Cuando escucho a varias personas hablar del golpe del 73, parecería que antes del 73 Chile era una tasa de leche, un sistema social bueno (educación gratuita, pensiones dignas, ....) pero no hablan de cosas como por ejemplo:
El palomeo de rotos, practica comun durante el siglo pasado:
La masacre de la Coruña, en 1925, por el mismo Arturo Alessandri que, entre cuatro paredes, escribió la constitución del año 1925. La masacre dela Coruña era una ‘medida de escarmiento para rotos alzados’, se daba en el contexto de huelga masivas de obreros salitreros para pedir..... una reducción de la jornada laboral a 8 horas que no se les pagarían más en fichas. Algunas declaraciones luego de la masacre:
Arturo Alessandri: “Agradezco a US., a los jefes, oficiales, suboficiales y tropas de su mando los dolorosos esfuerzos y sacrificios patrióticamente gastados para restaurar el orden público y para defender la propiedad y la vida injustamente atacadas por instigaciones de espíritus extraviados o perversos”
E Ibáñez, ministro de guerra: “felicitando a US. y a sus tropas por el éxito de las medidas y rápido establecimiento orden público. Lamento la desgracia de tanto ciudadano, sin duda, gran parte inocentes. Espero continúe su obra, aplicando castigo máximo a cabecillas revuelta y aproveche ley marcial para sanear provincia de vicios, alcoholismo y juego principalmente”
El Mercurio, la explicó como “producto de la necia agitación comunista provocada en esa región hace pocos días”; y agregó incluso que “recién terminada la estéril y dolorosa jornada (…) un numeroso grupo de obreros se acercó al general don Florentino de la Guarda (…) posiblemente muchos de ellos compañeros de los mismos que cayeron bajo las balas de los que defendían la propiedad y el orden” y “le agradecieron (sic) al general de la Guarda su actuación en la jornada” (10-6-1925).
La Revista Católica (ultraconservadora en ese tiempo) consideraba como el origen último de la masacre “la criminal propaganda comunista, que agentes rusos y peruanos hacían entre el elemento obrero de las salitreras de Pisagua”; y que “como en Chile no hay ningún pretexto, como hay en otras partes, para levantar bandera contra la propiedad y el capital, pues hay abundancia de trabajo bien retribuido, y todos gozamos de amplias libertades, los agitadores son doblemente criminales” (20-6-1925).
La Nación (supuestamente más progresista) afirmaba que “un desatinado y temerario espíritu de reivindicación social levantó y arrojó contra la propiedad y el orden a una masa de obreros que escuchó la palabra engañosa de sus jefes”; y que “es esta precisamente la más noble misión del ejército: asegurar la tranquilidad en el interior, porque a su sombra todos se encuentran garantidos y todos pueden ejercitar libremente sus derechos. Es su misión y es su deber” (11-6-1925).
Joaquín Edwards Bello: “es lamentable de todo punto de vista que el Ejército se haya visto obligado a dar una lección práctica de artillería con sus propios hermanos (…) Nadie, nadie que tenga conciencia podrá reprobar la actitud del Ejército. Se trata de un intento subversivo que nada justificó, porque actualmente tenemos el gobierno más sensible al pueblo. Ha surgido (…) un Ministerio de Higiene y Previsión Social, único en el mundo, y que podría ser imitado en Italia (Mussolini), España (el general Primo de Rivera) e Inglaterra. Está empeñado nuestro gobierno en darnos Constitución nueva, que consulte las aspiraciones de la mayoría (…) En todos los aspectos de nuestra vida se nota el ascenso al bienestar, la marcha a una renovación benéfica, cuando un grupo de ilusos predicadores ha lanzado a algunos obreros del norte por los caminos del desorden por el desorden (…) Sea esta sangre anunciadora de una nueva era de autoridad. Un Gobierno eficiente en todo sentido, debe ser el árbitro de las dificultades de los obreros. En Rusia, en pleno régimen comunista, el Gobierno se reserva el derecho soberano de dirigir al pueblo. Las huelgas han desaparecido del antiguo imperio de los zares” (La Nación; 10-6-1925).
Conrado Ríos Gallardo: “la situación económica del proletariado es inmejorable y su situación ante las leyes, extraordinaria. Chile es de los pueblos que tiene legislación social más avanzada (…) De ahí por qué no comprendemos la existencia del comunismo en nuestro país. Ha nacido debido a la falta de autoridad y a una libertad mal entendida. La libertad que existe en Chile, no existe en ninguna otra parte del mundo. En ningún país se permite que al pie de los monumentos de los héroes, se injurie a la patria y a sus instituciones más queridas. Debemos empezar a reaccionar. El comunismo ha arrojado un guante rojo. Puede llegar el momento que sea recogido por un guante tricolor. Dos representantes de la autoridad han quedado tendidos boca abajo en la arena como consecuencia de ese reto. Tenemos la tiranía de la minoría sobre la mayoría (…) El comunismo puede colocarnos a las puertas del fascismo. No deseo ni lo uno ni lo otro. Ambas son tiranías. Pero entre las dos: ¡soy fascista!” (La Nación; 9-6-1925).
El país era bastante salvaje antes del golpe, ahora somos mucho más civilizados.
El palomeo de rotos, practica comun durante el siglo pasado:
La masacre de la Coruña, en 1925, por el mismo Arturo Alessandri que, entre cuatro paredes, escribió la constitución del año 1925. La masacre dela Coruña era una ‘medida de escarmiento para rotos alzados’, se daba en el contexto de huelga masivas de obreros salitreros para pedir..... una reducción de la jornada laboral a 8 horas que no se les pagarían más en fichas. Algunas declaraciones luego de la masacre:
Arturo Alessandri: “Agradezco a US., a los jefes, oficiales, suboficiales y tropas de su mando los dolorosos esfuerzos y sacrificios patrióticamente gastados para restaurar el orden público y para defender la propiedad y la vida injustamente atacadas por instigaciones de espíritus extraviados o perversos”
E Ibáñez, ministro de guerra: “felicitando a US. y a sus tropas por el éxito de las medidas y rápido establecimiento orden público. Lamento la desgracia de tanto ciudadano, sin duda, gran parte inocentes. Espero continúe su obra, aplicando castigo máximo a cabecillas revuelta y aproveche ley marcial para sanear provincia de vicios, alcoholismo y juego principalmente”
El Mercurio, la explicó como “producto de la necia agitación comunista provocada en esa región hace pocos días”; y agregó incluso que “recién terminada la estéril y dolorosa jornada (…) un numeroso grupo de obreros se acercó al general don Florentino de la Guarda (…) posiblemente muchos de ellos compañeros de los mismos que cayeron bajo las balas de los que defendían la propiedad y el orden” y “le agradecieron (sic) al general de la Guarda su actuación en la jornada” (10-6-1925).
La Revista Católica (ultraconservadora en ese tiempo) consideraba como el origen último de la masacre “la criminal propaganda comunista, que agentes rusos y peruanos hacían entre el elemento obrero de las salitreras de Pisagua”; y que “como en Chile no hay ningún pretexto, como hay en otras partes, para levantar bandera contra la propiedad y el capital, pues hay abundancia de trabajo bien retribuido, y todos gozamos de amplias libertades, los agitadores son doblemente criminales” (20-6-1925).
La Nación (supuestamente más progresista) afirmaba que “un desatinado y temerario espíritu de reivindicación social levantó y arrojó contra la propiedad y el orden a una masa de obreros que escuchó la palabra engañosa de sus jefes”; y que “es esta precisamente la más noble misión del ejército: asegurar la tranquilidad en el interior, porque a su sombra todos se encuentran garantidos y todos pueden ejercitar libremente sus derechos. Es su misión y es su deber” (11-6-1925).
Joaquín Edwards Bello: “es lamentable de todo punto de vista que el Ejército se haya visto obligado a dar una lección práctica de artillería con sus propios hermanos (…) Nadie, nadie que tenga conciencia podrá reprobar la actitud del Ejército. Se trata de un intento subversivo que nada justificó, porque actualmente tenemos el gobierno más sensible al pueblo. Ha surgido (…) un Ministerio de Higiene y Previsión Social, único en el mundo, y que podría ser imitado en Italia (Mussolini), España (el general Primo de Rivera) e Inglaterra. Está empeñado nuestro gobierno en darnos Constitución nueva, que consulte las aspiraciones de la mayoría (…) En todos los aspectos de nuestra vida se nota el ascenso al bienestar, la marcha a una renovación benéfica, cuando un grupo de ilusos predicadores ha lanzado a algunos obreros del norte por los caminos del desorden por el desorden (…) Sea esta sangre anunciadora de una nueva era de autoridad. Un Gobierno eficiente en todo sentido, debe ser el árbitro de las dificultades de los obreros. En Rusia, en pleno régimen comunista, el Gobierno se reserva el derecho soberano de dirigir al pueblo. Las huelgas han desaparecido del antiguo imperio de los zares” (La Nación; 10-6-1925).
Conrado Ríos Gallardo: “la situación económica del proletariado es inmejorable y su situación ante las leyes, extraordinaria. Chile es de los pueblos que tiene legislación social más avanzada (…) De ahí por qué no comprendemos la existencia del comunismo en nuestro país. Ha nacido debido a la falta de autoridad y a una libertad mal entendida. La libertad que existe en Chile, no existe en ninguna otra parte del mundo. En ningún país se permite que al pie de los monumentos de los héroes, se injurie a la patria y a sus instituciones más queridas. Debemos empezar a reaccionar. El comunismo ha arrojado un guante rojo. Puede llegar el momento que sea recogido por un guante tricolor. Dos representantes de la autoridad han quedado tendidos boca abajo en la arena como consecuencia de ese reto. Tenemos la tiranía de la minoría sobre la mayoría (…) El comunismo puede colocarnos a las puertas del fascismo. No deseo ni lo uno ni lo otro. Ambas son tiranías. Pero entre las dos: ¡soy fascista!” (La Nación; 9-6-1925).
La horrenda matanza de la Coruña
El 05 de junio de 1925 se llevó a cabo en Chile uno de los peores genocidios del Siglo XX en tiempos de paz. Por orden del ministro de guerra de la época, Carlos Ibáñez del Campo y del Presidente de la República, Arturo Alessandri, el Ejército atacó...
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El país era bastante salvaje antes del golpe, ahora somos mucho más civilizados.
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