Carolina Infante, la mujer del tiempo: "He envejecido en pantalla"

Backspacer1983 · 2013/06/20

Lleva 11 años dando el informe en Canal 13. Debutó en la tele en 1989 y hoy no piensa en el bótox ni en las cirugías.

Carolina Infante tiene 18 años y quiere ser profesora de educación básica. Carolina Infante tiene 18 años y es, a ojos de muchos, una chica guapa.
Le llegan ofertas para hacer comerciales. Ella realiza una publicidad tras otra y sus ganas de ser profesora van quedando de lado. En eso, la fichan para su primera teleserie “Bravo” (1989) de Canal 13, donde actuó de pareja de Cristian Campos. Luego, la agencia de publicidad Stars le ofrece irse a España por seis meses. “Vivía de los comerciales y muy bien”, recuerda Carolina, que ahora es la mujer con más cinco mil informes meteorológicos en el cuerpo, cifra que logró en sus 13 años en total como rostro de “El tiempo” en Canal 13.
Pero antes de ser la mujer que adelanta las temperaturas, Carolina, 43 años, madre de cuatro hijos, pasó por casi todos los canales. Participó en las teleseries “Ellas por ellas”, “Fácil de amar”, fue modelo del programa “Éxito”, salió elegida miss fotogénica en el concurso Miss Chile, hasta que en 1993 quedó embarazada de su primera hija.
“Cuando quise volver (después de mi embarazo) a las teleseries, ya no había cabida. De alguna manera me dio lata porque es algo que me gustó mucho hacer y pensé en estudiar teatro. Pero tuve un marido demasiado posesivo”, explica.
-¿Él no quiso que siguieras en las teleseries?
-No, a él no le gustaba la idea de que yo estudiara teatro. Era muy celoso y yo lo acepté porque estábamos embalados con la relación. Por suerte salieron otras oportunidades en la tele y no me arrepiento.
Esa otra oportunidad a la que se refiere Carolina es a “El tiempo”. Corría 1997 y ella estaba casada con Aldo Soto, hombre relacionado con la televisión, y así fue como se enteró de que estaban buscando a alguien para ese segmento. “Hice la prueba y quedé altiro. Ahí estuve hasta finales de 1998 y después me ofrecieron hacerme cargo de un informativo de la señal internacional del 13”, cuenta. Como ese proyecto no prosperó, Carolina llegó a trabajar como notera al “Casi en serio” (Chilevisión) y luego emigró a “Hola, Andrea” (Mega). “La pega de hacer móviles fue muy satisfactoria pero no veía nada a mis hijas. De ahí ocurrió el llamado de Canal 13, donde me pidieron que volviera a dar el tiempo”, explica. Eso fue en agosto de 2002. Carolina no abandonó ese trabajo.
Cuenta: “Esta pega me dio estabilidad y me ha servido para criar a mis hijos. Vengo tres horas en la mañana y tres horas en la noche. Yo puedo ir al supermercado, ayudarlos a estudiar y eso es impagable”.
-¿Te satisface entregar sólo el pronóstico del tiempo?
-El tiempo es súper dinámico y no es que yo repita el libreto que envían de meteorología. A nosotros nos mandan un informe y de ahí yo saco una historia buena y los estructuro de nuevo. Hay mucha información que busco sola y también sirve la retroalimentación de la gente. Por eso me hice una cuenta de Twitter.
-Cinco mil informes del tiempo no es menor.
-Es loco, porque así como yo he ido envejeciendo delante de la gente, la gente también envejece. Si me sale un rollo y una arruga, la gente lo va notando, pero por el momento me ha perdonado las pifias.
-Tú notas los cambios.
-O sea, en 11 años he envejecido. El cuerpo cambia con un embarazo entremedio y lo tengo súper asumido. Sé que mañana va a llegar un ejecutivo a decir hay que refrescar la pantalla, tal como hicieron con Loreto Delpin (ex compañera de canal).
-En Chilevisión, el tiempo lo entregan chicas que son modelos jóvenes. ¿Te comparas con ellas?
-Ellas son súper buenamozas, pero no me preocupan las chicas jóvenes porque confío mucho en el producto que entregamos. Hay lista de espera para auspiciar nuestro informe.
Disimulando los años
Carolina no gasta una millonada de plata en su vanidad. Considerando que dos veces al día su pelo sufre con el secador de pelo, el producto más costoso que tiene en su casa para cuidarse el cabello cuesta $2.200. Es el bálsamo de la marca Sedal que elimina el frizz.
Las cremas para su rostro son de la marca Eucerin (disponible en farmacias, entre 10 mil y 15 mil pesos), y en vez de ir a un salón de belleza o un spa a hacerse una exfoliación, la mujer del tiempo prefiere los tratamientos caseros. “Me aplico yogurt con azúcar o miel en el rostro. Funciona súper bien”, dice. No sigue ninguna dieta en especial y cuando su hija Belén sale a trotar, ella la acompaña.
-¿Tienes secretos de vestuario para disimular el paso de los años?
-Después de tener guagua el tema era disimular la guata y no hay que confiarse en los negros porque te marcan todas las pifias. Eso pasa en “El tiempo”, porque como tenemos un fondo verde (el croma, que sirve para proyectar otras imágenes), nos recortan y se marca todo. También siento que antes era mucho más acinturada, entonces ahora uso ropa que destaque esa zona porque te vas más estilizada, igual que al dejar los brazos y el cuello destapados, sin tantos accesorios.
Para trabajar, Carolina se la juega por vestidos con cortes color negro en los costados, tonos iluminados como azules, blancos y tampoco se olvida de las minifaldas o vestidos rectos porque “estilizan. Igual hay que atreverse a esta edad”.
Dos situaciones reflejan la tranquilidad con la que Carolina se toma su trabajo. Situación uno: es 2008, la ex actriz queda embarazada y justo el fin de su contrato coincide con el inicio de su prenatal. Tres meses después de que nace Vicente, se planta en Canal 13 a tantear el panorama. “Ya estaba regia de facha y le pregunté a Pilar Rodríguez, jefa de prensa de ese minuto, si quería que volviera. Sí, por favor, me respondió ella”, recuerda Carolina.
-¿Quisiste recuperar tu cuerpo rápido para poder volver a trabajar?
-Fue tranquilamente. No me hice masajes reductivos, preferí salir a correr. Pero si salía más pechugona (en pantalla), feliz. Si tenía un poco más de guata, feliz. ¿Cómo una mujer va a quedar sin nada de guata después de un embarazo, si son las huellas de la vida? Como decía mi mamá, las personas somos como los árboles. A medida que pasan los años nos vamos engrosando y por muchas cirugías que puedas hacerte, todo denota que tienes más años. Es parte de la vida.

...