La trama está totalmente al servicio del público gringo. Si eres fan ortodoxo, será una blasfemia. Si vas con la mente abierta, puede que enganches un poco.
Muchas balas, explosiones, calles con luces de neón, vehículos terrestres y aéreos, pero poca mención y totalmente desaprovechada la mitología griega (cero mención a Zeus, Hades, Poseidón) e ignorada toda mención a los 88 caballeros, las castas, el Santuario, el Patriarca, los caballeros de oro (con la sola excepción de Capricornio y Sagitario al inicio de la película). Ninguna aparición, ni mención siquiera a Shiryu, Hyoga y Shun. Ese es el mayor desacierto y pudo abrir un abanico de expectativas que no se dan en la película.
Por el contrario, se nota que explotaron (desgraciadamente) muchos de los elementos de relleno de la serie remake de Netflix, como los pseudo caballeros negros y a Vander Graad (varón en el remake y ex esposa de Alman/Mitsumasa Kido en la película). Además, hay un masisi rasta cuyo rol es totalmente inentendible en la trama, no quedando claro si era bueno o malo.
Por otro lado, la escena con menos sentido de la película es aquella en que Seiya llega furioso a la mansión de Kido a encararlo, para luego Sienna/Athena llevárselo innecesariamente en una motocicleta a un puerto sólo para hablar con él, sabiendo el riesgo que eso significaba. Irrisorio, pudiendo bien habérselo llevado a cualquier lugar de la mansión donde estuviesen seguros y conversar, sin perjuicio de que llegaran justo en ese momento los malos a atacarlos.
Dentro de lo positivo, rescato al personaje de Marin, que fue muy fiel al de la serie, el Puño Fantasma de Fénix de Ikki/Nero al masisi callampero, y la escena final en que Athena deja la zorra con su cosmo, con Seiya salvándola. Por su parte, Athena cumple, pero Seiya demasiado serio y parco en comparación al desenfadado de la serie original.
Siendo generoso, un 4,5.
Y por último, sí, el personaje de Sean Bean muere.
Chao chilenos.