Como en una cajetilla de cigarrillos, los videojuegos en Chile deberán tener un envoltorio que en el 50% de su superficie advierta sobre los grados de violencia que éste contenga. Así lo establece el proyecto de ley que el 1 de julio fue aprobado por la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados y que, una vez que se convierta en ley, espera empezar a regular una industria que, por ahora, sólo se vale de la autorregulación.
"Acá no existe una legislación. Acá cualquier persona puede vender lo que quiera a quien quiera. Pero, claramente, hay juegos para niños y otros para adultos y nosotros hemos optado por usar el mismo sistema de calificación que en Estados Unidos para advertir a los padres sobre los contenidos de los videojuegos", dice Aída Worthington, de la empresa Synargex que importa y distribuye videojuegos en Chile.
Justo eso es lo que la ley quiere cambiar. "Esa nomenclatura no es la de los chilenos. Lo que quisimos es que hubiera una clasificación propia", explica el diputado UDI Gonzalo Arenas, gestor del proyecto.
Categorías y sanciones
De aprobarse, la nueva ley considera tres clasificaciones: "Apto para todo público", "Juego violento, sólo apto para mayores de 13 años" y "Juego excesivamente violento, sólo para adultos".
En la lógica estadounidense, las clasificaciones son siete y se reconocen por iniciales. EC ( early childhood ), para mayores de 3 años; E ( everyone ) para mayores de 6; E10+, para mayores de 10; T (teen), para mayores de 13; M ( mature ) para mayores de 17; AO ( adults only ), para mayores de 18 y RP ( rating pending ), el título está en espera de clasificación.
El proyecto de ley, además, exige que las consolas de juego tengan un botón de control parental (que ya lo incluye la mayoría).
La sanción, en caso de no cumplir alguna de las dos cláusulas de la ley, será una "multa de 1 a 50 Unidades Tributarias Mensuales y comiso de las especies", por no cumplir con el envoltorio; y de 50 a 250 UTM y comiso de las especies, si no tienen control parental.
Este proyecto está en línea con la discusión que hoy se vive en Alemania, Estados Unidos, Inglaterra y Australia. Claro que con una gran diferencia: allá los legisladores están por prohibir los videojuegos violentos. Y ya han logrado sacar algunos del mercado, como Manhunt 2, que fue prohibido en Inglaterra e Irlanda.
En Brasil, el año pasado un juez prohibió la importación, distribución y venta de "Bully", que se basa en un niño que practica el matonaje. Otro juego siempre en la polémica es el Gran Theft Auto, un ícono de los videojuegos violentos y que muchos padres ya están empezando a identificar y a sacar de las consolas de sus hijos.
En Alemania, la discusión en estos días está al rojo, pues a la propuesta de 16 ministros del Bundestag de prohibir la producción y distribución de videojuegos violentos, vino la reacción de la ciudadanía. En ese país un proyecto de ley puede rediscutirse si al menos 50 mil personas lo piden. Y los alemanes ya han reunido 67 mil firmas, de manera que la ley que estaba prevista para septiembre podría verse retrasada.
En Estados Unidos, el Congreso está en pleno debate, también con la intención de prohibirlos, y hasta el Presidente Barack Obama llamó a los padres a mantener a sus hijos lo más lejos posible de las consolas. El gobierno, eso sí, puso una página en internet donde las personas pueden explicar cuál es el valor de los videojuegos, para incorporar esa mirada al debate legislativo.
