Pariston
Bestia
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Vivimos un momento importante. Quizás algunos lo ignoran, porque lo prefieren o porque han podido acceder al conocimiento o no les interesa, pero es una realidad. Muchas sustancias que durante medio siglo han sido condenadas al tabú, a las malas prácticas, al desconocimiento y a la nula investigación en este este último tiempo han despertado nuevamente el interés de la ciencia y la religión. Se ha descubierto que drogas como la cannabis, LSD, psilocibina, DMT, mescalina, entre otras muchas, han demostrado ser eficaz para múltiples aflicciones humanas, tanto a nivel mental, biológico y espiritual, lo que hace preguntar la verdadera razón de por qué fueron no sólo prohibidas sino confinadas al olvido, como si no existiesen, siendo que son parte vital de la vida. Si bien la ciencia recién está empezando a desmenuzar este dédalo y ni siquiera aún sabemos cómo funciona el cerebro humano en muchos aspectos, todo parece augurar que existen ciertas partículas dadas por la naturaleza que parecen tener un efecto revolucionario en la existencia humana: algo totalmente nuevo e inexplorado que puede dar luces a una nueva forma de vernos a nosotros mismos y al mundo.
Pero también es cierto que estas sustancias son delicadas. Pero son delicadas por una razón muy simple: el efecto en cada persona es distinto. Tenemos por un lado un efecto que es general y otro que es particular e intransferible. Por ejemplo, una persona que no ha consumido LSD, por más que lea, estudie, analice, entreviste a los intóxicados, haga experimentos, etc., jamás podrá saber qué es realmente el LSD al menos que lo pruebe por sí mismo. Son sustancias que no pueden ser observadas ni estudiadas a priori. Requieren de la experiencia. Si no la tiene, sólo sabrá lo mínimo, lo que se repite en cada caso, que es lo menos importante.
Es por eso que hoy en día el criterio prohibicionista está mutando a uno de auto-responsabilidad: educar a las personas que, por la razones que sea, desea probar una de estas sustancias, lo haga con conocimientos básicos que le permitan tomar una correcta decisión. Es la información la clave y la cimiente de la auto-responsabilidad. Entonces me extraña que en un foro donde hay espacio para el gore, la misoginia, los linchamientos, noticias de violaciones; que reúne todos los males; no haya un pequeño espacio para poder informarnos, todos, de pequeñas partículas neutras que existen, que son una variable, de algo que eventualmente podríamos enfrentar. ¿Cómo no va a haber un diminuto rincón en donde se informe de cosas tan básicas qué exactamente estás consumiendo, cuál es la dosis, cuáles son los riesgos, los beneficios, los nuevos descubrimientos y experiencias en relación con algo que ha existido desde que el mundo es mundo y el hombre es hombre?
Informar no implica incitar a.
Por lo mi pregunta es: ¿debería Antronio plantearse en un futuro anexar un espacio dedicado al tema?
Pero también es cierto que estas sustancias son delicadas. Pero son delicadas por una razón muy simple: el efecto en cada persona es distinto. Tenemos por un lado un efecto que es general y otro que es particular e intransferible. Por ejemplo, una persona que no ha consumido LSD, por más que lea, estudie, analice, entreviste a los intóxicados, haga experimentos, etc., jamás podrá saber qué es realmente el LSD al menos que lo pruebe por sí mismo. Son sustancias que no pueden ser observadas ni estudiadas a priori. Requieren de la experiencia. Si no la tiene, sólo sabrá lo mínimo, lo que se repite en cada caso, que es lo menos importante.
Es por eso que hoy en día el criterio prohibicionista está mutando a uno de auto-responsabilidad: educar a las personas que, por la razones que sea, desea probar una de estas sustancias, lo haga con conocimientos básicos que le permitan tomar una correcta decisión. Es la información la clave y la cimiente de la auto-responsabilidad. Entonces me extraña que en un foro donde hay espacio para el gore, la misoginia, los linchamientos, noticias de violaciones; que reúne todos los males; no haya un pequeño espacio para poder informarnos, todos, de pequeñas partículas neutras que existen, que son una variable, de algo que eventualmente podríamos enfrentar. ¿Cómo no va a haber un diminuto rincón en donde se informe de cosas tan básicas qué exactamente estás consumiendo, cuál es la dosis, cuáles son los riesgos, los beneficios, los nuevos descubrimientos y experiencias en relación con algo que ha existido desde que el mundo es mundo y el hombre es hombre?
Informar no implica incitar a.
Por lo mi pregunta es: ¿debería Antronio plantearse en un futuro anexar un espacio dedicado al tema?