Supaking
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- Todos mentimos, pero las mentiras de algunos llegan a convertirse en historias realmente épicas, tal como le ocurrió a un español en plena Segunda Guerra Mundial.
- Su aventura se ha convertido su elaborado relato en una de las mentiras más grandes de la historia, involucrando espías, ejércitos, princesas y todos los elementos para hacerle épica.
- Antes de comenzar, hay que conocer a su protagonista. Juan Pujol Garcia era hijo de una familia noble de bajo rango: bastante rebelde, jamás terminó la escuela y, tras varios emprendimiento fallidos, estaba resignado a que su vida sería aburrida.
- Pero vino la Guerra Civil Española de 1930 y Pujol Garcia no se presentó cuando lo llamaron a las tropas, convirtiéndose en un desertor y cayendo preso, aunque logró escapar y esconderse en Barcelona. Para evitarse más problemas, consiguió un documento falso que indicaba que era demasiado viejo para ser obligado a unirse al ejercito, en la que sería su primera mentira de una larga lista que lo harían celebre.
La mentira te hace libre (¿y el whisky también?)
- Si bien Juan Pujol Garcia ya no temía a ser obligado a ir al ejercito, aún estaba atrapado en una España difícil. Al ser un excelente conversador, consiguió trabajo en un hotel con la idea de conocer a alguien que le ayude, lo que vino en forma del Duque de la Torre, que se quejaba que sus tías, dos princesas pro franquista, no podían conseguir whisky.
- Los ojos de Pujol se iluminaron: prometió conseguirles whisky si ellos le entregaban un pasaporte, los que eran difíciles de obtener,y le ayudarían a irse de España. 6 botellas de whisky le dieron, literalmente, el pasaporte a la libertad.
Convirtiéndose en espía: La operación Garbo
- Juan Pujol Garcia llegó a Portugal para darse cuenta que todo Europa estaba sumida en la Segunda Guerra Mundial. Su espíritu pacifista quería ayudar a los aliados para vencer a Hitler y así tramó lo que sería la operación Garbo.
- Pujol García intentó ser espía para los ingleses, pero cuando estos lo rechazaron, ofreció sus servicios a los alemanes, quienes sí lo consideraron. Así, profesando amor y devoción por Hitler y el nazismo, se convirtió en parte del aparato de inteligencia del Tercer Reich. Eso sí, primero necesitaba un pasaporte Diplomático para salir de Portugal.
- Era momento para otra mentira: Juan Pujol Garcia conoció a Jaime Souza, quien era poseedor de una visa diplomática. Comenzó a acompañar a Souza a todos lados y, en momento de descuido, tomó fotos de su visa y las trucó para que hacerle pasar como suya. Ahora Europa y sus países estaban a su alcance.
Doble espía en la operación Garbo
- El agente alemán quedó sorprendido con sus habilidades y le dio el nombre clave de Arabel, 3 mil dólares, tinta invisible y objetos de espía. Así comenzó una serie de mentiras que, desde un bando, ayudarían al otro.
- Lo primero que hizo fue volver a la embajada británica y a ofrecer nuevamente sus servicios como doble espía. No estaban interesados. Como debía convencer a los nazis que vivía en Inglaterra, se mudó a Londres donde consiguió un trabajo en la BBC. Era momento de empezar con las mentiras que ayudarían a vencer a los nazis.
El Agente Arabel y sus reportes
- Un agente no trabaja solo, así que inventó a tres espías que le eran leales y, por supuesto, nunca existieron. Así, en caso de errores, podía culparles. Arabel, transmitía a los Nazis mentiras a medias. Esas pequeñas fallas en la información hacían fracasar sus operaciones.
- Las cartas con la información correcta llegaban tarde y los agentes fantasma difundían rumores sobre movimientos inexistentes. Recién en 1942, los ingleses lo hicieron parte de la MI5 con un doble espía. Entre las cosas que hizo estuvieron:
- Reportes de tropas listas para atacar en lugares donde no había nadie. Una semana después, escribió indicado las posiciones de los aliados. Eso si, la MI5 aprovechó la trampa para atrasar su operación. Los detalles eran descriptivos y exactos, así que los nazis llegaron a considerarlo un espía de alto nivel.
- Asimismo, los nazis querían bombardear trenes con civiles en Inglaterra, pero el Agente Arabel les envió un calendario antiguo que ya se no se seguía, evitando así los ataques. Cuando los nazis atacaron un avión civil, Arabel se enfureció indicando que uno de sus inexistentes agentes podía haber estado en ese vuelo. No se volvieron a atacar aeronaves civiles.
- Mientras confundía a los alemanes, les entregaba a los británicos la información codificada que recibía.
Juan Pujol Garcia y la mentira más grande de todas
- Los aliados se encontraban en Inglaterra, listos para invadir y recuperar Francia en el famoso desembarco de Normandía. El Agente Arabel, les entregó a los alemanes mucha información, pero que geográficamente estaba equivocada.
- Así, Hitler mandó tropas a lugares lejos de la acción, por lo que su ejercito estaba disminuido. Para hacer la mentira aún más creíble, se armó una operación digna de Hollywood, con tanques falsos y mucha información confusa que parecía de la más real y que les llevó a mandar tropas a sitios muy lejanos.
- Al producirse el desembarco en Normandía, lejos de la ubicación entregada por Juan Pujol Garcia a los Nazis, estos seguían creyendo en los informes de este rey de la mentira, lo que ayudo a que los aliados siguieran su camino y recuperaran Francia.
- La mentira más grande del mundo había terminado una guerra y, para mayor locura, ambos bandos lo condecoraron. Cuando los nazis se dieron cuenta, Pujol Garcia huyó a Sudamérica y los ingleses hicieron circular la información de que había muerto de malaria en Africa.
- Pujol recién volvió a Inglaterra en 1984, donde recibió homenajes y las gracias de muchos soldados que, sin él, hubiesen fallecido en la guerra. Una serie de mentiras bien elaboradas, hicieron que Juan Pujol Garcia, una persona que no terminó la escuela y fracasó una y otra vez en los negocios, un artista del engaño cuyas inteligentes creaciones cambiaron el rumbo de un grave conflicto internacional.