En junio de 1979 un hombre usando el seudonimo Robert C. Christian, se acercó a una compañía en nombre de un "pequeño grupo leal de americanos", y les pidió hacer esa estructura. Christian explicó que las piedras funcionarían como un compás, un calendario y un reloj, y que deberían ser capaces de resistir eventos catastróficos.
Joe Fendley (de la compañía mencionada anteriormente) pensó que Christian estaba loco así que en un intento por desmotivarlo le pidió una cantidad de plata muchas veces mayor a lo que se necesitaba.
Christian de todas maneras acepto, arreglo los pagos y le explico que el grupo que el representaba había estado planeando esas piedras por 20 años y que querían mantenerse anónimos.