Porque al margen de estos eventos recientes que tan conveniente y oportunamente se han dado a conocer en plena campaña municipal (campaña municipal = la escoria máxima en términos eleccionarios), supongo que como sociedad todos estaremos contestes en que la VIF es algo que puede llevar a cabo tanto un hombre como una mujer, y siempre merece condena... ¿cierto?
2. Sin perjuicio de lo anterior, hay casos de supuesta violencia que, a mi entender, son comprensibles y hasta justificables. Y no me refiero a la violencia física, sino a la violencia verbal que tantas psicólogas de privadas y funcionarias del SERNAM insisten en calificar como "violencia intrafamiliar" sin más (como si la distinción entre una sacada de chucha y y los insultos no fuera obvia). Sin embargo, ¿debe entenderse, entonces, que una reacción natural como agarrar a puteadas a quien te anda poniendo los cuernos es desproporcionada y digna de reproche? Porque ese ya sería colmo del ajusticiamiento barato de redes sociales, del doble estándar ético, y de la recurrente, creciente e insoportable victimización femenina.
3. Hay casos de personas que en su estado de obcecación sobrepasan el límite verbal y le sacan la mierda a sus parejas. Reprochable, claramente. Sin embargo, ¿no debiera importar ello, además de una intervención psicológica tanto para la persona agredida como para la persona arrebatada, la correspondiente denuncia y sus respectivas sanciones legales? Y si esas son o debieran ser precisamente las consecuencias, ¿por qué tiene todo Chile el derecho a opinar y meterse en un problema que solo atañe a la pareja respectiva (y a sus familias, si es que), sin siquiera conocer a los involucrados o tener los antecedentes del caso? Es lo mismo que el caso del congresista a quien "pillaron" teniendo conversaciones privadas con otros hombres... ¿A quién chucha le importa? ¿Por qué tiene que salir la mujer a dar entrevistas, por qué tienen los periodistas y opinantes de Internet que apuntar con el dedo? Insisto: los problemas de pareja son de pareja, y cuando no, a atenerse a las consecuencias legales, si cabe.
4. La lamentable arista circense de estos casos obviamente no escapa de las manos desesperadas y tendenciosas de los periodistas, quienes siempre están atentos y no tendrán empacho en aprovecharse de las circunstancias para ganar lecturas. Tómese como ejemplo el pastiche digital cuya nota da título a este tema: "se filtra dramático audio de candidato a alcalde PS maltratando a su mujer". "Se filtra", como si el audio hubiese escurrido mágicamente de un celular a manos de los periodistas (cualquiera que haya visto un episodio de House of Cards sabrá cómo funciona la cosa); "dramático audio", como si fueran necesarios unos adjetivos rimbombantes y poco profesionales por ahí para conmover a la Berta de turno; y así suma y sigue...
5. En esta sociedad de mierda tan mediatizada, pero sobre todo visceral, impulsiva y carente de un raciocinio un poco más acabado y profundo, todos corren a juzgar a alguien porque es alcalde PS o candidato a concejal de la UDI (y encima hay huevones por ahí que buscan el empate político). Pero la verdad de las cosas, ¿qué diferencia especial hace una militancia o condición de candidato municipal, aparte de encender las alarmas de las Bertas y Lalos deseos de vociferar en sus muros de Facebook o timelines de Twitter?
Así que paladines de Twitter y minas que se victimizan porque las pillan poniendo el gorro, chúpenla
.
Honestamente, a veces me dan ganas de nunca más abrir un diario
y ver las mierdas acéfalas que pueblan esta sociedad, o derechamente cerrar con candado por fuera
.
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1. Todos sabemos que la violencia física en una pareja siempre es algo repudiable, tanto de hombres hacia mujeres como a la inversa. Porque al margen de estos eventos recientes que tan conveniente y oportunamente se han dado a conocer en plena campaña municipal (campaña municipal = la escoria máxima en términos eleccionarios), supongo que como sociedad todos estaremos contestes en que la VIF es algo que puede llevar a cabo tanto un hombre como una mujer, y siempre merece condena... ¿cierto?
2. Sin perjuicio de lo anterior, hay casos de supuesta violencia que, a mi entender, son comprensibles y hasta justificables. Y no me refiero a la violencia física, sino a la violencia verbal que tantas psicólogas de privadas y funcionarias del SERNAM insisten en calificar como "violencia intrafamiliar" sin más (como si la distinción entre una sacada de chucha y y los insultos no fuera obvia). Sin embargo, ¿debe entenderse, entonces, que una reacción natural como agarrar a puteadas a quien te anda poniendo los cuernos es desproporcionada y digna de reproche? Porque ese ya sería colmo del ajusticiamiento barato de redes sociales, del doble estándar ético, y de la recurrente, creciente e insoportable victimización femenina.
3. Hay casos de personas que en su estado de obcecación sobrepasan el límite verbal y le sacan la mierda a sus parejas. Reprochable, claramente. Sin embargo, ¿no debiera importar ello, además de una intervención psicológica tanto para la persona agredida como para la persona arrebatada, la correspondiente denuncia y sus respectivas sanciones legales? Y si esas son o debieran ser precisamente las consecuencias, ¿por qué tiene todo Chile el derecho a opinar y meterse en un problema que solo atañe a la pareja respectiva (y a sus familias, si es que), sin siquiera conocer a los involucrados o tener los antecedentes del caso? Es lo mismo que el caso del congresista a quien "pillaron" teniendo conversaciones privadas con otros hombres... ¿A quién chucha le importa? ¿Por qué tiene que salir la mujer a dar entrevistas, por qué tienen los periodistas y opinantes de Internet que apuntar con el dedo? Insisto: los problemas de pareja son de pareja, y cuando no, a atenerse a las consecuencias legales, si cabe.
4. La lamentable arista circense de estos casos obviamente no escapa de las manos desesperadas y tendenciosas de los periodistas, quienes siempre están atentos y no tendrán empacho en aprovecharse de las circunstancias para ganar lecturas. Tómese como ejemplo el pastiche digital cuya nota da título a este tema: "se filtra dramático audio de candidato a alcalde PS maltratando a su mujer". "Se filtra", como si el audio hubiese escurrido mágicamente de un celular a manos de los periodistas (cualquiera que haya visto un episodio de House of Cards sabrá cómo funciona la cosa); "dramático audio", como si fueran necesarios unos adjetivos rimbombantes y poco profesionales por ahí para conmover a la Berta de turno; y así suma y sigue...
5. En esta sociedad de mierda tan mediatizada, pero sobre todo visceral, impulsiva y carente de un raciocinio un poco más acabado y profundo, todos corren a juzgar a alguien porque es alcalde PS o candidato a concejal de la UDI (y encima hay huevones por ahí que buscan el empate político). Pero la verdad de las cosas, ¿qué diferencia especial hace una militancia o condición de candidato municipal, aparte de encender las alarmas de las Bertas y Lalos deseos de vociferar en sus muros de Facebook o timelines de Twitter?
Así que paladines de Twitter y minas que se victimizan porque las pillan poniendo el gorro, chúpenla
.Honestamente, a veces me dan ganas de nunca más abrir un diario
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