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Plasta Culiad@
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Fue etiquetado como el "próximo Pelé" tras convertirse en profesional a los 14 años, pero el estadounidense fue un fracaso rotundo. Ahora está buscando un giro en su carrera.
Freddy Adu se suponía que iba a ser Lionel Messi antes de que hubiera un Lionel Messi.
Esa es la mejor manera de describir el nivel de exageración ridícula que rodeaba Adu cuando comenzó su carrera como profesional, hace ya una docena de años, a la edad de 14. La máquina de marketing impulsada por la MLS lo proclamó como “el salvador de fútbol”, y las portadas de revistas y anuncios de televisión junto Pelé lo ayudaron a hacerse de un nombre antes incluso de que debutara como profesional.
Ya en 2016 Adu es visto no como “el salvador” sino como un cuento con moraleja. Y él sabe muy bien en lo que su nombre se convirtió en el mundo del fútbol y en todos los deportes. Se convirtió en sinónimo de fracaso y potencial no aprovechado.
“No voy a mentir, eso me molesta. Me duele”, le dijo Freddy a Goal USA en una entrevista exclusiva. “Sólo tengo 26 años… Sí, tuve algunos momentos difíciles en mi carrera y tuve algunos buenos momentos también. Al final, no puedo controlar lo que la gente dice. No fue mi elección o decisión ser comparado con Pelé cuando llegué a la liga”.
Adu no anduvo con rodeos cuando se habla de los últimos años de su carrera, que lo vio salir de la MLS por segunda vez y dar vueltas por las ligas de Brasil, Finlandia y Serbia: “Miré hacia atrás en estos últimos años y que perdí mucho tiempo, perdí años de mi carrera por no dedicar el tiempo necesario al deporte. Por suerte para mí, empecé tan temprano que el tiempo perdido no significa que tenga 33 o 34 años y es demasiado tarde. Sólo tengo 26 y puedo cambiar y corregir las cosas que hice mal, y en eso es en lo que estoy centrado en este momento”.
Adu se prepara para transitar su décimotercer año como y su segunda temporada con el club de la Liga de Fútbol de América del Norte (NASL), Tampa Bay Rowdies. Se sobrepuso a un comienzo difícil, que lo llevó a sufrir una lesión y ver como el entrenador que lo fichó -Thomas Rongen- era despedido.
Esos acontecimientos amenazaron con convertir su pase a la NASL en su última búsqueda fallida para la estabilidad, pero Adu se mantuvo enfocado y su tiempo con los Rowdies terminó siendo una experiencia positiva. Se estableció como titular y como el creador de juego efectivo.
“Fue absolutamente fantástico aquí en Tampa Bay. Me dieron todas las oportunidades para tener éxito. Me dieron mucha atención y se aseguraron de que mi estado físico sea el mejor en todos los sentidos. Cuando tuve mi oportunidad de jugar me fue bien aunque sé que puedo jugar mucho, mucho mejor”.
Todo está listo para que Adu pueda mantener su carrera en la dirección correcta, hacia la redención y dejar atrás el fracaso que lo agobió desde sus muy jovenes 14 años.
Robinho, el único sucesor de Pelé
