Moneyman
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Hoy salio en la tercera una pequeña radiografía a las series menores de nuestro querido fútbol chileno en el cual muestran la realidad que se vive en ella, el acoso a los nuevos y los que se van integrando en grupos ya consolidados y como en ese camino se van perdiendo muchos jovenes que ceden ante la presion de los ya "cabrones" del plantel juvenil (no mas de 18 años). Esto se suma como factor al mal manejo de muchas series juveniles que tiene hoy en dia al fútbol con un deficit claro de recambio para diferentes categorías de nuestra misma selección. Esta bastante interesante el tema y creo se puede tomar como factor a trabajar para asi poder crecer de manera correcta y no caer en esas "generaciones doradas" que se dan cada 50 años.
pequeños extractos
“Tenía compañeros que no me pescaban mucho, la verdad. Tuve que pelearme varias veces. Uno no puede demostrar que es débil, si no después te ven como uno más y te pasarán a llevar. Obviamente, yo no quería llegar a los golpes, pero sí tuve que hacerlo para hacerme respetar”, dice Nicolás Maturana
“Me decían, disculpe la expresión: ‘hijo de la perra, ándate de acá, no te queremos’. Fue fome. Yo me iba a llorar al camarín, ahí me juntaba con otro compañero que también venía de afuera, llorábamos harto. Él terminó yéndose”, confiesa una víctima.
“En general me llevaba bien con todos, pero antes, como era bajo, me pasaban a llevar. La vez que me sentí más mal fue un momento cuando íbamos a hacer nuestras necesidades, porque unos compañeros me orinaron”
“Hace un tiempo, un grupo molestaba a un cabro del equipo, le decían que era gay y esa clase de cosas. De verdad se sentía mal y al final decidió irse, porque lo molestaban mucho”. Nunca se hizo algo por evitarlo: “Se notaban las burlas, pero el profesor nunca hizo nada”.
link de la noticia
http://www.latercera.com/noticia/radiografia-al-acoso/
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“Tenía compañeros que no me pescaban mucho, la verdad. Tuve que pelearme varias veces. Uno no puede demostrar que es débil, si no después te ven como uno más y te pasarán a llevar. Obviamente, yo no quería llegar a los golpes, pero sí tuve que hacerlo para hacerme respetar”, dice Nicolás Maturana
“Me decían, disculpe la expresión: ‘hijo de la perra, ándate de acá, no te queremos’. Fue fome. Yo me iba a llorar al camarín, ahí me juntaba con otro compañero que también venía de afuera, llorábamos harto. Él terminó yéndose”, confiesa una víctima.
“En general me llevaba bien con todos, pero antes, como era bajo, me pasaban a llevar. La vez que me sentí más mal fue un momento cuando íbamos a hacer nuestras necesidades, porque unos compañeros me orinaron”
“Hace un tiempo, un grupo molestaba a un cabro del equipo, le decían que era gay y esa clase de cosas. De verdad se sentía mal y al final decidió irse, porque lo molestaban mucho”. Nunca se hizo algo por evitarlo: “Se notaban las burlas, pero el profesor nunca hizo nada”.
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