Asmacronico
Saco de Huevas
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Que tal forazo.
A raíz de los acontecimientos ocurridos en este último lapso, quiero abrir este hilo para hacer un intento de crítica con respecto al estado espiritual de la sociedad gris chulena. Y para eso, me quiero basar en los postulados de Federico Nietzche.
Como muchos sabrán ya, la tesis fundamental de este caballero recae en la dicotomía "Apolíneo-Dionisíaco". Esta dualidad, del hombre primitivo como dice él, simbolizada en el sátiro y en la embriaguez que produce el sonido de su flauta, y de la creación misma de esta imagen, producida por el ensueño apolineo, es enfrentada (en un duelo a muerte con cuchillas) contra el espíritu científico-socrático.
Según Nietzche, todo el mundo moderno está aprisionado en la red de la cultura alejandrina (socrática) y tiene como ideal al hombre teórico. Esta cultura científica, para poder perdurar, tiene como necesidad un estado de esclavitud. Este estado servil puede ser inmediatamente relacionado con el principio de individualidad, osea, el acto meramente contemplativo de un acto artístico (véase en nuestro caso cualquier tipo de telenovela mal hecha; la opera en el caso de Nietzche); en contraposición al principio colectivo de la música apolíneo-dionisíaca (el coro en las tragedias griegas, o un caso de nuestra época: el cántico de las barras bravas, aunque usted no lo crea).
Ahora, entendiendo al humano como "ser simbólico", se hace más fácil la comprensión de la necesidad del mito o del panteón de dioses: una defensa contra la titánica fuerza de prometeo, una fuerza contrarrestada por la facultad estética (o poética) del ser ante lo monstruoso, ante toda facultad natural que rebase la fragilidad del humano.
Esta, a mi parecer, es la falta que tanto necesita el chileno gris: un panteón basado en el frenesí del vuelo dionisíaco. La sobre-estimulación de la cultura teórica, impuesta, obligada, hace que el chilenito se sienta oprimido, tonto, incapaz, y por ello busque salidas ideológicas para su carencia espiritual: el populismo.
El marxismo cultural (Ateo en su totalidad) ha sido consciente de esta carencia (parte por culpa de la instauración de la moral católica) y se ha estado imponiendo en estas últimas generaciones. Ya es bien sabido el modus operandi de esta ideología: "genera un problema y ofrécete como solución", de modo que, a falta de una consciencia de la génesis espiritual, intrínseco en nuestro modo de actuar y de desenvolvernos en el medio perceptible de nuestro ambiente territorial, esta ideología cae como anillo al dedo y comienza a echar raíces en nuestro suelo "nacional", del mismo modo como los árboles no-nativos destruyen el ambiente, el marxismo hace lo suyo en nuestra espiritualidad.
Y eso gente, espero no estar escribiendo por las puras y que por lo menos se genere algún que otro comentario con respecto a la carencia que estamos sufriendo el día de hoy.
Chavela
A raíz de los acontecimientos ocurridos en este último lapso, quiero abrir este hilo para hacer un intento de crítica con respecto al estado espiritual de la sociedad gris chulena. Y para eso, me quiero basar en los postulados de Federico Nietzche.
Como muchos sabrán ya, la tesis fundamental de este caballero recae en la dicotomía "Apolíneo-Dionisíaco". Esta dualidad, del hombre primitivo como dice él, simbolizada en el sátiro y en la embriaguez que produce el sonido de su flauta, y de la creación misma de esta imagen, producida por el ensueño apolineo, es enfrentada (en un duelo a muerte con cuchillas) contra el espíritu científico-socrático.
Según Nietzche, todo el mundo moderno está aprisionado en la red de la cultura alejandrina (socrática) y tiene como ideal al hombre teórico. Esta cultura científica, para poder perdurar, tiene como necesidad un estado de esclavitud. Este estado servil puede ser inmediatamente relacionado con el principio de individualidad, osea, el acto meramente contemplativo de un acto artístico (véase en nuestro caso cualquier tipo de telenovela mal hecha; la opera en el caso de Nietzche); en contraposición al principio colectivo de la música apolíneo-dionisíaca (el coro en las tragedias griegas, o un caso de nuestra época: el cántico de las barras bravas, aunque usted no lo crea).
Ahora, entendiendo al humano como "ser simbólico", se hace más fácil la comprensión de la necesidad del mito o del panteón de dioses: una defensa contra la titánica fuerza de prometeo, una fuerza contrarrestada por la facultad estética (o poética) del ser ante lo monstruoso, ante toda facultad natural que rebase la fragilidad del humano.
Esta, a mi parecer, es la falta que tanto necesita el chileno gris: un panteón basado en el frenesí del vuelo dionisíaco. La sobre-estimulación de la cultura teórica, impuesta, obligada, hace que el chilenito se sienta oprimido, tonto, incapaz, y por ello busque salidas ideológicas para su carencia espiritual: el populismo.
El marxismo cultural (Ateo en su totalidad) ha sido consciente de esta carencia (parte por culpa de la instauración de la moral católica) y se ha estado imponiendo en estas últimas generaciones. Ya es bien sabido el modus operandi de esta ideología: "genera un problema y ofrécete como solución", de modo que, a falta de una consciencia de la génesis espiritual, intrínseco en nuestro modo de actuar y de desenvolvernos en el medio perceptible de nuestro ambiente territorial, esta ideología cae como anillo al dedo y comienza a echar raíces en nuestro suelo "nacional", del mismo modo como los árboles no-nativos destruyen el ambiente, el marxismo hace lo suyo en nuestra espiritualidad.
Y eso gente, espero no estar escribiendo por las puras y que por lo menos se genere algún que otro comentario con respecto a la carencia que estamos sufriendo el día de hoy.
Chavela