Claro, y lo más lindo del caso, es que la Universidad, será de la iglesia evangélica, pero los terrenos seguirán siendo de la inmobiliaria (y seguiran pagando arriendo), los aseadores, tecnicos y una gran cantidad de trabajadores serán subcontratadas por empresas externas. Lo curioso, es que obviamente la universidad es la que cobra, y solo pagará servicios a las empresas chicas, y todo lo que genere la universidad por negocio, se irá a sus bolsillos sin impuestos, entrampado en 10.000 empresas de papel.
tipico chileno.