Cuando en 1981 el dictador Augusto Pinochet hizo aprobar el Código de Aguas, nadie imaginaba que (esta ordenanza) podría permanecer en vigencia por más de 30 años. Como se pueden imaginar, dadas las circunstancias, esa era una ley totalmente dirigida al mercado que entregaba el agua de Chile a la gran especulación financiera, en detrimento de toda la población.
Los fondos de inversión, bancos, empresas transnacionales compitieron para acaparar los derechos de propiedad sobre el agua de los ríos y el subsuelo del país sudamericano, con el único propósito de obtener ganancias. Entre ellos Enel, incluso hoy en día, a través de su filial Endesa posee el 81 por ciento de todos los derechos llamados "no consuntivos" del agua chilena.
El regreso de Michelle Bachelet como presidenta de la República, después de cuatro años desde su mandato anterior, había reavivado las esperanzas de aquellos que durante décadas trataron de sustraer el agua de una lógica de mercado y de especulación financiera.
Mientras que en el parlamento se estaba discutiendo la nueva ley de aguas, el Ejecutivo pidió en mayo pasado una suspensión de trabajo con el fin de presentar su propia propuesta de reforma. Sin embargo, el texto, presentado el 8 de octubre en la Comisión Parlamentaria de Recursos Hídricos, confirma el plan de 1981.
En lo que respecta a dar prioridad al consumo humano, el agua sigue siendo una mercancía concentrada en pocas manos. En un país donde la propiedad del agua está separada de la propiedad de la tierra, se concederán autorizaciones de uso exclusivo por 30 años, mientras que no se tocarán los derechos concedidos hasta ahora en forma perpetua, que por otra parte representan el 80 por ciento del total.
También el sector minero puede dormir tranquilo. La reforma propuesta por el gobierno no cubre los derechos ilícitamente adquiridos por las empresas mineras en las últimas décadas, que por esta razón seguirán a salvo. Al mismo tiempo, las empresas no están obligadas a notificar a la autoridad competente el descubrimiento de nuevas fuentes de agua durante los trabajos de extraccción, pudiendo hacer uso gratuito.
Código de Aguas chileno
El agua, en fin, queda como un bien económico disponible para generar ganancias. Y esta es la principal acusación agitada en estos días por los movimientos locales. En uno de los países más liberales de la región, "no existe la voluntad política para abordar el problema real del agua que es la mercantilización y la administración privada de este bien común," denuncia en un duro comunicado el Movimiento social para La Recuperacion del agua y la vida.
No es una coincidencia que el texto propuesto por el Ejecutivo sigue considerando los conflictos por el agua como una cuestión entre particulares, donde si tienes dinero para pagar abogados y gastos legales es muy probable que al final lo superes.
"Durante 33 años ha estado en vigencia el código del agua, 33 años de lucro, usura y usurpación de este recurso vital para el planeta", recuerda el activista chileno Rodrigo Mundaca. "¿Cuánto tiempo más vamos a tener que soportar todo esto?", se pregunta con cierta retórica el activista.
El texto pasa ahora al Parlamento para su aprobación final y, en vista de la mayoría transversal que apoya el proyecto, se podría responder Mundaca: "Probablemente mucho tiempo."
fuente:http://www.recommon.org/cile-paese-con-acqua-piu-privatizzata-del-pianeta/
El regreso de Michelle Bachelet como presidenta de la República, después de cuatro años desde su mandato anterior, había reavivado las esperanzas de aquellos que durante décadas trataron de sustraer el agua de una lógica de mercado y de especulación financiera.
Mientras que en el parlamento se estaba discutiendo la nueva ley de aguas, el Ejecutivo pidió en mayo pasado una suspensión de trabajo con el fin de presentar su propia propuesta de reforma. Sin embargo, el texto, presentado el 8 de octubre en la Comisión Parlamentaria de Recursos Hídricos, confirma el plan de 1981.
En lo que respecta a dar prioridad al consumo humano, el agua sigue siendo una mercancía concentrada en pocas manos. En un país donde la propiedad del agua está separada de la propiedad de la tierra, se concederán autorizaciones de uso exclusivo por 30 años, mientras que no se tocarán los derechos concedidos hasta ahora en forma perpetua, que por otra parte representan el 80 por ciento del total.
También el sector minero puede dormir tranquilo. La reforma propuesta por el gobierno no cubre los derechos ilícitamente adquiridos por las empresas mineras en las últimas décadas, que por esta razón seguirán a salvo. Al mismo tiempo, las empresas no están obligadas a notificar a la autoridad competente el descubrimiento de nuevas fuentes de agua durante los trabajos de extraccción, pudiendo hacer uso gratuito.
Código de Aguas chileno
El agua, en fin, queda como un bien económico disponible para generar ganancias. Y esta es la principal acusación agitada en estos días por los movimientos locales. En uno de los países más liberales de la región, "no existe la voluntad política para abordar el problema real del agua que es la mercantilización y la administración privada de este bien común," denuncia en un duro comunicado el Movimiento social para La Recuperacion del agua y la vida.
No es una coincidencia que el texto propuesto por el Ejecutivo sigue considerando los conflictos por el agua como una cuestión entre particulares, donde si tienes dinero para pagar abogados y gastos legales es muy probable que al final lo superes.
"Durante 33 años ha estado en vigencia el código del agua, 33 años de lucro, usura y usurpación de este recurso vital para el planeta", recuerda el activista chileno Rodrigo Mundaca. "¿Cuánto tiempo más vamos a tener que soportar todo esto?", se pregunta con cierta retórica el activista.
El texto pasa ahora al Parlamento para su aprobación final y, en vista de la mayoría transversal que apoya el proyecto, se podría responder Mundaca: "Probablemente mucho tiempo."
fuente:http://www.recommon.org/cile-paese-con-acqua-piu-privatizzata-del-pianeta/
