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El Tema de las Elecciones Presidenciales EEUU 2020 (Red necks gringos con la Trump-a larga)

Quien ganará las Presidenciales 2020 de EEUU?


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Trump nominado por tercera vez al Nobel de la paz por su diplomacia pacifista
A pesar de su carácter irreverente, Trump ha sido el primer mandatario estadounidense en más de 30 años que no inició "ni una sola guerra" durante su administración

El expresidente Donald Trump fue nominado este lunes para el Premio Nobel de la paz. Esta es su tercera nominación en cinco años. El argumento de esta propuesta hecha por Jaak Madison, miembro estonio del Parlamento Europeo, se centra en que Trump ha sido el primer mandatario estadounidense en más de 30 años que no inició «ni una sola guerra» durante su administración.

De la misma forma, Madison recordó en una publicación en las redes sociales que «se han firmado varios acuerdos de paz en Oriente próximo bajo su liderazgo, lo que ha ayudado a garantizar la estabilidad y la paz en la región», reseñaThe Epoch Times.

En concreto, Madison se refiere a los llamados Acuerdos de Abraham. Así se conoce a la declaración conjunta entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos. Posteriormente, a tal acuerdo se le unió el reino de Baréin, en conjunto con otros países árabes.




Lo paradójico de la nominación de Trump es que también en este renglón fue propuesto el movimiento Black Lives Matter (BLM), conocido por su carácter particularmente violento en un sinnúmero de protestas que se desataron con mayor frecuencia a partir de mayo de 2020 en Estados Unidos.

Las gestiones de Trump por la paz

Esta no es la primera vez que Trump recibe un reconocimiento de tal naturaleza. El neoyorquino había sido nominado para el Premio Nobel de la paz por primera vez en 2016. En aquella ocasión fue Kristian Berg Harpviken, director del Instituto de Investigación sobre la Paz de Oslo y observador atento del Nobel, quien dio a conocer la noticia.

De acuerdo con una copia de la carta de nominación que Harpviken dice haber recibido, según un reporte de AFP citado por CNN, Trump fue nominado por «su ideología vigorosa de la paz que usa como un arma de disuasión contra el Islam radical, ISIS, Irán nuclear y China comunista».

Trump fue consonante en su gestión con sus planteamientos en aquel momento, cuando era candidato a ocupar la Casa Blanca. Posteriormente, como presidente, su política exterior se centró en hacerle frente al extremismo islámico, al cual dejó sitiado durante su administración. También criticó y subió las barreras al régimen de Xi Jinping y se alejó del polémico acuerdo nuclear que en realidad beneficiaba a Irán.

A pocos meses de terminar su mandato sentó a países con relaciones diplomáticas históricamente hostiles y permitió dar cabida a un territorio de paz que incluyera en un mismo espacio a Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, Sudán y Marruecos, con una movida diplomática impecable.

En su campaña presidencial de 2016, Trump dijo que buscaría una solución que beneficie a ambos pueblos (palestinos e israelíes). Con esta acción, cumplió una de sus principales propuestas, sin dar lugar a la violencia.

El acuerdo firmado por los participantes, entre varios aspectos, resalta el respeto por la libertad de culto, así como también garantiza el acceso a la mezquita de Al-Aqsa, situada en la parte oriental de Jerusalén. Este sitio es primordial para entender la profundidad del conflicto y la tensión de estas naciones, pues este lugar es uno de los ejes principales para el peregrinaje de los musulmanes en el mundo, incluidos los Emiratos Árabes Unidos.

Dicha táctica le valió su segunda nominación al Nobel de la paz, la cual se dio a conocer el año pasado. La propuesta la hizo Christian Tybring-Gjedde, miembro del parlamento noruego, quien atribuyó esta decisión al mérito que hizo con su diplomacia de paz. «Creo que ha hecho más por crear la paz entre las naciones que la mayoría de los nominados al premio de la paz», señaló a Fox News.

Por otra parte, Alan Dershowitz, profesor emérito de derecho de Harvard nominó este año al yerno de Trump y exasesor presidencial Jared Kushner. El intelectual argumentó que Kushner y su asociado Avi Berkowitz ayudaron a negociar los Acuerdos de Abraham y fue bajo este impulso diplomático que la administración Trump también negoció acuerdos con Sudán y Marruecos.

La otra cara de la moneda: BLM y su nominación incendiaria

Las políticas de Trump son reconocidas, es cierto. Sin embargo, otros grupos, bastante cuestionables también buscan su trozo de gloria. El caso de BLM es un perfecto ejemplo. El parlamentario noruego Petter Eide hizo la nominación de este grupo, pues asevera que este movimiento ha obligado a países fuera de Estados Unidos a lidiar con el racismo, de acuerdo con The Guardian.

Sin embargo, este argumento para la postulación dista mucho de lo que en la práctica se ha dado a conocer como BLM. Por ejemplo, nueve de cada 10 disturbios en Estados Unidos estuvieron vinculados entre el 26 de mayo y el 12 de septiembre de 2020 a esta organización.

Según un estudio de US Crisis Monitor, de 637 disturbios que se originaron en la Unión Americana en ese rango de tiempo, 91 % estuvieron relacionados con BLM. Y es que lejos de promover la igualdad, los líderes de este grupo han tomado el camino del socialismo racial. Esto se refiere a una especie de ideología que busca la redistribución de la riqueza con base a la diferenciación racial.

Ahora, estos dos candidatos llegan a competir por este galardón con personajes como el opositor ruso Alexei Navalny, la ambientalista Greta Thunberg y la muy cuestionada Organización Mundial de la Salud (OMS). Habrá que esperar al mes de noviembre para saber quien se queda con el premio.


:idolo:El Donaldo de la people, hombre de paz :sisi:
 
Comenzó la limpieza en el Pentágono, el SD Lloyd Austin le está dando PLR a cientos de asesores designados a ultima hora por Trump

El afrodescendiente Secretario de Defensa está desmontando todas las designaciones de asesores que quería dejar enquistados en el pentagono el chancho naranja, muchas de ellas nominadas a ultima hora.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha despedido a cientos de miembros de 42 juntas asesoras del Pentágono, varios de los cuales asumieron el cargo en los últimos días de la Administración del Payaso y cortarle a Trump el acceso a los informes de inteligencia que pueden ser filtrados a paises enemigos de USA.
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Purga en el Pentágono: el secretario de Defensa destituye a cientos de asesores militares designados por Trump
Publicado:3 feb 2021 04:56 GMT

"Ningún miembro de comité realizará ningún trabajo hasta que sea debidamente designado, a menos que tenga un nombramiento activo", según el nuevo jefe del Pentágono.

El secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, visita a las tropas de la Guardia Nacional desplegadas en el Capitolio y su perímetro, Washington, el 29 de enero de 2021.Manuel Balce Ceneta / Reuters
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha despedido a cientos de miembros de 42 juntas asesoras del Pentágono, varios de los cuales asumieron el cargo en los últimos días de la Administración del presidente Donald Trump.
Austin ordenó una revisión a fondo de las juntas asesoras, suspendiendo sus operaciones y destituyendo a todos sus miembros, según un memorando obtenido por The Wall Street Journal. Programada para completarse en junio, la revisión volvería a enfocar los esfuerzos de los comités para "alinearse con nuestras prioridades estratégicas más urgentes y la Estrategia de Defensa Nacional", según el nuevo jefe del Pentágono.

La Casa Blanca baraja cortarle a Trump el acceso a los informes de inteligencia
"Como paso provisional, ordeno la suspensión inmediata de todas las operaciones del comité asesor hasta que se complete la revisión", escribió Austin en el memorando, fechado el sábado, y agregó: "También ordeno, a más tardar el 16 de febrero de 2021, la conclusión de servicio para todos los miembros del comité asesor y subcomité del Departamento de Defensa".
El jefe del Pentágono agregó que "ningún miembro de comité o subcomité realizará ningún trabajo hasta que sea debidamente designado, a menos que tenga un nombramiento activo".
Los asesores del Pentágono ofrecen experiencia en varias áreas, incluidas prácticas comerciales, políticas y cuestiones de personal. Aunque muchos sirven sin paga, un funcionario de defensa le dijo a USA Today que el funcionamiento de las juntas cuesta "varios millones de dólares" al año.
La medida se produce después de que el expresidente se apresurara a realizar una serie de nombramientos de último minuto en las juntas antes de que terminara su mandato el 20 de enero, incluidas personas leales a la Administración Trump. Entre ellas están los exfuncionarios de su campaña, Corey Lewandowski y David Bossie, así como al expiloto de la Fuerza Aérea, Scott O’Grady, quien se ha hecho eco de las repetidas afirmaciones de Trump de fraude generalizado en la carrera de 2020.
Al depurar las juntas asesoras en masa, Austin evitó señalar a funcionarios específicos, lo que podría dar la apariencia de que la decisión fue motivada políticamente, según algunos expertos. No obstante, el portavoz del Pentágono, John Kirby, reconoció abiertamente que la medida fue motivada por los últimos nombramientos de Trump.
"No hay duda de que la actividad frenética que se produjo con la composición de tantas juntas en el período de noviembre a enero preocupó profundamente al secretario y ciertamente le ayudó a tomar esta decisión", aseveró Kirby.
...y así se van eliminando los ultimos vestigios del nefasto gobierno trumpetero.

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Oinc! :jajahisteria:
 
Experto en datos: ‘Podemos probar’ el fraude electoral de 2020 ‘de manera bastante concluyente’

Inmediatamente después de las elecciones, el experto en datos Matthew Braynard comenzó a determinar cuántas papeletas falsas se emitieron en los estados en disputa. Ahora dice que tiene pruebas absolutas de que la victoria de Biden en Arizona, Georgia y Wisconsin se produjo mediante un fraude electoral.

«Georgia, Wisconsin y Arizona, sin esos tres, Joe Biden no es presidente».

El martes, Braynard apareció en el programa War Room de Steve Bannon para discutir sus hallazgos. Bannon abrió la entrevista preguntándole a Braynard si está seguro de que, sin ofrecer ninguna evidencia esotérica sobre máquinas de votación o similares, puede apoyar una defensa de juicio político de Trump basada en un fraude electoral a la antigua, incluso si esa defensa puede ser demasiado tarde para cambiar la resultado de las elecciones.

Braynard discrepó cortésmente con el concepto de «demasiado tarde». Señaló que, después de las elecciones de 2000, los tres principales medios de comunicación gastaron millones de dólares para investigar las elecciones durante siete meses antes de admitir que Bush había ganado Florida. Por lo tanto, aunque Braynard admitió a regañadientes que la información que ha recopilado puede no cambiar al actual ocupante de la Casa Blanca, confía mucho en sus hallazgos.
Lo que estoy encontrando y sigo encontrando, porque en realidad todavía estamos investigando, y estamos ansiosos por presentarlo de manera más agresiva sin las limitaciones de las demandas con las que nos enredamos inicialmente, es que entre esos tres estados, el número de votos ilegales superó el margen de la victoria. Georgia, Wisconsin y Arizona, sin esos tres, Joe Biden no es presidente, y creo que podemos demostrarlo de manera bastante concluyente.
Braynard cree que sus datos son especialmente útiles para el esfuerzo de «juicio político» contra Trump porque no es un juicio político real. Eso no es solo porque sea inconstitucional acusar a un ciudadano privado. También se debe a que los documentos presentados contra Trump revelan que los demócratas han organizado un juicio espectáculo para establecer un marcador retrospectivo para la presidencia de Trump.

Los demócratas usarán la arena del Senado para redefinir a Trump como un hombre malvado porque no están de acuerdo con las políticas que mejoraron la economía de todos los estadounidenses, fortalecieron nuestras fronteras, llevaron la paz al Medio Oriente y, en general, contribuyeron en gran medida a que Estados Unidos volviera a ser grande. En este contexto, es perfectamente razonable y apropiado que Trump incluya en su defensa evidencia de que la elección fue robada.

Pero sobre el tema del fraude… a pesar de que los tribunales, desde la Corte Suprema en adelante, se han negado a examinar las denuncias de fraude electoral, la realidad es que las elecciones son procesos legales. Es decir, cada estado tiene una legislación que establece cómo deben proceder las elecciones. La Constitución ordena estas leyes.

En el año 2000, cuando los resultados de Florida estaban tan cerca que requirieron un recuento, nadie alegó fraude. En cambio, los demócratas planeaban hacer lo que siempre hacen: seguir contando los votos hasta que gane el candidato demócrata y luego detener el recuento. Eso también podría haber funcionado si la Corte Suprema no hubiera intervenido y obligado al recuento a cumplir con la ley real.

Pero el fraude es un animal completamente diferente. En el mundo del derecho contractual, si el tribunal concluye que una de las partes fue engañada en el contrato porque la otra mintió sobre hechos fundamentales, ese contrato es nulo ab initio . Es decir, nunca llegó a existir. La otra forma de enunciar esta doctrina es que «el fraude lo vicia todo».

¿Por qué no debería aplicarse esa doctrina al acuerdo más importante de Estados Unidos, que es la Constitución? Piénselo de esta manera: la Constitución es, en esencia, un acuerdo entre el pueblo estadounidense y su gobierno. Delinea la forma limitada que debe tomar el gobierno y, en la Declaración de Derechos, establece explícitamente los poderes de los que carece el gobierno. Como establece la Declaración de Independencia, cuando el gobierno no cumple con sus obligaciones (y limitaciones), la gente puede disolver ese acuerdo. Nuevamente, es un contrato.

Cuando se trata de elecciones, la Constitución se basa en que los funcionarios federales electos, incluidos los presidentes, asuman el cargo con honestidad. Si el acuerdo se viola por fraude en las elecciones, ese fraude debería viciar el derecho de un presunto presidente a ocupar el cargo que afirma.

Si Matthew Braynard puede demostrar que, en al menos tres de los estados en disputa, un fraude masivo en forma de papeletas de papel falsas llevó a la supuesta victoria de Biden, Biden no tiene derecho a ocupar la Casa Blanca. Y si no tiene derecho a ocupar la Casa Blanca, cada acto, cada orden ejecutiva, cada persona nombrada, cada regla hecha, es nula.

Las cosas podrían ponerse interesantes la próxima semana si los republicanos del Senado muestran una pizca de coraje. Si sus senadores son republicanos, hágales saber que quiere que le den a Trump la oportunidad de desarrollar toda su defensa contra las calumnias que los demócratas están acumulando contra él, incluida la afirmación de que sus afirmaciones sobre el fraude electoral eran falsas.

 
Experto en datos: ‘Podemos probar’ el fraude electoral de 2020 ‘de manera bastante concluyente’

Inmediatamente después de las elecciones, el experto en datos Matthew Braynard comenzó a determinar cuántas papeletas falsas se emitieron en los estados en disputa. Ahora dice que tiene pruebas absolutas de que la victoria de Biden en Arizona, Georgia y Wisconsin se produjo mediante un fraude electoral.

«Georgia, Wisconsin y Arizona, sin esos tres, Joe Biden no es presidente».

El martes, Braynard apareció en el programa War Room de Steve Bannon para discutir sus hallazgos. Bannon abrió la entrevista preguntándole a Braynard si está seguro de que, sin ofrecer ninguna evidencia esotérica sobre máquinas de votación o similares, puede apoyar una defensa de juicio político de Trump basada en un fraude electoral a la antigua, incluso si esa defensa puede ser demasiado tarde para cambiar la resultado de las elecciones.

Braynard discrepó cortésmente con el concepto de «demasiado tarde». Señaló que, después de las elecciones de 2000, los tres principales medios de comunicación gastaron millones de dólares para investigar las elecciones durante siete meses antes de admitir que Bush había ganado Florida. Por lo tanto, aunque Braynard admitió a regañadientes que la información que ha recopilado puede no cambiar al actual ocupante de la Casa Blanca, confía mucho en sus hallazgos.

Braynard cree que sus datos son especialmente útiles para el esfuerzo de «juicio político» contra Trump porque no es un juicio político real. Eso no es solo porque sea inconstitucional acusar a un ciudadano privado. También se debe a que los documentos presentados contra Trump revelan que los demócratas han organizado un juicio espectáculo para establecer un marcador retrospectivo para la presidencia de Trump.

Los demócratas usarán la arena del Senado para redefinir a Trump como un hombre malvado porque no están de acuerdo con las políticas que mejoraron la economía de todos los estadounidenses, fortalecieron nuestras fronteras, llevaron la paz al Medio Oriente y, en general, contribuyeron en gran medida a que Estados Unidos volviera a ser grande. En este contexto, es perfectamente razonable y apropiado que Trump incluya en su defensa evidencia de que la elección fue robada.

Pero sobre el tema del fraude… a pesar de que los tribunales, desde la Corte Suprema en adelante, se han negado a examinar las denuncias de fraude electoral, la realidad es que las elecciones son procesos legales. Es decir, cada estado tiene una legislación que establece cómo deben proceder las elecciones. La Constitución ordena estas leyes.

En el año 2000, cuando los resultados de Florida estaban tan cerca que requirieron un recuento, nadie alegó fraude. En cambio, los demócratas planeaban hacer lo que siempre hacen: seguir contando los votos hasta que gane el candidato demócrata y luego detener el recuento. Eso también podría haber funcionado si la Corte Suprema no hubiera intervenido y obligado al recuento a cumplir con la ley real.

Pero el fraude es un animal completamente diferente. En el mundo del derecho contractual, si el tribunal concluye que una de las partes fue engañada en el contrato porque la otra mintió sobre hechos fundamentales, ese contrato es nulo ab initio . Es decir, nunca llegó a existir. La otra forma de enunciar esta doctrina es que «el fraude lo vicia todo».

¿Por qué no debería aplicarse esa doctrina al acuerdo más importante de Estados Unidos, que es la Constitución? Piénselo de esta manera: la Constitución es, en esencia, un acuerdo entre el pueblo estadounidense y su gobierno. Delinea la forma limitada que debe tomar el gobierno y, en la Declaración de Derechos, establece explícitamente los poderes de los que carece el gobierno. Como establece la Declaración de Independencia, cuando el gobierno no cumple con sus obligaciones (y limitaciones), la gente puede disolver ese acuerdo. Nuevamente, es un contrato.

Cuando se trata de elecciones, la Constitución se basa en que los funcionarios federales electos, incluidos los presidentes, asuman el cargo con honestidad. Si el acuerdo se viola por fraude en las elecciones, ese fraude debería viciar el derecho de un presunto presidente a ocupar el cargo que afirma.

Si Matthew Braynard puede demostrar que, en al menos tres de los estados en disputa, un fraude masivo en forma de papeletas de papel falsas llevó a la supuesta victoria de Biden, Biden no tiene derecho a ocupar la Casa Blanca. Y si no tiene derecho a ocupar la Casa Blanca, cada acto, cada orden ejecutiva, cada persona nombrada, cada regla hecha, es nula.

Las cosas podrían ponerse interesantes la próxima semana si los republicanos del Senado muestran una pizca de coraje. Si sus senadores son republicanos, hágales saber que quiere que le den a Trump la oportunidad de desarrollar toda su defensa contra las calumnias que los demócratas están acumulando contra él, incluida la afirmación de que sus afirmaciones sobre el fraude electoral eran falsas.

espero que no lo suiciden
 
Experto en datos: ‘Podemos probar’ el fraude electoral de 2020 ‘de manera bastante concluyente’

Inmediatamente después de las elecciones, el experto en datos Matthew Braynard comenzó a determinar cuántas papeletas falsas se emitieron en los estados en disputa. Ahora dice que tiene pruebas absolutas de que la victoria de Biden en Arizona, Georgia y Wisconsin se produjo mediante un fraude electoral.

«Georgia, Wisconsin y Arizona, sin esos tres, Joe Biden no es presidente».

El martes, Braynard apareció en el programa War Room de Steve Bannon para discutir sus hallazgos. Bannon abrió la entrevista preguntándole a Braynard si está seguro de que, sin ofrecer ninguna evidencia esotérica sobre máquinas de votación o similares, puede apoyar una defensa de juicio político de Trump basada en un fraude electoral a la antigua, incluso si esa defensa puede ser demasiado tarde para cambiar la resultado de las elecciones.

Braynard discrepó cortésmente con el concepto de «demasiado tarde». Señaló que, después de las elecciones de 2000, los tres principales medios de comunicación gastaron millones de dólares para investigar las elecciones durante siete meses antes de admitir que Bush había ganado Florida. Por lo tanto, aunque Braynard admitió a regañadientes que la información que ha recopilado puede no cambiar al actual ocupante de la Casa Blanca, confía mucho en sus hallazgos.

Braynard cree que sus datos son especialmente útiles para el esfuerzo de «juicio político» contra Trump porque no es un juicio político real. Eso no es solo porque sea inconstitucional acusar a un ciudadano privado. También se debe a que los documentos presentados contra Trump revelan que los demócratas han organizado un juicio espectáculo para establecer un marcador retrospectivo para la presidencia de Trump.

Los demócratas usarán la arena del Senado para redefinir a Trump como un hombre malvado porque no están de acuerdo con las políticas que mejoraron la economía de todos los estadounidenses, fortalecieron nuestras fronteras, llevaron la paz al Medio Oriente y, en general, contribuyeron en gran medida a que Estados Unidos volviera a ser grande. En este contexto, es perfectamente razonable y apropiado que Trump incluya en su defensa evidencia de que la elección fue robada.

Pero sobre el tema del fraude… a pesar de que los tribunales, desde la Corte Suprema en adelante, se han negado a examinar las denuncias de fraude electoral, la realidad es que las elecciones son procesos legales. Es decir, cada estado tiene una legislación que establece cómo deben proceder las elecciones. La Constitución ordena estas leyes.

En el año 2000, cuando los resultados de Florida estaban tan cerca que requirieron un recuento, nadie alegó fraude. En cambio, los demócratas planeaban hacer lo que siempre hacen: seguir contando los votos hasta que gane el candidato demócrata y luego detener el recuento. Eso también podría haber funcionado si la Corte Suprema no hubiera intervenido y obligado al recuento a cumplir con la ley real.

Pero el fraude es un animal completamente diferente. En el mundo del derecho contractual, si el tribunal concluye que una de las partes fue engañada en el contrato porque la otra mintió sobre hechos fundamentales, ese contrato es nulo ab initio . Es decir, nunca llegó a existir. La otra forma de enunciar esta doctrina es que «el fraude lo vicia todo».

¿Por qué no debería aplicarse esa doctrina al acuerdo más importante de Estados Unidos, que es la Constitución? Piénselo de esta manera: la Constitución es, en esencia, un acuerdo entre el pueblo estadounidense y su gobierno. Delinea la forma limitada que debe tomar el gobierno y, en la Declaración de Derechos, establece explícitamente los poderes de los que carece el gobierno. Como establece la Declaración de Independencia, cuando el gobierno no cumple con sus obligaciones (y limitaciones), la gente puede disolver ese acuerdo. Nuevamente, es un contrato.

Cuando se trata de elecciones, la Constitución se basa en que los funcionarios federales electos, incluidos los presidentes, asuman el cargo con honestidad. Si el acuerdo se viola por fraude en las elecciones, ese fraude debería viciar el derecho de un presunto presidente a ocupar el cargo que afirma.

Si Matthew Braynard puede demostrar que, en al menos tres de los estados en disputa, un fraude masivo en forma de papeletas de papel falsas llevó a la supuesta victoria de Biden, Biden no tiene derecho a ocupar la Casa Blanca. Y si no tiene derecho a ocupar la Casa Blanca, cada acto, cada orden ejecutiva, cada persona nombrada, cada regla hecha, es nula.

Las cosas podrían ponerse interesantes la próxima semana si los republicanos del Senado muestran una pizca de coraje. Si sus senadores son republicanos, hágales saber que quiere que le den a Trump la oportunidad de desarrollar toda su defensa contra las calumnias que los demócratas están acumulando contra él, incluida la afirmación de que sus afirmaciones sobre el fraude electoral eran falsas.

Cuantas mas veces tiene que perder Trump para que esten convencidos?
 
Partido Demócrata había prometido un "cheque de rescate" de 2.000 dólares a cada ciudadano estadounidense que se declararse en problemas económicos por culpa de la Pandemia... bajo la promesa de que Biden ganara la elección. Ahora que Biden está sentado en el Despacho Oval, pues... bajó el monto a 1.400 dólares y aún no hay claridad sobre cuándo soltarán las lucas.

Los Republicanos ya se están quejando de que hubo una compra de votos descarada con la promesa del infame cheque.

 
El Donaldo de la people absuelto en el tongo juicio político en su contra. :hands:
Todo en orden papá.
:menani:


Chúpenla, demócratas satánicos pedófilos asquerosos.

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Estado
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