Se llamaba Silvano Cántaro Tolentino. Su historia genera profunda tristeza por la forma en la que le quitaron la vida, cuando solo buscaba salir adelante.
Este peruano viajó de Lima a Medellín junto a un venezolano y a un colombiano identificado como Andrés.
Le propusieron un negocio de compra y venta de ropa. El precio de la mercadería, a vender en Lima, valdría la pena. Esa fue la promesa.
Cántaro vivía desde hace 3 años en la capital. Con sus sueños de emprender, el pasado 25 de enero tomó sus ahorros y se adentró a una travesía sin boleto de ida, pero con planes de volver.
“Pongo mi vida en las manos de Dios, porque sé que con él nada me faltará”, escribió en su cuenta de Facebook. Resulta que lo llevaron vía terrestre para cruzar la frontera, por Ecuador, hasta llegar a tierras colombianas, pero de forma ilegal.
“Lo llevaron diciendo que la ropa allá era barata y que acá (en Perú) van a revender y tener mayor ganancia. Con ese engaño han llevado a mi hermano y mi hermano emocionado se fue”, relató una de sus hermanas al periódico colombiano
El Tiempo.
Con febrero transcurriendo, los hermanos de Silvano recibían algunos detalles de su viaje. El joven había llegado a Medellín y estaba hospedado en un hotel de la zona, esperando a realizar la compra. El 10 del pasado mes, fue la última comunicación entre ellos. Afligido, les aseguró que el colombiano con quien viajó lo dejó en la calle, tras robarle su dinero, y no sabía cómo regresar.
“No tengo a nadie, si no, no te diría nada. Haz lo posible por favor, Janeth. No (me) dejes caer. Me voy a ir al suelo con todo”, fueron los mensajes que su hermana recibió por
WhatsApp.
Días antes, había publicado una fotografía con los otros viajantes.
No fue en Chile, sino en Colombia, donde asesinaron a Silvano
Los familiares del joven peruano, Silvano Cántaro Tolentino, perdieron comunicación con este, luego de asegurar que uno de sus acompañantes en el viaje lo dejó tirado y sin recursos para regresar.
Huánuco, región andina norcentral peruana, conocería noticias de uno de sus oriundos que ya se consideraba desaparecido.
Una vecina de los Cántaro, corrió, celular en mano, a mostrarle el video que circulaba por TikTok. En él, un joven, con acento peruano, aparecía apoyado en la baranda de un puente. Lo increpaban para que dijera su nacionalidad.
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“Soy peruano”, se le escucha decir atemorizado.
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“¡Habla claro. Habla duro!”, le dice otra voz con acento similar al venezolano.
Otros sujetos hablan con el mismo acento, pero resulta inaudible lo que expresan. Segundos después, el horror en el registro: lo empujan hacia el vacío.
“Bórralo. Se murió lo que se murió”, asegura una voz que forma parte de una secuencia que generó indignación internacional ante el cruel asesinato.
Cabe consignar que
BioBioChile no incorporó el video a esta nota debido a su crudeza.
La familia del joven vio el registro. Identificaron de inmediato a su ser querido. Era la misma voz, gestos y hasta la ropa.
El puente desde donde lanzaron a Silvano está ubicado en Mercaderes, Cauca, a 14 horas de Medellín. Se presume que el joven estaba ahí, camino a Ecuador, buscando volver a su casa en Lima.
Sus hermanos llegaron a territorio colombiano. Además de tener claro que era la persona del video, lo identificaron por medio de pruebas de ADN y por un tatuaje en su tobillo. Ya no había dudas de que era Silvano.
El pasado 16 de febrero, una cuenta de Twitter en Chile compartió el material, asegurando que el suceso tuvo lugar en este territorio.
Otros compartidos hacían referencia a Valdivia, como sitio del crimen. Los insultos xenófobos a venezolanos y la recriminación al gobierno de Sebastián Piñera también fue parte de la difusión. Para ese entonces, no se conocía el lugar exacto del suceso.
“Venecos de mierda”
Las autoridades colombianas están investigando el paradero de los asesinos de Silvano. No dan mayor detalle de la investigación. Le dijeron a sus familiares que la geolocalización, registrada en su celular, revela que estuvo en Medellín. De ahí, no hay otros sitios.
Los hechores aún no son capturados; eso alienta la indignación por el caso que estremeció a los países involucrados y también a Chile, señalado como el sitio del asesinato de forma errónea.
Sin embargo, al conocerse el lugar exacto del crimen, violentas protestas han tenido lugar en Perú, donde exigen justicia para Silvano. La xenofobia contra los venezolanos, también se apoderó de algunos peruanos.
“Nadie nos puede matar por ser peruanos” o
“Fuera venezolanos”, entre los airados reclamos, en Huánuco, hacia las autoridades y los foráneos que allí viven pero nada tienen que ver con el caso.
rudo.video
La capital peruana también ha sido
escenario de descontento, específicamente la Embajada venezolana en Lima. Una de las manifestaciones terminó en disturbios.
El nivel de odio que rebotó en el resto de los venezolanos, debido al asesinato del joven peruano, hizo reaccionar al canciller Jorge Arreaza.
“Venezuela exige que Perú cumpla con las Convenciones de Viena y garantice la protección de su Misión Diplomática y Consular en Lima, al tiempo que rechaza las campañas de xenofobia contra venezolanos en Perú y condena el asesinato de un ciudadano peruano en Colombia”, aseguró el funcionario de Maduro, desde Caracas.
Pero en las calles peruanas pueden observarse grafitis contra los venezolanos. La frase “venecos de mierda”, se lee en Lima.
La hermana de Silvano, en tanto, como el resto de familiares de este, se aferran a que lo sucedido no quedará en la impunidad.
“Lo único que se tiene como prueba es el video, se piensa que son venezolanos. Aunque nos vamos agradecidos por encontrarlo, queda una gran tarea que es seguir buscando a los culpables y que paguen por lo que hicieron”, pidió su hermana, Janeth Cántaro.
Del colombiano, Andrés ,y el venezolano (no identificado), que viajaron con Silvano, no se sabe nada. Tampoco hay una acusación formal por el asesinato del joven. Todo ha quedado en nada. Como los sueños de una persona que se encomendó, religiosamente, sin saber lo que le esperaba.
“Pongo mi vida en las manos de Dios, porque sé que con él nada me faltará”. 36 días más tarde, es decir, el pasado martes lo sepultaban en su tierra natal, Huánuco.
fuente:
biobio
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