mantenerlimpio
Manfinfler@
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A los tradiciones reclamos por robos en los nichos del cementerio de Copiapó hoy se suman las denuncias de que hay personas que duermen en el recinto, se drogan, consumen alcohol, roban, portan armas blancas y hasta tienen sexo en las bóvedas mortuorias.
José (nombre ficticio para proteger su identidad), trabajador del cementerio, comentó que por lo menos hace dos años que entran personas por los muros del recinto en las noches. En total serían cerca de 30 los individuos, entre hombres y mujeres, que cometen esta acción en diferentes días y que al ser enfrentados por los vigilantes reaccionan de forma agresiva.
El hombre describió que “ellos mismos se ponen a pelar con cuchillas arriba de los nichos y nosotros no podemos hacer nada”. Además agregó que siempre son las mismas personas y hasta que “la otra vez pillamos a una pareja haciendo el amor acá adentro de una bóveda”.
Jaime Guaquín va todas las semanas al cementerio y con preocupación indicó que “hay gente que está viviendo ahí. Hay toallas, shampoo, frazadas y toman ahí porque siempre hay latas de cervezas”.
El poblador junto a su esposa hizo la denuncia formal a la administración del recinto municipal por estos hechos y puntualizaron que fueron testigos de una pelea con “cuchillas” entre estas personas que alojan en el recinto.
José Quilodrán, quien caminaba por las calles del recinto reclamó que “siempre hay que andar renovando los santitos y los floreros” por los constantes robos que hay. El vecino solicitó más seguridad a la autoridad por respeto a los deudos.
El administrador del Cementerio Municipal de Copiapó Heber Ringele explicó que esta situación se origina desde que se eliminó la toma de Tornini a un costado de la ribera del río. El funcionario explicó que “son hechos recurrentes, pero son variables porque hay semana que está tranquilo, pero hay otras que hay problemas todos los días”.
El directivo dijo que los guardias le han informado que se ha detectado gente teniendo sexo en las bóvedas, tomando alcohol, peleas y consumiendo drogas. Sobre la intervención, Ringele añadió que “se ha hecho una labor en conjunto con carabineros e incluso con la Policía de Investigaciones (PDI)”.
El recinto tiene cinco guardias en total que finalmente hacen los turnos diarios de una o dos personas. Para el encargado del cementerio esta cantidad no da abasto para las cerca de nueve hectáreas que tienen las instalaciones.
José (nombre ficticio para proteger su identidad), trabajador del cementerio, comentó que por lo menos hace dos años que entran personas por los muros del recinto en las noches. En total serían cerca de 30 los individuos, entre hombres y mujeres, que cometen esta acción en diferentes días y que al ser enfrentados por los vigilantes reaccionan de forma agresiva.
El hombre describió que “ellos mismos se ponen a pelar con cuchillas arriba de los nichos y nosotros no podemos hacer nada”. Además agregó que siempre son las mismas personas y hasta que “la otra vez pillamos a una pareja haciendo el amor acá adentro de una bóveda”.
Jaime Guaquín va todas las semanas al cementerio y con preocupación indicó que “hay gente que está viviendo ahí. Hay toallas, shampoo, frazadas y toman ahí porque siempre hay latas de cervezas”.
El poblador junto a su esposa hizo la denuncia formal a la administración del recinto municipal por estos hechos y puntualizaron que fueron testigos de una pelea con “cuchillas” entre estas personas que alojan en el recinto.
José Quilodrán, quien caminaba por las calles del recinto reclamó que “siempre hay que andar renovando los santitos y los floreros” por los constantes robos que hay. El vecino solicitó más seguridad a la autoridad por respeto a los deudos.
El administrador del Cementerio Municipal de Copiapó Heber Ringele explicó que esta situación se origina desde que se eliminó la toma de Tornini a un costado de la ribera del río. El funcionario explicó que “son hechos recurrentes, pero son variables porque hay semana que está tranquilo, pero hay otras que hay problemas todos los días”.
El directivo dijo que los guardias le han informado que se ha detectado gente teniendo sexo en las bóvedas, tomando alcohol, peleas y consumiendo drogas. Sobre la intervención, Ringele añadió que “se ha hecho una labor en conjunto con carabineros e incluso con la Policía de Investigaciones (PDI)”.
El recinto tiene cinco guardias en total que finalmente hacen los turnos diarios de una o dos personas. Para el encargado del cementerio esta cantidad no da abasto para las cerca de nueve hectáreas que tienen las instalaciones.