Claro. "Kafka en la orilla" sigue la misma línea que muchas de las obras de Murakami, y de la narrativa contemporánea, de jugar con dos historias que en un momento u otro se entrecruzan o tienen puntos de conexión. Los capítulos dedicados a Kafka Tamura, que es un joven que abandona la casa joven, juegan con la idea de Edipo. Un joven que va conociendo personajes por aquí y por allá donde, a mi gusto, el personaje de Oshima - un transexual gay de 21 años, que es bibliotecario si no recuerdo mal - es quien se roba la película, guiando en algunas cosas a Kafka, ofreciendole un lugar para retirarse a las montañas. Es la típica historia, o como macro relato, del encuentro con uno mismo en la soledad: el guía, además de las conexiones "raras", como que la encargada de la biblioteca puede ser la madre de Kafka, que interpreto "Kafka en la orilla" y que éste, de una forma murakamiana se la termina filetando - repitiendo a Edipo.
La otra historia es la de Nakata, que es un anciano que tuvo un accidente cuando joven, del cual perdió muchas facultades mentales pero, como nada es tan malo, ahora puede hablar con los gatos - animales que siempre están en la narrativa de Murakami, como en "Crónica del pájaro...". Esa habilidad la usa para buscar gatos perdidos y "vivir" de ello. Así conoce a un tipo que mata gatos, que termina siendo como su "némesis" de una forma u otra, y a personajes como el Coronel Sanders. El asesino de gatos, Johnnie Walker, podría ser el padre de Kafka. Allí juegan esas nociones de unir dos historias narrativas paralelas. Lo mismo que hace en "1q84".
En lo personal, a mi me gusto mucho, no puedo decir otra cosa si desde allí comencé a leer todo de Murakami. Lo genial es que, al ser Murakami un amante de la musica y el arte, puedes ir complementando la lectura oyendo las piezas que alli salen, o ver las pinturas, lo que te hace estar constantemente realizando lecturas paratextuales. Es un librazo ...