Iba en cuarto básico, estábamos con algunos compañeros haciendo hora porque la tía no llegaba asi que fuimos a calentarnos a una chimenea que había en un salón tipo hall, al ladito estaba el clásico kiosco que atendía en los recreos una auxiliar mujer y su marido, a esa hora cerrado, yo lo abrí como había visto a unos amigos en la villa hacerlo, con un alambre, entre y saqué un montón de weas y se las di a mis compañeros, todos felices, volví a cerrar el kiosco, al otro día me llaman a inspectoría por el asunto del robo, pero como se me enseñó, no dije nada, no se habla con sapos, pero se me señalaba como el ladrón, vi que antes de mi entro el tipico guaton culiao pinta de judío gordo y solo callé, en el recreo lo seguí con un par de yuntas hacia una sala vacía y le saqué la cresta por sapo pero lo que es la real xuxa le dije a uno de los cabros que le amarre las manos con una corbata, le saqué los zapatos los tiré por la ventana y un calcetín se lo puse en la boca pa que no escuchen sus alaridos mientras lo pateaba, demás esta decir que nadie dijo ni sapeo nada , el silencio es ley y no querrás ser esclavo de tus palabras si estás cerca mío, luego de eso ya todo fue más fácil en 5to básico descubrí el poder de ser más grande, empecé en los recreos a organizar una especie de club de la pelea pero los peleadores eran niños de 1 y 2do básico y apostabamos en ese tiempo 50 pesos c/u , y yo me quedaba con 10 pesos de comisión, también recibia las donaciones de colaciones de los niños de 1ro débiles a los cuales les brindaba protección, ya después enviaba a mis subordinados a golpear a los matones y el patio escolar vivía en paz, yo casi nunca iba al patio, mas bien me quedaba en la sala sentado en mi pupitre la cual convertí en mi oficina y tenía dos compas, los mas altos a la entrada de la puerta por si los weones de cursos más grande querian hacerme una jugada, también vendí las cosas que robaba, pilas para los personal stereo, calendarios de bolsillo con minas en pelota, arrendaba revistas porno, robabamos en la calle láminas y cartas magic y luego las reducía en el colegio, esto hasta 3ro medio, año en el que me expulsaron por querer hacer fuego en la chimenea con las paredes de la casona, en 4to medio al colegio que llegué, ya tenia mi fama y fui un hombre de respeto desde el comienzo, además ya tenía mi auto , ahí tenia a dos wns trabajando para mi en el negocio de los pitos prensados y la venta de papelillos. Podria seguir pero mi historia continúa hasta convertirme en una leyenda