Desde un comienzo, sabíamos que la idea de hacer una nueva constitución contemplaba precisamente hacer esas mierdas como esas, y no acabar con la injusticia.
La idea de estos desgraciados es crear una constitución doctrinaria, no legalista. La constitución es un freno al poder del Estado, pero lo que quieren hacer estos degenerados es elevar al nivel de constitución su doctrina de: identidad de género (una basofia que carece de identidad), plurinacionalismo, que no es otra cosa que acabar con el concepto de nación, porque a partir de ahora, nación es cualquier cosa, incluso la lacra extranjera, multiculturidad, que es la pérdida de identidad cultural (lenguaje, religión, valores morales, arte, etc.), diversidad... imponer a un marica como padre de familia y a otro marica como madre. El parlamentarismo, de esta forma la cámara de degenerados será la única cámara se derogará al congreso y lo que es más serio, la institución del presidente elegido. Serán los parlamentarios los que eligirán al jefe de gobierno, si si, personas como Pamela Giles, Navarro y otros, ellos nombrarán a quién será el jefe de gobierno, pasándose por el aro el voto popular, porque la gente ya no podrá elegirlos más.
Imagínense otras cosas de carácter mucho más técnico, como impuestos, derechos sociales.
Solo imagínense el capítulo sobre FFAA y policía.
En resumen, una constitución ideológica con el único objeto de plasmar a modo de mandato y carta de navegación, toda la orgía de ideas esbirras de la izquierda rancia, la ultraizquierda y el progresismo.
Por eso era tan peligrosa esta idea, por eso había que rechazar la nueva constitución, ¿pero que pasó?, los pelotudos creen que les van a dar nuevos y más derechos y que se les va a arreglar la vida. La constitución es el freno al Estado, pero esto va a desatar un gobierno de mierda, que creará a un estado de mierda, y adivinen adonde nos vamos a ir, si, ahí mismo.
