Acabo de ver el video grabado desde el lado de los que estaban disparando, inmediatamente antes había visto cuando a la niña le llega el balazo y le sale bolando el casco. Qué lástima esta situación, más allá de que la niña haya sido de izquierdas. Es una lástima porque la población chilena de bien ha entregado su confianza plena a las fuerzas del orden, y las fuerzas del orden, aun estando más que capacitadas, no actúan.
Y no me vengan con pactos internacionales, que aquí o que allá. Cuando los pueblos se rebelan lo hacen, sobretodo teniendo todas las de perder, e incluso habiendo perdido ya..., esto ha sucedido históricamente miles de veces. Lógicamente no le vamos a pedir a las señoras que se rebelen, y que salgan a masacrar weones con sus ollas; han de rebelarse los que han sido preparados para ello, los que han sido armados... por la misma gente. Las fuerzas armadas; que se arman con plata de los mineros, de los panaderos, del empresariado, de la gente que vende el diario o con plata que se roban ellos mismos. Que yo sepa aquí viene quedando la zorra hace rato y ni un grupito de 10 suboficiales se ha levantado, pero puedo estar subestimándolos, mal que mal la inteligencia chilena es grande y pueden estar rebelándose encubierto.
Cualquiera sea el caso he llegado a la conclusión de que nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos. Y aquí ya no me refiero a las fuerzas del orden, sino al chileno todo. Aquí no hay ONU, ni Bachelet, ni Piñera, ni Judíos. No me interesa cuál es el látigo ni quién lo lleva. Tampoco me refiero a un enfrentamiento entre hermanos, o entre izquierda y derecha. No interesa quién es marxista, cientificista, patriota, triple sexual, caballero, pachamámico, porsilaponguista, creyente o ateo. Cada chileno está siendo derrotado por el chileno desde dentro de sí. Ese es el meollo del asunto, esa es la única cuestión.
Para los amigos de la CIA que sé que me están leyendo, les regalo la correcta interpretación de este texto:
The chilean fears the chilean.