Mono meon
Exiliado
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Capitulo 1:
En la idílica comuna de Ñuñoa, donde las conciencias se consideran más despiertas que en cualquier otro lugar del planeta, la vida transcurría entre manifestaciones de virtud y preocupaciones grandilocuentes.
Isidora Larraín una reconocida activista de Ñuñoa, dedicaba su vida a organizar protestas contra todo tipo de injusticias, grandes y pequeñas. Desde manifestarse contra el uso de bombillas de plástico en el McDonald’s hasta convocar marchas en defensa de los derechos de las polillas, su lista de causas parecía interminable. Mientras tanto, los problemas superfluos, como la inseguridad en las calles, las cabezas en bolsas, la falta de oportunidades para los más desfavorecidos, quedaban relegados a un segundo plano dado a que los ingratos ignorantes votaron rechazo.
León Beltrán Baltazar, dueño de una tienda orgánica heredada de su anciano padre que descansa plácidamente amarrado 24/7 en una casita reposo, insistía en etiquetar cada producto con sus orígenes étnicos y preferencias sexuales. Los tomates no eran simplemente tomates, sino tomates cisgénero de Limache, transgenero cherry y veganos fluidos, mientras que las zanahorias y las papas se clasificaban según su diversidad de colores y apariencia fálica inclusiva. Mientras tanto, los precios de los productos se disparaban y solo los más privilegiados de la comuna podían permitirse comprar en su tienda.
En la plaza Ñuñoa, el grupo de jóvenes autodenominados "Brigada Antifa defensora de lo correcto" del colegio Augusto D´halmar se reunía para discutir acaloradamente sobre cómo salvar al mundo mientras debatían sobre las mejores prácticas de reciclaje, el fin del neoliberalismo, educación gratuita, nuevas constituciones y tomarse su colegio ignoraban que estudiaban en lugares decentes a diferencia de sus contertulios varias cuadras más abajo.
En el café con piernas inclusivas más celebre Ñuñoa, el barista Bastian Correa Olea con sus sensuales curvas de mujer y su barba perfectamente recortada, se negaba a servir café caliente a los comensales, argumentando que el calor contribuía al calentamiento global. Los clientes, sintiéndose atrapados entre su afán por mantenerse fieles a sus principios y su necesidad de una buena taza de café, resignadamente bebían su café frío y remojado con sabor a orines, mientras murmuraban entre dientes lo rico que estaba.
Todo transcurría normalmente entre batucadas y ferias artesanales hasta que una mañana la tragedia asolo a toda la comunidad:
Isidora Larraín fue encontrada muerta en plena plaza a primera hora de la mañana por un trabajador de retail que se dirigía a enclaustrarse a su lugar de trabajo en el Mall Plaza Egaña la noticia de la muerte de la activista más ferviente de Ñuñoa, se extendió como un reguero de pólvora por toda la comuna. La plaza Ñuñoa, donde solía organizar sus protestas las feministas hicieron una kermes en su nombre moviendo sus traseros gordos y escuálidos en señal de homenaje en el clásico anfiteatro de la Plaza. ¿Quién abra sido el culpable? ¿Los Republicanos? ¿Sebastián Izquierdo y sus secuaces? ¿Alguno de los 700 machirulos que funó? ¿Una activista envidiosa? Lo cierto es quien quiera que haya sido le tenía un odio terrible Isidora ya que su pobre cuerpo desnudo contaba con más de 20 puñaladas en el abdomen.
Los Antifas se reunieron en una asamblea de emergencia, debatiendo frenéticamente sobre posibles sospechosos. ¿Había sido su lucha incesante por la justicia social la causa de su trágico destino? Las teorías conspirativas y las miradas llenas de paranoia se apoderaron de ellos, sin darse cuenta la comuna entera se funaba entre si y colocaba denuncias y recursos de protección en el poder judicial.
León Beltrán Baltazar se convirtió en el principal sospechoso debido a una fuerte disputa que tuvo con Isidora un día antes de su muerte por un envío de quínoa proveniente de Bolivia. ¿Habría llevado su obsesión por los productos éticos y sostenibles a un nivel macabro? La incertidumbre se apoderó de los consumidores habituales, que ahora dudaban de la verdadera procedencia y pureza de los alimentos que le compraban.
Mientras tanto, en el café Ñuñoa, los clientes se preguntaban si el café frío que Isidora había bebido el día de su muerte había sido envenenado por Bastian. ¿Era la renuencia a servir café caliente por parte Bastian un simple capricho o una señal de algo más oscuro? La paranoia se infiltró en los amantes del café, que ahora temían por sus vidas con cada sorbo.
A medida que la investigación continuaba, una nueva pista señalaba al callado señor Cheung, propietario del restaurante Xing Qu Lang Cha, como sospechoso en el caso de la muerte de Isidora resulta que una semana antes Isidora había llevado a cabo una feroz campaña en contra del señor Cheung, acusándolo de vender carne de perro en su establecimiento. Se sabía que Cheung tenía talento para los cuchillos y que era un coleccionista de los mismos porque el chinito maricon tenía todo su asqueroso restaurante lleno de cuchillos oxidados que colgaban en las paredes, la asociación animalista que Isidora comandaba le tenía fichado como el culpable de la desaparición de varios perritos de raza que se perdían en Av. Irarrázaval más tarde se supo que Cheung no comía perros si no que solo los secuestraba para tener una noche de pasión con ellos argumentando que es una tradición milenaria del condado de Yulin donde Cheung es originario, se declaró como Zoofilico y los abogados del Movilh lo ayudaron a zafar de los cargos de maltrato animal que caían en su contra.
La importancia de la muerte de Isidora se fue disipando, después de un montón de funas sin sentido todos dieron disculpas públicas en sus redes sociales y con el pasar del tiempo todo quedo en el olvido, pronto otras activistas tomaban el lugar de Isidora y sus histriónicos cacareos solo parecían un recuerdo lejano opacado por las esquizofrénicas consignas de moda.
Mientras tanto en el servicio médico legal el cadáver de Isidora llevaba más de seis meses y ya comenzaba a apestar, los padres de Isidora jamás se enteraron de la muerte de su hija ellos estaban muy ocupados gozando la buena vida en las Europas y solo se limitaron a depositarle el dinero que sagradamente dejaban en su cuenta, la cuenta corriente de Isidora era bastante abultada se transformó de la noche a la mañana en un cadáver millonario ya que no se gastaba nada en marihuana, cocaína, copete, hamburguesas de soya, celulares último modelo ni ropas de marca.
Nada parecía cambiar en la plena vida de Isidora dentro de los congeladores pero todo cambio cuando en un cité de Estación Central hubo una masacre entre narcotraficantes haitianos y dominicanos con muchos muertos aproximadamente unos 30 según recuerdo la noticia...
Asique llegaron un montón de inquilinos nuevos al Servicio Médico Legal e Isidora ya llevaba mucho tiempo allí además que el doctor necrófilo que la cuidaba ya estaba chato de culiarse siempre al mismo cadáver y quería probar carne más exótica por lo que la despacharon como NN a la fosa común del cementerio general, Humbertito el Junior con retraso mental del cementerio la llevó cojeando en una carretilla por todo el tramo de avenida la paz era un día lúgubre y hasta las estatuas de la entrada parecían melancólicas.
¡Que Injusticia! ¡Qué final más indigno para nuestra empoderada protagonista!
El Cura con halito alcohólico que daba la despedida celestial a los pobres desdichados estaba con caña, Humbertito se sacó su sombrero de paja en señal de respeto mientras el curita balbuceaba tres padres nuestros a los friambres abandonados.
Humbertito con ningún cuidado debido a su lumbago crónico arrojaba a los desposeídos a la fosa, miraba a todos lados y se persignaba incesantemente por cada finado en la fosa que echaba una vez asegurándose que todos los demás trabajadores se fueron del lugar. Humbertito se da la vuelta y le hace una seña a unos imberbes muchachos con batas blancas que se escondian detras de un mausoleo -¿Cuál les parece más bacanuo mushashos?- dijo Humbertito entre eructos. Los muchachos mudos apuntaron al cadáver de Isidora, Humbertito metió a la muchacha en una maleta y los muchachos le arrojaron un fajo de billetes al piso Humbertito se fue de guata al suelo pensando -¡por fin tengo copete de aqui al otro año!- debido a la alcoholica corrupcion de Humbertito Isidora se fue directo a estudiar directo a la Facultad de Medicina de la U de Chile.
¿Isidora en la carrera de medicina? ¡Vaya! ¡¿Quién lo diría?! Parece que por fin pudo concretar el sueño que tenían sus padres para ella! ellos querian la Catolica pero de seguro hubiesen estado felices de que su rebelde hija estuviese estudiando medicina en la Chile! Las chiquillas de la facultad de estudios de género estarían verdes de envidia!
Capitulo 2:
EN PROCESO
En la idílica comuna de Ñuñoa, donde las conciencias se consideran más despiertas que en cualquier otro lugar del planeta, la vida transcurría entre manifestaciones de virtud y preocupaciones grandilocuentes.
Isidora Larraín una reconocida activista de Ñuñoa, dedicaba su vida a organizar protestas contra todo tipo de injusticias, grandes y pequeñas. Desde manifestarse contra el uso de bombillas de plástico en el McDonald’s hasta convocar marchas en defensa de los derechos de las polillas, su lista de causas parecía interminable. Mientras tanto, los problemas superfluos, como la inseguridad en las calles, las cabezas en bolsas, la falta de oportunidades para los más desfavorecidos, quedaban relegados a un segundo plano dado a que los ingratos ignorantes votaron rechazo.
León Beltrán Baltazar, dueño de una tienda orgánica heredada de su anciano padre que descansa plácidamente amarrado 24/7 en una casita reposo, insistía en etiquetar cada producto con sus orígenes étnicos y preferencias sexuales. Los tomates no eran simplemente tomates, sino tomates cisgénero de Limache, transgenero cherry y veganos fluidos, mientras que las zanahorias y las papas se clasificaban según su diversidad de colores y apariencia fálica inclusiva. Mientras tanto, los precios de los productos se disparaban y solo los más privilegiados de la comuna podían permitirse comprar en su tienda.
En la plaza Ñuñoa, el grupo de jóvenes autodenominados "Brigada Antifa defensora de lo correcto" del colegio Augusto D´halmar se reunía para discutir acaloradamente sobre cómo salvar al mundo mientras debatían sobre las mejores prácticas de reciclaje, el fin del neoliberalismo, educación gratuita, nuevas constituciones y tomarse su colegio ignoraban que estudiaban en lugares decentes a diferencia de sus contertulios varias cuadras más abajo.
En el café con piernas inclusivas más celebre Ñuñoa, el barista Bastian Correa Olea con sus sensuales curvas de mujer y su barba perfectamente recortada, se negaba a servir café caliente a los comensales, argumentando que el calor contribuía al calentamiento global. Los clientes, sintiéndose atrapados entre su afán por mantenerse fieles a sus principios y su necesidad de una buena taza de café, resignadamente bebían su café frío y remojado con sabor a orines, mientras murmuraban entre dientes lo rico que estaba.
Todo transcurría normalmente entre batucadas y ferias artesanales hasta que una mañana la tragedia asolo a toda la comunidad:
Isidora Larraín fue encontrada muerta en plena plaza a primera hora de la mañana por un trabajador de retail que se dirigía a enclaustrarse a su lugar de trabajo en el Mall Plaza Egaña la noticia de la muerte de la activista más ferviente de Ñuñoa, se extendió como un reguero de pólvora por toda la comuna. La plaza Ñuñoa, donde solía organizar sus protestas las feministas hicieron una kermes en su nombre moviendo sus traseros gordos y escuálidos en señal de homenaje en el clásico anfiteatro de la Plaza. ¿Quién abra sido el culpable? ¿Los Republicanos? ¿Sebastián Izquierdo y sus secuaces? ¿Alguno de los 700 machirulos que funó? ¿Una activista envidiosa? Lo cierto es quien quiera que haya sido le tenía un odio terrible Isidora ya que su pobre cuerpo desnudo contaba con más de 20 puñaladas en el abdomen.
Los Antifas se reunieron en una asamblea de emergencia, debatiendo frenéticamente sobre posibles sospechosos. ¿Había sido su lucha incesante por la justicia social la causa de su trágico destino? Las teorías conspirativas y las miradas llenas de paranoia se apoderaron de ellos, sin darse cuenta la comuna entera se funaba entre si y colocaba denuncias y recursos de protección en el poder judicial.
León Beltrán Baltazar se convirtió en el principal sospechoso debido a una fuerte disputa que tuvo con Isidora un día antes de su muerte por un envío de quínoa proveniente de Bolivia. ¿Habría llevado su obsesión por los productos éticos y sostenibles a un nivel macabro? La incertidumbre se apoderó de los consumidores habituales, que ahora dudaban de la verdadera procedencia y pureza de los alimentos que le compraban.
Mientras tanto, en el café Ñuñoa, los clientes se preguntaban si el café frío que Isidora había bebido el día de su muerte había sido envenenado por Bastian. ¿Era la renuencia a servir café caliente por parte Bastian un simple capricho o una señal de algo más oscuro? La paranoia se infiltró en los amantes del café, que ahora temían por sus vidas con cada sorbo.
A medida que la investigación continuaba, una nueva pista señalaba al callado señor Cheung, propietario del restaurante Xing Qu Lang Cha, como sospechoso en el caso de la muerte de Isidora resulta que una semana antes Isidora había llevado a cabo una feroz campaña en contra del señor Cheung, acusándolo de vender carne de perro en su establecimiento. Se sabía que Cheung tenía talento para los cuchillos y que era un coleccionista de los mismos porque el chinito maricon tenía todo su asqueroso restaurante lleno de cuchillos oxidados que colgaban en las paredes, la asociación animalista que Isidora comandaba le tenía fichado como el culpable de la desaparición de varios perritos de raza que se perdían en Av. Irarrázaval más tarde se supo que Cheung no comía perros si no que solo los secuestraba para tener una noche de pasión con ellos argumentando que es una tradición milenaria del condado de Yulin donde Cheung es originario, se declaró como Zoofilico y los abogados del Movilh lo ayudaron a zafar de los cargos de maltrato animal que caían en su contra.
La importancia de la muerte de Isidora se fue disipando, después de un montón de funas sin sentido todos dieron disculpas públicas en sus redes sociales y con el pasar del tiempo todo quedo en el olvido, pronto otras activistas tomaban el lugar de Isidora y sus histriónicos cacareos solo parecían un recuerdo lejano opacado por las esquizofrénicas consignas de moda.
Mientras tanto en el servicio médico legal el cadáver de Isidora llevaba más de seis meses y ya comenzaba a apestar, los padres de Isidora jamás se enteraron de la muerte de su hija ellos estaban muy ocupados gozando la buena vida en las Europas y solo se limitaron a depositarle el dinero que sagradamente dejaban en su cuenta, la cuenta corriente de Isidora era bastante abultada se transformó de la noche a la mañana en un cadáver millonario ya que no se gastaba nada en marihuana, cocaína, copete, hamburguesas de soya, celulares último modelo ni ropas de marca.
Nada parecía cambiar en la plena vida de Isidora dentro de los congeladores pero todo cambio cuando en un cité de Estación Central hubo una masacre entre narcotraficantes haitianos y dominicanos con muchos muertos aproximadamente unos 30 según recuerdo la noticia...
Asique llegaron un montón de inquilinos nuevos al Servicio Médico Legal e Isidora ya llevaba mucho tiempo allí además que el doctor necrófilo que la cuidaba ya estaba chato de culiarse siempre al mismo cadáver y quería probar carne más exótica por lo que la despacharon como NN a la fosa común del cementerio general, Humbertito el Junior con retraso mental del cementerio la llevó cojeando en una carretilla por todo el tramo de avenida la paz era un día lúgubre y hasta las estatuas de la entrada parecían melancólicas.
¡Que Injusticia! ¡Qué final más indigno para nuestra empoderada protagonista!
El Cura con halito alcohólico que daba la despedida celestial a los pobres desdichados estaba con caña, Humbertito se sacó su sombrero de paja en señal de respeto mientras el curita balbuceaba tres padres nuestros a los friambres abandonados.
Humbertito con ningún cuidado debido a su lumbago crónico arrojaba a los desposeídos a la fosa, miraba a todos lados y se persignaba incesantemente por cada finado en la fosa que echaba una vez asegurándose que todos los demás trabajadores se fueron del lugar. Humbertito se da la vuelta y le hace una seña a unos imberbes muchachos con batas blancas que se escondian detras de un mausoleo -¿Cuál les parece más bacanuo mushashos?- dijo Humbertito entre eructos. Los muchachos mudos apuntaron al cadáver de Isidora, Humbertito metió a la muchacha en una maleta y los muchachos le arrojaron un fajo de billetes al piso Humbertito se fue de guata al suelo pensando -¡por fin tengo copete de aqui al otro año!- debido a la alcoholica corrupcion de Humbertito Isidora se fue directo a estudiar directo a la Facultad de Medicina de la U de Chile.
¿Isidora en la carrera de medicina? ¡Vaya! ¡¿Quién lo diría?! Parece que por fin pudo concretar el sueño que tenían sus padres para ella! ellos querian la Catolica pero de seguro hubiesen estado felices de que su rebelde hija estuviese estudiando medicina en la Chile! Las chiquillas de la facultad de estudios de género estarían verdes de envidia!
Capitulo 2:
EN PROCESO
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