La cosa es así.
En Venezuela no están mejor que en Chile en una serie de indicadores, pero definitivamente están mejor que en 1998 cuando la pobreza escalaba cerca del 50% y la desigualdad escalaba a picos como los chilenos, momento en que había un alto grado de analfabetismo y una serie de carencias en los servicios sociales.
En Venezuela se está dando una aparente crisis económica pero, aún no entra en recesión, ni se dan los problemas claros de una recesión. Lo que hay es una alta inflación que desentona con la década de Chávez en que el promedio era de 20 y algo porciento. Y también una escasez preocupante. Pero el desempleo sigue controlado, y los servicios sociales se siguen ampliando, en suma la pobreza también sigue bajando.
Para ser una crisis, se ve bastante menos dolorosa que la crisis que actualmente viven los españoles, o la crisis que vivieron los gringos en 2008.
Y ni en España, ni en Estados Unidos se ha dado lo que se da en Venezuela, ¿la razón? La oposición venezolana es reconocida por ser golpista, en general la derecha latinoamericana es golpista. Y se aprovecha cada coyuntura negativa para atacar al ejecutivo e imponerse así sea en dictaduras.
Leopoldo López, el líder de la oposición venezolana, estuvo preso hasta 2007 precisamente por actuar directamente en el golpe de Estado de 2002. Y, además de todo, forma parte íntegra de los organismos gubernamentales de EE.UU que constantemente intervienen en asuntos internos.