fui hace unos años, de lunes a jueves no hubo ni un drama, casi nadie en realidad, buena atención, la comida estaba decente (excepto los mariscos, era una mierda), las cervezas nacionales, solo de noche si, los tragos, pésimos solo azúcar líquida.
el problema empezó el viernes, por que de la nada la wea se llenó de viejas guatonas, pendejos enfermos de flaytes y weones con la polera de su equipo favorito, todos sin la cagá de pulsera.
la piscina temperada, como exigía gorro (recuerdo culiao que aún tengo botado por ahí), servía para filtrar la entrada de estos basuras culias, entonces ahí podías estar un poco mas tranquilo.
luego la sagacidad antroniana me llevó a determinar que había sucedido con tan apacible lugar.
resulta que cerca del fin de semana hay weones que entran por detrás del recinto, del lado de los paseos en bicicleta, entran a la mala y pasan directo a la piscina, una vez ahí, ya se confundieron con los demás. lo otro era las mesas para comer, recuerdo que las podías reservar y en dos ocasiones llegamos y había un grupo de flaytes no identificados ocupándolas
y los garzones amablemente les solicitaban que se cambiaran de mesas, por que esa estaba reservada, preguntándole al garzón, nos dijo que a veces pasaba que entraba gente y que los guardias les permitían el paso por un par de lucas.
resumen, nunca mas fui a la wea, la idea es estar tranquilo, apartado y tener espacio pa llevar a la peuca, hacerla cagar en la habitación, su jacuzzi piola, comer rico y relajarte sin preocuparte de ni una wea.
resulta que tenía que estar mas preocupado de no perder la tarjeta de ingreso a la habitación por que me podían cagar los mismos guardias