Por Florencia Lagos: “AMÉRICA LATINA COMO ZONA DE PAZ”
Necesariamente, y más que nunca, la situación de nuestra región la debemos situar en el cuadro de correlaciones de fuerzas a nivel mundial.
Mucho menos ahora, no es el momento de “poner notas” a los procesos emancipadores, de izquierda, progresistas o democráticos, especialmente en este momento del mundo, tan marcado por una hegemonía del capital especulativo financiero (EEUU- socios europeos-transnacionales y corporaciones privadas de gran poder en todos los planos). Que además, han llevado al mundo al borde, al peligro real de extinción.
Nuestros enemigos usan todos los métodos más brutales: narcoparamilitarismo; Intervenciones militares regulares e irregulares con fuerzas mercenarias; crímenes de lesa humanidad; hegemonía mediática; revueltas supuestamente populares al interior de los países; mucha inteligencia política y socios internos en las naciones. Nuestros adversarios no tienen ética humanista, por eso son extremadamente peligrosos.
Contradictoriamente, ellos mismos, se autodefinen los dueños de la democracia, de la libertad, del planeta, y como guardianes defienden y actúan contra los supuestos rivales de “la democracia”.
El tema de fondo, esencial , es dónde se ubican las correlaciones de fuerza y con qué dirección.
En este cuadro,
Rusia, China, los países del Brics, son la contraparte de EEUU, las corporaciones transnacionales y los euros.
Irán juega un gran papel. También Siria, que ha resistido. En buena medida Sudáfrica. También la India.
Pero, igual son campos en disputa, en cada uno de esos países los norteamericanos y sus socios actúan y tratan de revertir por dentro esos procesos.
Nuestra región avanzó mucho, históricamente nunca había logrado tanto avance, con el surgimiento de una oleada de procesos populares y emancipadores en el patio trasero de EEUU: Venezuela; Ecuador; El Salvador; Nicaragua; Bolivia; Argentina; Brasil; con Cuba jugando un papel siempre notable. Todos procesos de lucha social y política, de construcción de mayorías nacionales, y que lograron conquistar gobiernos con elecciones. Por eso es que el proceso chileno, de décadas de luchas, que llegó al gobierno de Salvador Allende y la UP por la vía de luchas sociales y elecciones, se transformó en referente de todo el continente.
Esto es lo que
ahora, en medio de un cuadro de disputa objetiva por la hegemonía mundial entre dos campos de poder políticos, económico y militar, esencialmente, es lo que trata de revertir el imperialismo norteamericano, porque necesita a su patio trasero bajo su total dominio.
En este sentido, y dicho con franqueza, Cuba puede resistir incluso bajo el total dominio de EEUU en el mundo, lo ha demostrado, con un sacrificio y heroísmo de su pueblo notable. Más, ha ayudado sustancialmente a cambiar la correlación de fuerzas en nuestro continente y en el Planeta.
Pero,
si no existiera la incidencia de China y Rusia en nuestra región, EEUU actuaría con más audacia y brutalidad sobre Venezuela; Bolivia; Nicaragua; Cuba por cierto. Todo sería mucho más cuesta arriba para nuestros pueblos. Por eso, Lula, obrero metalúrgico, primer presidente de un país en donde las clases dominantes mantenían una hegemonía implacable, tiene razón cuando dice que las transnacionales y los “yanquis” no le perdonaron que su gobierno hiciera girar a Brasil hacia la correlación de fuerzas en donde está Rusia; China; Sudáfrica y La India.
Cuba, Venezuela y Brasil, países claves en el surgimiento de CELAC; UNASUR; El Foro de Sao Paulo, que rompieron la hegemonía de la OEA a favor de EEUU. Es determinante, como lo dijo el General Raúl Castro en Santiago de Chile, cuando asumió la presidencia pro tempore de CELAC (hecho histórico, inédito en la historia del continente); “
América zona de paz en el mundo”, impulsado por gobiernos progresistas.
EEUU se juega su vida imperial y tratarán, de todas las formas y medios, de evitar que América, sin ellos, sin su poder tutelar, se transforme en un bloque de naciones integrada, en relación armoniosa, respetando las asimetrías, con China, la India, Sudáfrica, en fin, los países del Brics. Porque eso adelanta el fin de la hegemonía imperial en nuestro continente y en el mundo.
Hay proyecciones económicas que indican que será la India, la nación que de aquí al 2020 asumirá el predominio económico mundial, en un cuadro de economía capitalista especulativa y financiera. Y continuarán creciendo China; Rusia; Brasil.
Hay mucho más que analizar sobre el cuadro mundial.
En cada país tenemos el desafío y tarea de, con la dirección mundial que existe, aportar a esa consolidación y a que nuestros pueblos avancen.
Por eso, porque cada país y pueblo tiene su propia historia; sus particularidades; su estructura de clases; su formación de partidos y movimientos sociales, tenemos que ayudarnos y dilucidar (en primer lugar) los caminos que nos permiten resistir (en conjunto) la agresión de EEUU y revertir los procesos que tratan de parar.
Lo primero es escucharnos, podremos tener diferencias de opinión, pero sería fatal intentar confrontar y eventualmente tensar las relaciones políticas entre nosotros por eventuales diferencias de diagnóstico. Si nos dividen…nos matan.
Con todo, en Chile
el reciente gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, logró avances significativos y acotados. No se explica que tanto el imperialismo como la poderosa derecha chilena observaron el peligro y reaccionaron con un fuerte ataque mediático y judicial.
En el primer año del Gobierno de Bachelet, se conquistó el fin del fraudulento Sistema de Elecciones binominal que beneficiaba a la derecha chilena, la Reforma Tributaria que dio paso a la Ley Fin al Lucro en la Educación y finalmente la Ley de Aborto en 3 causales.
El actual Presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien alcanza su triunfo apoyado por los grandes empresarios y los medios de comunicación, que como bien sabemos manipulan la opinión y el comportamiento del pueblo chileno, reaccionó en su primer mes de mandato con una serie de medidas que hacen retroceder estos avances del Gobierno de Bachelet. La primera es la reducción de los impuestos a las grandes empresas, la segunda la flexibilización del protocolo de objeción de conciencia en la Ley de Aborto en 3 Causales, para que los médicos y clínicas puedan negarse a ejecutar esta ley conquistada por la lucha social y política del gobierno de Bachelet. La tercera medida es la reforma de la Ley Antiterrorista, y la creación de la Policía Antiterrorista que hará más cruda la represión al pueblo Mapuche en la Zona de la Araucanía, y finalmente al no tener mayoría parlamentaria, la derecha a través del Tribunal Constitucional, que funciona como una tercera cámara, desaprobó la Ley que ponía Fin al Lucro en la Educación. Ante esta última medida, hubo una reacción masiva de estudiantes que salieron a las calles a
protestar y defender este derecho conquistado de larga lucha social, movilización que fue duramente reprimida como en los peores tiempos de Dictadura Militar en Chile.
La derecha chilena, reaccionó ofensivamente para que el gobierno de Michelle Bachelet fracasara y no fuera electo uno con la misma coalición. Ellos vieron mejor el peligro que nosotros. Y temporalmente lo lograron y ellos harán todo por ganar un segundo gobierno.
Nosotros,
la izquierda chilena, tenemos que evaluar generar una correlación de fuerzas social, política, científica, cultural y comunicacional, que permita estabilizar los procesos de transformación y
como primera bandera de lucha generar mediante una Asamblea Constituyente, cambios sustanciales a la Constitución instaurada en la Dictadura Militar en Chile en 1980, solo así las transformaciones que hagamos en el futuro, si logramos ganar un nuevo Gobierno, no podrán ser revertidas. Es lo fundamental.
Por Florencia Lagos
Comisión Internacional del Partido Comunista de Chile.
La Habana, 7 de abril
2018
Crónica Digital