Los muertos no pueden resucitar y menos en sombreros de paja, con pájaros plásticos de ornamentación, y el resultados de las votaciones dan fe de eso. Lo que en un principio se pensaba como una derrota arrolladora por parte de Maduro, se convirtió en el día de hoy en una escena comprimida que mostró una victoria estrecha,cuestionada por algunos y que sembrada un manto de criticas por parte de Caprile. Y las dudas no son injustificadas, pues ni el revolucionario más pesimista, ni los opositores al régimen actual proyectaron de manera correcta el resultado de las votaciones: aquel ciudadano que deposito su confianza por medio del voto al finado Chavez, fue capaz de modificar su tendencia política y proyectar esa misma confianza en un centro izquierda llamado Caprile (así se difinio el), olvidando aquello que fue el lema y principal propulsor de la continuación de Chavez en el poder, la denominada "revolución bolivariana".
A modo personal, la Venezuela de hace 6 meses atrás, no va a ser el misma que nació el día de hoy, el descontento que en un principio era estrecho por el amplio apoyo a la gestión del chavismo, pasa a conformar el nuevo bando opositor del gobierno electo. Los medios de prensa, la libertad de expresión que fueron reprimidas en ese entonces, dejo de ser controlada por aquellos periodistas que fueron callados, y es el propio pueblo quien ahora va a cumplir ese rol fiscalizador que por muchos años dejo de existir.
La critica que manifiestan "las masas sociales" no tarda en reaccionar frente a la perdida de su único líder populista, pues la carencia de este último, hace revivir las verdaderos problemas que enfrenta la gente en ese país; que en un principio fueron cobijadas, luego dominadas y actualmente se encuentran nuevamente liberadas para que ser cubiertas por soluciones concretas y reales.
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