A fines del año pasado iba subiendo por Alameda con mi familia (señora, un adolescente y niños) en mi Hyundai Santamo del 94, todo tranquilo, algunos orcos en las veredas pero nada del otro mundo. Hay que tomar la decisión: doblar ñor debajo de la remodelación San Borja, o seguir el camino "normal" para desviarse a Vicuña después del Crown Plaza. Como muchos autos siguieron sin problemas, seguí a la masa...
Llegando a la esquina se cierran los orcos y empiezan a tirar piedras los csm, cono enajenados... Wn, un niño de UN año dentro del auto, era temprano wn, no más de las 15:00.... Ctm, el pavor que sentí, un wn flaite y drogo ql con el tremendo camote apuntando al parabrisas...
Le dije a los niños "al suelo", a mi señora que bajara la cabeza y pum, acelerador a fondo. Si mato a un wn, me importa una raja...
Afortunadamente, me rajé. No me llegó ninguna piedra, yo quedé entre la masa de indeseables ctm y un bus de pacos, para allá iban las piedras.
Desde ese día, ME ALEGRA PROFUNDAMENTE cuando alguno de esos csm se muere, queda tuerto, lo apalean o cualquier weá. A mi juicio, esos CSM no merecen vivir.