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"A PESAR DE USTED”: EL DISCURSO AMENAZA AL PODER.

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“A PESAR DE USTED”: EL DISCURSO AMENAZA AL PODER. Manuel Moneste .Suplemento 71
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En 1970, en plena dictadura, llega a las tiendas de música de Brasil la canción A pesar de vòce, de Chico Buarque, y vende 100 mil copias en una semana. Inmediatamente la canción es censurada y los discos retirados del mercado.

La policía acostumbraba allanar la casa del autor desde finales de 1968. Como paso siguiente vinieron los interrogatorios del ejército y, posteriormente, el exilio en Roma hasta marzo de 1970. Desde entonces, durante algunos años –los más difíciles de su vida– fue el blanco preferido de la censura. Se sucedieron persecuciones y presiones, provocaciones y perjuicios económicos, decenas de canciones mutiladas o prohibidas, sensación de impotencia.


Chico Buarque es, probablemente, el compositor más interesante de la canción popular latinoamericana actual. Sus obras combinan, de manera sorprendentemente inteligente, la estructura musical en sus distintos componentes con la estructura literaria de sus textos y, ambas, con la claridad conceptual y la pertinencia social de sus canciones. Obras como Construçao o O que será son muestras de una manejo original e innovador tanto del lenguaje musical como del literario. Su discurso estético está marcado por contenidos humanos y sociales tratados con profundidad y sensibilidad.


A partir de la conceptualización y la metodología del análisis del discurso propuestas por Foucault, estudiaremos la canción A pesar de vòce (A pesar de usted) del autor brasileño Chico Buarque de Holanda.


Comenzamos certificando que la sociedad se inventa mecanismos para controlar el discurso y encausarlo por derroteros que el orden establecido considera adecuados. Foucault diseña su metodología a partir de la hipótesis siguiente: “…en toda sociedad, la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar poderes y peligros, controlar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad”.


La canción como discurso ha jugado un papel importante en la historia de la humanidad, y en determinadas circunstancias, ha sido peligrosa para el orden hegemónico, en virtud de su capacidad de transmisión de ideas y de permear la conciencia humana. Al respecto, nos dice Foucault: “No hay relaciones de poder sin resistencia... existe tanto más allí donde está el poder”1. En el caso que nos ocupa, la resistencia pasa por la canción popular como instrumento de lucha. En la sociedad actual, se utilizan procedimientos de control para neutralizar los discursos “peligrosos” partiendo, según Foucault, de tres grandes sistemas de exclusión: la palabra prohibida, la separación de la locura y la voluntad de verdad. En los Estados dictatoriales, como el brasileño en 1970, estos tres sistemas de exclusión juegan un papel protagónico. El Estado represivo debe inventar un marco de conceptos que justifiquen la violencia como
instrumento de gobierno. Así, debe separar “la cordura” (los aparatos de gobierno) de “la locura subversiva” (las fuerzas antagónicas). Aquí se observa uno de los sistemas de exclusión planteados por Foucault. Por otra parte, la voluntad de verdad, como sistema de exclusión, se traduce en la “infalible” capacidad del gobierno de determinar el conocimiento, las formas educativas, las expresiones religiosas y artísticas y el material difundido por los medios de difusión masiva, en función de la gran verdad que sostiene el poder que ostenta. La palabra prohibida (sinónimo de “locura”) de “la otra” verdad (subversiva) viene a ser el tercer sistema de exclusión mencionado.


Agrega Foucault: “Existen, evidentemente, otros muchos procedimientos de control y de delimitación del discurso. Esos, a los que he aludido antes, se ejercen, en cierta manera, desde el exterior, funcionan como sistemas de exclusión; conciernen, sin duda, a la parte del discurso que pone en juego la exclusión y el deseo”2.


A partir de ese conjunto de ideas como planteamiento metodológico, trataremos de detectar cuáles son los “peligros sociales” del discurso, enunciados por Foucault, que pueden ser identificados en la canción de Buarque. Ésta comienza con los siguientes versos: Hoy es usted quien manda/ ya todo está hablado/ no hay discusión. Este primer enunciado resume el estado de cosas, en donde el dictador, como personificación del sistema de poder, representa la verdad absoluta: ya todo está hablado, no hay discusión; además, la frase implica la imposibilidad de elaborar un discurso alternativo si ya todo está hablado, usted es quien manda, lo cual no acepta disidencias, otras verdades o locuras incontrolables.


Continúa el texto de la canción: Mi gente anda hoy/ Hablando de medio lado/ Y mirando al suelo. Esto parece expresar la realidad de la prohibición de la palabra, la exclusión de la locura y la entronización de la verdad (en términos del aparato de dominación). Y sigue más adelante: Usted que inventó ese Estado/ inventó sin inventar/ toda esta oscuridad/ usted que inventó el pecado se/ olvidó de inventar el perdón. Chico Buarque expresa aquí el fenómeno de invención del Estado, del poder, y de los mecanismos, también inventados, para perpetuar ese poder. Su discurso parece coincidir con el de Foucault en términos de los sistemas de exclusión y de su papel ideológico-político. El desarrollo de la canción se acerca, en sus siguientes versos, a lo que Foucault llama “dominar el acontecimiento aleatorio”. Lo aleatorio, sorpresivo, no controlado, pone en jaque un orden de cosas que, para perpetuarse, debe tener injerencia, por lo menos en teoría, en todas las actividades sociales y humanas.


Cuando Chico Buarque enuncia: Yo le pregunto a usted/ dónde se va a esconder/ de la enorme euforia,/ cómo va a prohibir que el gallo insista en cantar,/ que el agua fresca brote y que la gente se ame sin parar/ está llamando la atención sobre lo cotidiano, lo natural, lo intrínsecamente humano, no susceptible de ser ordenado o estructurado en función de una específica necesidad de ejercer la hegemonía en un tiempo y espacio dados.


Buarque, usando el término “conjuro” –ya usado por Foucault en su hipótesis–, revierte su fuerza y desafía al poder por medio de su discurso: Cuando llegue el momento/ este sufrimiento/ se volverá conjuro, lo juro/ todo ese amor reprimido/ ese grito contenido/ ese canto en lo oscuro/ Usted que inventó la tristeza/ tenga ahora la fineza/ de desinventarla/ Usted va a pagar doble/ cada lágrima derramada/ de esta amargura mía.


La sentencia o la amenaza, la posibilidad de que se revierta el orden hegemónico e ideológico representa el peligro mayor para el aparato del poder.

Foucault dice, también, que otra función de estos mecanismos de exclusión del discurso es controlar la pesada y temible materialidad del acontecimiento aleatorio. Esto puede relacionarse con otro fragmento de la canción que dice: A pesar de usted/ mañana será otro día,/ usted tendrá que ver la mañana renacer,/ derramando poesía,/ cómo se va a explicar ver el cielo clarear de repente, impunemente,/ cómo va a obviar cuando a coro/ cantemos en su propia frente.


El acontecimiento aleatorio y su incontrolable aparición, ligado a su indefectible pertinencia –natural, humana o social–, rompe con las aspiraciones de orden y prolijidad de los aparatos hegemónicos. En las propias palabras de Foucault: “…el discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que –y por medio de lo cual– se lucha por aquel poder del cual quiere uno adueñarse”3.


La canción analizada plantea la lucha popular por conquistar la democracia, la justicia y la libertad. La letra de la canción es el discurso por el que fluye y navega la oposición al régimen dictatorial. Por esa razón, la canción es censurada y los discos retirados del mercado. Esa es la forma en que, según la hipótesis de Foucault, la sociedad defiende el orden impuesto. Cuando el discurso, en su viaje histórico, deja de ser solamente la expresión del poder hegemónico y es * Músico costarricense. Jefe de la banda musical Cantoamérica. utilizado por los sectores subalternos, se convierte en una amenaza desde la perspectiva hegemónica y en una fuente de potencial poder para lo sectores oprimidos. La canción A pesar de vòce se convirtió en una expresión de esa voluntad de revertir el poder. El autor logró que el público identificara la palabra como instrumento de lucha. La censura y la prohibición de esa palabra cantada provocó que se tornara en un símbolo o icono de lucha: cuando los discos se retiraron de las tiendas, la gente ya se sabía la letra y la melodía de la canción y, de esta forma, el discurso musical jugó un papel en la lucha política. Las bandas –al estilo de nuestras cimarronas– las comparsas de carnaval, las bandas de los colegios y escuelas, interpretaban la versión instrumental de A pesar de vòce en actividades populares masivas, provocando en la gente el sentimiento de repudio al poder dictatorial imperante: Cómo va a prohibir que el gallo insista en cantar, presagió Buarque en la propia letra de su canción, y el gallo siguió cantando, debilitando los cimientos del poder.


La canción de Buarque refuerza lo propuesto por Foucault en la siguiente cita, en tanto que refuerza esa rebeldía que es inherente a toda relación de poder: “Decir que no puede haber una sociedad sin relaciones de poder, no quiere decir ni que las que están dadas no sean necesarias, ni que de todos modos el ‘Poder’ constituya una fatalidad que no pueda ser socavada en el corazón de las sociedades… La relación de poder y la rebeldía en la libertad no pueden, pues, separarse. En el corazón mismo de la relación de poder, y provocándola de manera constante, se encuentra la obstinación de la voluntad y la intransitividad de la libertad”4. El autor enfatiza en uno de los tres grandes sistemas de exclusión: la voluntad de verdad, aduciendo que por ser constantemente reproducida y legitimada por los aparatos educativos y la producción cultural, es probablemente el más eficaz de esos sistemas. El contexto costarricense actual utiliza, normalmente, la voluntad de verdad como sistema efectivo de exclusión, a partir del cual excluye los discursos que no se enmarcan dentro de la gran verdad legítima del poder hegemónico; la prohibición de la palabra y la separación de la locura actúan como sistemas complementarios y se ejecutan de manera sutil, en tanto que la legitimación de la verdad absoluta tiene tal peso relativo que predetermina el discurso y la palabra como instrumento, al igual que determina los parámetros de la locura. El contexto brasileño de los años 70, utilizaba seguramente los tres sistemas de exclusión, sin que ninguno fuera autosuficiente. Por lo tanto, la prohibición de la palabra en la canción analizada, tuvo que ser efectuada de manera directa y violenta.


Víctor Jara dijo, en una de sus canciones, que él cantaba los cantos “…del que morirá cantando las verdades verdaderas” las cuales, entendidas como las que se oponen a “la voluntad de verdad” –como lo plantea Foucault– vendrían a constituir un discurso amenazante que el ejército chileno, como expresión del poder hegemónico, no pudo tolerar, llevando la prohibición de la palabra al extremo del exterminio físico del cantor.


Usted va a pagar doble/ cada lágrima derramada/ de esta amargura mía. La sentencia de la canción parece haberse cumplido en el caso del dictador Pinochet y otros opresores aunque, por otra parte, habría que hacer más canciones para los medianos y pequeños tiranos que manipulan nuestra Constitución política, gobiernan nuestras instituciones, nuestros programas educativos y nuestros medios masivos de comunicación.
La cancion:


fuente: http://www.icat.una.ac.cr/suplement...-discurso-amenaza-al-poder-manuel-moneste-339
 
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