Acabo de llegar a la oficina después de bajar por la subida Ecuador y pasar por condell. De sapo me fui en el tocomocho a cachar la automotora que quemaron.
La sensación de tristeza en Valpo es cuatica. Es como que el aire fuera más pesado y aplasta a los porteños. Nadie habla fuerte, todos con pañuelos, restos de barricadas por todos lados, todo sucio. Esta ciudad debe ser la más progresista de Chile, pero ya estamos chatos.
Acá quedan en las marchas solo grupúsculos cuyos sueldos vienen de origen estatal (colegio de profesores llevando la batuta) seguidos de un cerro de weones dejando la pura.
A nivel político el intendente vale una real callampa junto al gobernador. Desde hace rato atornilllan al revés.
La consecuencia de esto es que el porteño no está pal webeo, les aseguro que el primer fiambre va a salir de acá. Ya hace rato que, por lo menos acá, no se trata de derechas o izquierdas. Se trata de ciudadanos decentes contra la delincuencia y anarquía.
Y los ciudadanos decentes de Valpo somos cuáticos.
