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El progre Baradit borro mas de 78.000 mil tuits

¿Cual personaje es mas real que los libros de Baradit?


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a este otro wn le hubiera servido borrar tweets
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:ph34r:
 
Chucha, la weá. Voy a argumentar en contra de la gran mayoría Antroniana así que quedo listo para las pifias e insultos, aunque no es lo apropiado en damas y caballeros como los que frecuentan este cuchitril.

Hay un tipo de novela que se gestó en Latinoamérica llamada nueva novela histórica. En este lugar del mundo no hay capacidades, o muy pocas, para no generalizar, para redactar ficción científica y pensar un mundo nuevo, tanto tecnológico como social, así que algunos intentaron reescribir la historia en el sentido de tomar un fragmento y novelarlo para explicar por qué sucedió tal o cual evento, lo que obviamente es ficción literaria no una sesuda investigación de años en bibliotecas, archivos y museos. Baradit tiene algunas novelas del género denominado ciencia ficción (ficción científica), las que tuvieron buena crítica. Incluso este servidor, amante del género, estuvo a punto de comprar "Ygdrasil" directamente al escritor, al que contacté por internet, pero finalmente opté por cambiar mi plata por chelas y esperar que el libro llegara a la biblioteca pública, cosa que hasta ahora no sucede. Creo que Baradit captó en algún minuto que era mejor hacer nuevos cuentos históricos basados en la mínima realidad historiográfica y agregar publicidad por montones para vender harto. La última vez que repasé cifras tenía 26 mil ejemplares vendidos (y otros 52 mil pirateados, aproximadamente según mi estimación) lo que no es menor en este país con poca gente que lee y menos con las lucas para pagar esos precios (ambos puntos dan para reflexionar sobre cuántos ejemplares han comprado las familias con recursos, pero ese es otro tema).
Ahora que un montón de weones alegue por la afrenta a los próceres de Chile solo da más tribuna en lugar de quitar lectores. No recuerdo quién chucha dijo que no hay publicidad buena o mala, solo publicidad. Lo que escriba un weón no cambia lo que cada cual piense del pasado ni menos lo reescribe.
Gracias, favor pifiar con respeto.

Mira amigo, le creo toda la explicación de que realiza novela histórica, pero aún así es extremadamente mediocre como escritor, para terminar de confirmar mi desencanto, lea El general en su laberinto de García Marquez, el mismo García dijo que nunca había estudiado tanto para escribir un libro (2 años de investigación sobre el último viaje de Bolívar) y a cambio el libro casi raya la perfección en la forma como está escrito, le dejo un extracto y compara con uno de Baradit:
La escena tanscurre en Kingston, Jamaica. Bolívar hipnotiza al auditorio con sus relatos de páramos, triunfos y traiciones. De repente entra al salón una mujer que lo deja mudo. Es Miranda Lindsay, la esposa de un rico hacendado inglés. Ella también está impresionada. Es la primera vez que está frente al Libertador. Óseo y pálido, con patillas y bigotes ásperos de mulato y con el cabello largo hasta los hombros, parece mucho mayor de sus 32 años. Tiene una corbata blanca y una gardenia en el ojal. “Vestido así, en una noche libertina de 1810, una puta galante lo había confundido con un pederasta griego en un burdel de Londres”.

A la hora del té, Bolívar aprovecha un momento de voces altas para pedirle una cita. Miranda le regala su mejor sonrisa y sus ojos dicen mil cosas… entre ellas no.

Pero días después él recibe un mensaje insólito. Es una boleta de ella para que vaya en la noche del sábado, solo y a pie, a un paraje deshabitado. Bolívar sopesa la situación. Sabe que Kingston hierve de conspiradores, reconoce que acudir a esa cita es no sólo es un riesgo inútil, sino una insensatez histórica, pero al final tiene que aceptar que es incapaz de incumplirle una cita a una mujer como esa.

Ella lo esperó sola a caballo en el lugar previsto y lo llevó en ancas por un sendero invisible hasta una ermita abandonada. Se sentaron frente a frente en dos bancas rústicas, iluminados por el fuego de una antorcha clavada en el muro. Bolívar habló de cosas triviales, como un animal que hace círculos en torno a su presa esperando el momento justo para saltarle encima, pero se contuvo. Sabía que “en los preámbulos del amor ningún error es corregible”. Iba en mangas de camisa, con el cabello amarrado en la nuca con una cinta roja como una cola de caballo, y Miranda lo encontró más atractivo y juvenil así.

Sus rodillas casi se tocaban. Bolívar le tomó las manos y le recitó un poema que mezclaba requiebros amorosos y fanfarrias de guerra en octavas reales bien medidas y bien rimadas. Ella sonrió como la primera vez, él trató de besarla, ella lo dejó acercarse hasta sentir el calor de su aliento y volteó la cara: “Todo se hará a su tiempo”, dijo.

Llovió, el agua se filtró por las troneras del techo, el Libertador contraatacó varias veces, pero siempre fue esquivado con fintas gráciles. Al alba, desesperado, sacó el as: “A las tres de la tarde me voy para siempre en el vapor de Haití”. Ella se levantó con una dignidad casi ofensiva: “Entonces buen viaje, Libertador. Los hombres afanados no son buenos amantes”.

“Hasta nunca”, dijo Bolívar furioso.

Ya en el caballo, Miranda se permitió otra insolencia: “Es verdad lo que dicen: que su vanidad es casi tan grande como la de Napoleón”. Mientras revisaba las correas de la cincha, él rezongó: “Tal vez sea cierto eso, pero hay una diferencia, yo no he permitido que me coronen”.

Cuando Bolívar regresó a su casa encontró a su amigo Felix Amistoy desangrado en la hamaca donde él hubiera estado de no ser por la falsa cita de amor. Lo había vencido el sueño mientras esperaba al Libertador para darle un mensaje urgente. Un sirviente manumiso, pagado por unos conspiradores entre los que figuraba el marido de Miranda, le había asestado once puñaladas.

Miranda conocía la conspiración. Amaba a su marido y admiraba a Bolívar. La cita fue la única manera que concibió, luego de largas noches de desvelos, para salvar al Libertador sin denunciar a su marido.

Bolívar siempre creyó que todo fue un golpe de suerte. Nunca supo que ella había tenido que burlarse de él y traicionar a su marido para salvarlos a ambos.
 
78 mil? hay hombre q se habla mierda en twitter,
cuanto tardas borrando 78 mil weas? :eek:
 
Mira amigo, le creo toda la explicación de que realiza novela histórica, pero aún así es extremadamente mediocre como escritor, para terminar de confirmar mi desencanto, lea El general en su laberinto de García Marquez, el mismo García dijo que nunca había estudiado tanto para escribir un libro (2 años de investigación sobre el último viaje de Bolívar) y a cambio el libro casi raya la perfección en la forma como está escrito, le dejo un extracto y compara con uno de Baradit:
La escena tanscurre en Kingston, Jamaica. Bolívar hipnotiza al auditorio con sus relatos de páramos, triunfos y traiciones. De repente entra al salón una mujer que lo deja mudo. Es Miranda Lindsay, la esposa de un rico hacendado inglés. Ella también está impresionada. Es la primera vez que está frente al Libertador. Óseo y pálido, con patillas y bigotes ásperos de mulato y con el cabello largo hasta los hombros, parece mucho mayor de sus 32 años. Tiene una corbata blanca y una gardenia en el ojal. “Vestido así, en una noche libertina de 1810, una puta galante lo había confundido con un pederasta griego en un burdel de Londres”.

A la hora del té, Bolívar aprovecha un momento de voces altas para pedirle una cita. Miranda le regala su mejor sonrisa y sus ojos dicen mil cosas… entre ellas no.

Pero días después él recibe un mensaje insólito. Es una boleta de ella para que vaya en la noche del sábado, solo y a pie, a un paraje deshabitado. Bolívar sopesa la situación. Sabe que Kingston hierve de conspiradores, reconoce que acudir a esa cita es no sólo es un riesgo inútil, sino una insensatez histórica, pero al final tiene que aceptar que es incapaz de incumplirle una cita a una mujer como esa.

Ella lo esperó sola a caballo en el lugar previsto y lo llevó en ancas por un sendero invisible hasta una ermita abandonada. Se sentaron frente a frente en dos bancas rústicas, iluminados por el fuego de una antorcha clavada en el muro. Bolívar habló de cosas triviales, como un animal que hace círculos en torno a su presa esperando el momento justo para saltarle encima, pero se contuvo. Sabía que “en los preámbulos del amor ningún error es corregible”. Iba en mangas de camisa, con el cabello amarrado en la nuca con una cinta roja como una cola de caballo, y Miranda lo encontró más atractivo y juvenil así.

Sus rodillas casi se tocaban. Bolívar le tomó las manos y le recitó un poema que mezclaba requiebros amorosos y fanfarrias de guerra en octavas reales bien medidas y bien rimadas. Ella sonrió como la primera vez, él trató de besarla, ella lo dejó acercarse hasta sentir el calor de su aliento y volteó la cara: “Todo se hará a su tiempo”, dijo.

Llovió, el agua se filtró por las troneras del techo, el Libertador contraatacó varias veces, pero siempre fue esquivado con fintas gráciles. Al alba, desesperado, sacó el as: “A las tres de la tarde me voy para siempre en el vapor de Haití”. Ella se levantó con una dignidad casi ofensiva: “Entonces buen viaje, Libertador. Los hombres afanados no son buenos amantes”.

“Hasta nunca”, dijo Bolívar furioso.

Ya en el caballo, Miranda se permitió otra insolencia: “Es verdad lo que dicen: que su vanidad es casi tan grande como la de Napoleón”. Mientras revisaba las correas de la cincha, él rezongó: “Tal vez sea cierto eso, pero hay una diferencia, yo no he permitido que me coronen”.

Cuando Bolívar regresó a su casa encontró a su amigo Felix Amistoy desangrado en la hamaca donde él hubiera estado de no ser por la falsa cita de amor. Lo había vencido el sueño mientras esperaba al Libertador para darle un mensaje urgente. Un sirviente manumiso, pagado por unos conspiradores entre los que figuraba el marido de Miranda, le había asestado once puñaladas.

Miranda conocía la conspiración. Amaba a su marido y admiraba a Bolívar. La cita fue la única manera que concibió, luego de largas noches de desvelos, para salvar al Libertador sin denunciar a su marido.

Bolívar siempre creyó que todo fue un golpe de suerte. Nunca supo que ella había tenido que burlarse de él y traicionar a su marido para salvarlos a ambos.
Pero qué buen parrafo. Me dieron ganas de leer el libro. Gracias
 
Para el que lo quiera bajar, aquí lo encontré.. pongo en spoiler porque no sé si es permitido poner link..
PD: No aparece la mierda de Spoiler... si alguien lo quiere aviseme por interno.

Se agradece. Ya sé que está así que aplico lupita en google.
Al replicar aparece. Y es el mismo que pillé. El primero de la lista. Ya saben al citar aparece el enlace. Gracias, buena lectura.
 
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