RosrachachST
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En 2015, de 854 mil causas en juzgados, en 551 mil la fiscalía no acusó, fueron sobreseídos o hubo absolución, entre otros términos. Hubo 171 mil condendas y acuerdos del tipo monitorio sumaron 83 mil.
El 26 de agosto de 2015, el entonces presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, realizaba la cuenta pública del Poder Judicial en el Centro de Justicia de Santiago. Sin embargo, una repentina balacera a casi 500 metros del lugar desvío la atención de uno de los anuncios más potentes de su gestión: la transparencia en línea de las estadísticas del organismo estatal.
A poco menos de un año de la iniciativa, ayer se entregaron las cifras de los últimos cinco años del Poder Judicial, el cual tiene como objetivo dar cuenta de la labor de los tribunales del país, transparentar la información y ponerla a disposición de la comunidad. El llamado Tablero Penal ya está disponible para toda la ciudadanía.
Al analizar las cifras se pueden sacar diferentes conclusiones. Una de estas tiene que ver cómo finalizaron las causas iniciadas en su mayoría por el Ministerio Público y abogados querellantes.
En este ítem se pudo observar, en 2015, que de los 854.693 mil términos de procesos aplicados en tribunales de primera instancia, en 551.830 mil no hubo sentencia condenatoria, lo que equivale a un 64,5%. Es decir, dos de cada tres casos tramitados quedan sin condena.
Del total de estas salidas, según las cifras del Poder Judicial, el sobreseimiento definitivo concentra 250 mil casos, siendo la más alta en cuanto a términos de causas. Esto significa que no se determinó responsabilidad penal y se cierra el proceso. Por ejemplo, cuando el hecho no fuere constitutivo de delito o no hubiera pruebas suficientes para acusar al imputado. Por otro lado, las decisiones por parte del Ministerio Público que terminaron sin un condenado -entre las cuáles están no perseverar contra en el caso, aplicar el principio de oportunidad o no iniciar una investigación- suman 278 mil. En tanto, en el caso de los fallos condenatorios, los que alcanzan las 171.812, es una resolución judicial que pone fin al proceso penal, imponiendo una pena en contra del imputado. Además, los procedimientos del tipo monitorio (que implica la imposición de una multa en casos de falta) llegaron a 83 mil.
Sobre la poca presencia de sentencias condenatorias, en relación al número de sobreseimientos, el ministro y vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas, sostuvo que “el problema es que el sistema no está diseñado para castigar necesariamente a todo el mundo, sino para castigar cuando se establezca de manera fehaciente la ocurrencia del delito y la participación de una persona determinada”.
Para graficar la situación, el magistrado utilizó un ejemplo: “Nosotros tenemos que tomar en cuenta el cómo, no sólo el resultado, y el cómo significa reconocer el derecho de las personas inculpadas. Hay que recordar que es el Estado contra Juan. Aunque Juan sea malo, pésimo, es el Estado, en mayúscula, con toda su potencialidad, contra Juan. Entonces, nuestra Constitución y los tratados internacionales dicen que el proceso debe garantizar los derechos de las personas”.
Sin embargo, la interpretación del magistrado no es compartida por el senador RN Alberto Espina, quien argumentó que “es impresentable que dos tercios de los delitos no tengan condena. Cuando pasa esto se va en perjuicio directo contra la víctimas. Cuando hay un ilícito, el principal deber del Estado es proteger al afectado”.
En lo que va de este año, las cifras también parecieran seguir la tendencia de 2015. Según la estadística del Poder Judicial, el término de causa que más se ha aplicado entre enero y junio sigue siendo el sobreseimiento definitivo con 114.538 casos.
El debate, no obstante, debe ser analizado con calma para el senador Felipe Harboe (PPD). El legislador indicó que “no se puede hacer un juicio a priori, ni decir que hay impunidad, sino más bien hay que revisar los elementos de prueba que se incluyeron en estos casos. Tenemos que saber si esa cifra de sobreseimiento responde a que si el sistema de persecución logró perseguir eficazmente estas causas”.
Más allá de querer entrar en el detalle de las cifras, la directora del área de justicia y reinserción de la Fundación Paz Ciudadana, Ana María Morales, dijo que “sería importante desglosar dentro de las sentencias condenatorias, qué porcentaje corresponden a multas, penas sustitutivas o penas privativas de libertad”.
En esta nueva plataforma, además, se pudo observar la cantidad de audiencias en las que se declaró ilegal una detención: en 2010 fueron 1.393 (las que se aplican cuando el arresto de la policía no se ajustó a la norma que regula la ley). Estas fueron incrementando cada año, hasta que en 2015 se registraron un total de 2.637, es decir hubo un aumento del 89%. Cisternas destacó la labor de los tribunales al observar estas ilegalidades, como también el trabajo hecho por la Defensoría, pero advirtió que “la comunidad, al estar muy sensible al asunto, suscita muchas veces la reacción inmediata de la policía y eso puede causar una detención que es calificada como ilegal”.
http://www.latercera.com/noticia/na...s-en-tribunales-terminan-sin-condenados.shtml
El 26 de agosto de 2015, el entonces presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, realizaba la cuenta pública del Poder Judicial en el Centro de Justicia de Santiago. Sin embargo, una repentina balacera a casi 500 metros del lugar desvío la atención de uno de los anuncios más potentes de su gestión: la transparencia en línea de las estadísticas del organismo estatal.
A poco menos de un año de la iniciativa, ayer se entregaron las cifras de los últimos cinco años del Poder Judicial, el cual tiene como objetivo dar cuenta de la labor de los tribunales del país, transparentar la información y ponerla a disposición de la comunidad. El llamado Tablero Penal ya está disponible para toda la ciudadanía.
Al analizar las cifras se pueden sacar diferentes conclusiones. Una de estas tiene que ver cómo finalizaron las causas iniciadas en su mayoría por el Ministerio Público y abogados querellantes.
En este ítem se pudo observar, en 2015, que de los 854.693 mil términos de procesos aplicados en tribunales de primera instancia, en 551.830 mil no hubo sentencia condenatoria, lo que equivale a un 64,5%. Es decir, dos de cada tres casos tramitados quedan sin condena.
Del total de estas salidas, según las cifras del Poder Judicial, el sobreseimiento definitivo concentra 250 mil casos, siendo la más alta en cuanto a términos de causas. Esto significa que no se determinó responsabilidad penal y se cierra el proceso. Por ejemplo, cuando el hecho no fuere constitutivo de delito o no hubiera pruebas suficientes para acusar al imputado. Por otro lado, las decisiones por parte del Ministerio Público que terminaron sin un condenado -entre las cuáles están no perseverar contra en el caso, aplicar el principio de oportunidad o no iniciar una investigación- suman 278 mil. En tanto, en el caso de los fallos condenatorios, los que alcanzan las 171.812, es una resolución judicial que pone fin al proceso penal, imponiendo una pena en contra del imputado. Además, los procedimientos del tipo monitorio (que implica la imposición de una multa en casos de falta) llegaron a 83 mil.
Sobre la poca presencia de sentencias condenatorias, en relación al número de sobreseimientos, el ministro y vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas, sostuvo que “el problema es que el sistema no está diseñado para castigar necesariamente a todo el mundo, sino para castigar cuando se establezca de manera fehaciente la ocurrencia del delito y la participación de una persona determinada”.
Para graficar la situación, el magistrado utilizó un ejemplo: “Nosotros tenemos que tomar en cuenta el cómo, no sólo el resultado, y el cómo significa reconocer el derecho de las personas inculpadas. Hay que recordar que es el Estado contra Juan. Aunque Juan sea malo, pésimo, es el Estado, en mayúscula, con toda su potencialidad, contra Juan. Entonces, nuestra Constitución y los tratados internacionales dicen que el proceso debe garantizar los derechos de las personas”.
Sin embargo, la interpretación del magistrado no es compartida por el senador RN Alberto Espina, quien argumentó que “es impresentable que dos tercios de los delitos no tengan condena. Cuando pasa esto se va en perjuicio directo contra la víctimas. Cuando hay un ilícito, el principal deber del Estado es proteger al afectado”.
En lo que va de este año, las cifras también parecieran seguir la tendencia de 2015. Según la estadística del Poder Judicial, el término de causa que más se ha aplicado entre enero y junio sigue siendo el sobreseimiento definitivo con 114.538 casos.
El debate, no obstante, debe ser analizado con calma para el senador Felipe Harboe (PPD). El legislador indicó que “no se puede hacer un juicio a priori, ni decir que hay impunidad, sino más bien hay que revisar los elementos de prueba que se incluyeron en estos casos. Tenemos que saber si esa cifra de sobreseimiento responde a que si el sistema de persecución logró perseguir eficazmente estas causas”.
Más allá de querer entrar en el detalle de las cifras, la directora del área de justicia y reinserción de la Fundación Paz Ciudadana, Ana María Morales, dijo que “sería importante desglosar dentro de las sentencias condenatorias, qué porcentaje corresponden a multas, penas sustitutivas o penas privativas de libertad”.
En esta nueva plataforma, además, se pudo observar la cantidad de audiencias en las que se declaró ilegal una detención: en 2010 fueron 1.393 (las que se aplican cuando el arresto de la policía no se ajustó a la norma que regula la ley). Estas fueron incrementando cada año, hasta que en 2015 se registraron un total de 2.637, es decir hubo un aumento del 89%. Cisternas destacó la labor de los tribunales al observar estas ilegalidades, como también el trabajo hecho por la Defensoría, pero advirtió que “la comunidad, al estar muy sensible al asunto, suscita muchas veces la reacción inmediata de la policía y eso puede causar una detención que es calificada como ilegal”.
http://www.latercera.com/noticia/na...s-en-tribunales-terminan-sin-condenados.shtml
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