Habían pasado seis semanas desde la ceremonia en La Moneda, donde el Presidente Sebastián Piñera entregó al titular del Senado, Camilo Escalona, la nueva “Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa” (Ensyd) para someterla a consulta del Poder Legislativo.
“Es un objetivo de mi gobierno que las tareas de seguridad y defensa sean conocidas y validadas por la opinión pública y las instancias y organismos democráticos. La presentación pública de esta estrategia obedece a ese espíritu”, dijo Piñera.
En aquella actividad, el ministro de Defensa, Andrés Allamand, hizo una presentación en power point y luego remitió el documento, que constituye un plan maestro en materia de seguridad, a sus pares de Latinoamérica. Inmediatamente, el texto comenzó a ser debatido en ambientes políticos e intelectuales.
Pero, a pesar de que varias autoridades recibieron copias, hasta la fecha la nueva estrategia no era ingresada formalmente al trámite de “consulta” en el Senado.
La demora motivó, incluso, que los senadores de la Comisión de Defensa pidieran explicaciones a Allamand el miércoles pasado. En ese encuentro, Allamand habría deslizado que el texto llegaría en los próximos días, posiblemente con cambios.
En La Moneda precisan que el documento hecho público semanas atrás era sólo un “borrador” y que la estrategia “definitiva”, con el respectivo oficio dirigido al Senado, fue firmado ayer por el Presidente.
El documento “definitivo” mantiene el concepto de “seguridad ampliada” y conserva la enumeración de nuevas amenazas, riesgos y vulnerabilidades del país, que daba cuenta el texto “borrador” impulsado por Allamand, como el narcotráfico, el terrorismo, el crimen organizado y la escasez energética, entre otros.
Aunque este alcance no agradó a Escalona, quien cuestionó la idea de dar más atribuciones a las FF.AA., la última versión del texto precisa que la “seguridad ampliada” involucra a distintos actores -no solamente instituciones castrenses-, cuyas tareas “están claramente definidas por la Constitución”.
El nuevo documento incorpora también una definición de Chile como un país unitario, con altos niveles de cohesión social, que además cuenta con una economía dinámica. Estas definiciones completan precisamente el concepto de seguridad extendido al ámbito social y económico.
También se enfatiza como “desafío” -y no sólo como “riesgo”- enfrentar el envejecimiento de la población. Igualmente, se modera la mención sobre los lazos de cooperación con EE.UU.
No obstante, no sólo ajustes conceptuales fueron incluidos. El texto “borrador” creaba una nueva institucionalidad para trabajar los temas de seguridad y se proponía que funcionara en forma regular un comité interministerial integrado por los titulares de Interior, Defensa, RR.EE., Hacienda, Energía, Transporte y Obras Públicas. Creaba, además un nuevo cargo: el consejero nacional de seguridad -figura similar a la existente en EE.UU.- y conformaba grupos y comisiones para incorporar la opinión ciudadana y de actores privados o de otras entidades públicas.
El nuevo documento sólo mantiene el comité interministerial, pero suprime gran parte de sus atribuciones y la regularidad de su funcionamiento. Las otras figuras institucionales, en tanto, son eliminadas.
hasta en lujos para oficiales 
Bolivia pais de mierda por la chucha, lleno de weones inferiores que se vienen recien bajando de los arboles, deberiamos mandar f-16 a bombardear los arboles de bananas para que se caguen de hambre.
Leopard
